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Sí va con Adán, pero…

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Sin Remitente

En la declaración que dio el viernes en Tabasco, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó claro que en su ánimo sí está el interés de que Adán Augusto López Hernández sea su candidato y sucesor. Pero también admitió tácitamente que no se dará un disparo en el pie y que la decisión será tomada con los resultados que arrojen las encuestas –“lo que digan los ciudadanos”- que aplicará Morena para definir al candidato presidencial para el 2024.

Lo dicho por el Presidente en relación a sus preferencias por su paisano y amigo, tienen mucho de verdad y de sensatez: por mucho que lo quiera, no podría imponerlo ni menos respaldar a un candidato que no garantice el triunfo electoral y que desde ahora no sea competitivo para ganarle a la alianza opositora que todavía no muestra su carta para contender.

No es gratuita ni sorpresiva lo que el presidente ha dicho: si lo hizo es porque cuenta con información fiable que lo ha llevado públicamente a clarificar su preferencia natural por Adán Augusto López Hernández,  el más confiable y leal de los aspirantes, y dejar abierta la lista para que sea, si es el caso,  otro el que pueda quedarse con la candidatura y su respaldo moral.

A cinco meses de la primera encuesta, ¿sabrá el Presidente que las posibilidades de su secretario de Gobernación son escasas o bien que no le da tiempo para superar o empatar con Claudia Sehimbaun, que es la que las encuestas han venido perfilando como la que encabeza las preferencias para ser la candidata presidencial, por encima también de Marcelo Ebrard y no se diga de Ricardo Monreal?

Por lo visto, el Presidente no está dispuesto a darle ninguna concesión a la oposición y prefiere que el candidato de Morena, sea o no su paisano y amigo, se imponga sobradamente desde ahora para que no se ponga en riesgo la continuidad de su proyecto transexenal de la Cuarta Transformación.

Lo único que completaría el deseo presidencial de que Adán Augusto López Hernández sea su sucesor, sería que en los próximos cinco meses crezca en la preferencia electoral para tener un argumento irrefutable que lo lleve a impulsar su candidatura, sin poner en riesgo la victoria que hasta este momento estaría garantizado -aunque no guste, menos a los tabasqueños- con Claudia Sehimbaun y hasta con el salinista Marcelo Ebrard Causabón.

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Quizá si Adán Augusto López Hernández hubiese llegado a la Secretaria de Gobernación desde el inicio del gobierno federal, estaría punteando o liderando en las encuestas en las que ahora sale rezagado, por lo menos en las que han sido publicadas.

Victor Ulin
Víctor Ulín

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