AMLO, más deuda, menos dinero
Testigo fiel
La extinción de 13 de 14 fideicomisos al Poder Judicial Federal, que suman poco más de 15 mil millones de pesos, no sólo habla de una canallada de López Obrador sino que en el fondo se trata de un tema económico que preocupa y mucho.
No es que el inquilino de Palacio Nacional vaya a utilizar ese recurso para destinarlo a hospitales, seguridad o la educación, al revés, irá a parar a las obras faraónicas que se salieron del presupuesto y programas clientelares para las elecciones de 2024.
Poco o nada le importa que 55 mil trabajadores del Poder Judicial Federal sean los más afectados, así convoquen a marchas y paren labores. Vamos, ya lo ha hecho con la desaparición de otros fideicomisos y organismos.
El caso no deja de ser alarmante por el riesgo de la inviabilidad financiera hacia la que se está llevando al país el próximo año.
Los focos rojos ya se encendieron en la Cámara de Diputados donde se discute la Ley de Ingresos del Paquete económico 2024.
Y es que la propuesta de Morena incluye un endeudamiento de casi 2 billones de pesos, el equivalente a tres Fobaproas, el cual fue considerado como ‘macabro’ por el PRI en San Lázaro
Un vicio en el que en campaña prometió no caer el mismísimo López Obrador.
Pero eso no es todo, de acuerdo con el PRI, el endeudamiento en este sexenio morenista aumentará en un 60% para terminar en ¡16 billones de pesos! en 2024.
Son datos que ocupan y preocupan y que dejan ver porqué López Obrador busca desesperadamente hacerse de recursos de organismos autónomos, incluso hasta de otros poderes, como ocurrió recientemente con el judicial.
Por eso las alarmas en San Lázaro ante una catástrofe financiera originadas por el sobregasto del gobierno de la llamada Cuarta Transformación.
Tan sólo en Dos Bocas, la refinería, una de las obras insigne de AMLO, de un costo programado de 8 mil millones de dólares se disparó hasta los 24 mil millones de dólares.
En contraparte hay 50 millones de mexicanos sin acceso a la atención médica a pesar de la promesa que tendríamos un sistema de salud similar al de Dinamarca.
Pero además, no se destinará ni un peso para mejorar la seguridad de los estados y municipios, la infraestructura carretera, los programas de atención a la mujer ni la competitividad.
Ya ni que decir del sector productivo, el segmento industrial, comercial y exportador del país. Esto podría ponerse peor.