La tibieza del INE
Testigo fiel
Por: Jesús Torres
El INE finalmente salió de su letargo y determinó que las ‘corcholatas’ de AMLO sí han incurrido en actos de abierto proselitismo.
Hasta mucho se había tardado el órganismo electoral en darse cuenta sobre las violaciones a la ley electoral que han cometido los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena.
Aunque les enmendó la plana para que ahora los actos se realicen en espacios, -no abiertos como lo venían haciendo-, sino cerrados, el INE se quedó corto en las medidas cautalares que aplicó a los contendientes morenistas.
Además de la abierta promoción personalizada de las ‘corcholatas, los consejeros no sancionaron el descomunal derroche de recursos públicos en espectaculares, bardas, gorras, playeras, pago de transporte para el acarreo y dinero que se entrega a la mano durante los mítines.
Sólo reconoció que las llamadas asambleas informativas de Morena sí son actos anticipados de precampaña y campaña pero no ordenó frenar el proselitismo de los presidenciables de la 4T.
El INE les pidió entregrar un calendario cada semana de sus recorridos y actividades, no llamar al voto, no usar los tiempos oficiales de radio y televisón para difundir el proceso interno y que la propaganda no esté enfocada en sus aspiraciones presidenciales.
En la víspera, el Instituto Nacional Electoral también prohibió al inquilino de Palacio Nacional inmiscuirse en temas electorales, aunque el de Macuspana ya lleva días de mantener un ataque frontal contra la senadora, Xóchitl Gálvez después que se registrara para buscar la candidatura presidencial por el Frente Amplio por México.
Si la tibieza con la que a actuado el INE será su constante, el papel que jugará como árbitro electoral durante el proceso y el día de las elecciones el próximo año dejará mucho que desear.
México necesita un organismo electoral más fuerte y que sirva de contención ante un López Obrador que todos los días viola la ley, esa ha sido la demanda de los ciudadanos.
Aquí en este espacio se ha dicho insistenmente que lo de las ‘corcholatas’ no es más que un un proceso disfrazado en la adelantada sucesión presidencial que inició AMLO desde mediados de su sexenio.
Desde entonces, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y despúes Adán López se valieron del cargo que desempeñaban para promocionarse a todo lo largo y ancho del país bajo la complacencia de López Obrador.
En Morena todo mundo sabe que la ‘corcholata’ favorita del tabasqueño se llama Claudia Sheinbaum y que desde Palacio Nacional se tomará la decisión para hacerla candidata presidencial de 2024.
El invento de las llamadas asambleas informativas sólo servirán para presumir que la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México fue electa de manera democrática y mediante el método de las encuestas. ¿Habrá quien se los crea?
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