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Monreal lastre o estorbo

Monreal lastre o estorbo

Monreal lastre o estorbo
Triques

Hay quienes, dentro y fuera de Morena, esperan que Marcelo Ebrard se deslinde de Ricardo Monreal para decidirse a apoyar su candidatura. Los rumores de una sociedad electoral entre ambos crecen y no hay aclaración a pesar de la proximidad de la encuesta.

Si alguien quiere pruebas de cómo percibe el Presidente al ex gobernador de Zacatecas basta ver cómo bajó al consejero electo del INAI por ser una persona cercana a la asistente de Monreal, se trata del padre de ésta.

Monreal n ha sido fiel, aunque diga que es crítico y democrático. Menos aún, defensor de las ideas del movimiento que supuestamente representa. Antes que las disposiciones sean lo suficientemente difundidas o entendidas, la palabra de Monreal surge, como hongo, en los medios cada media hora y habla hasta del clima, tratando de aparecer como en la película Zelig, que Woody Allen filmara en 1983. Donde el protagonista puede verse en todos lados y a toda hora, a grado tal que en la película cuando aparece el protagonista junto al Papa, se dice: “¿Quién está junto Zelig?”.

La repetición de la imagen de Monreal resulta grotesca, con su tono parroquial que le endilga la apariencia de ser portador exclusivo de la verdad y buscador de armonías en tiempo de enfrentamientos.

Mientras no haya un deslinde del secretario de Relaciones Exteriores de Ricardo Monreal, la gente dudará en apoyarlo. Las audacias, por decir lo menos, discursivas del zacatecano no lo muestran como un enemigo de la 4T, que apostaría hasta su cabeza por llegar a estar en la boleta de 2024, rumbo a la Presidencia de la República.

Monreal se convirtió no sólo en el paradigma de la traición sino en el estorbo de quien lo adopte. El reconocimiento de su amistad con Sandra Cuevas, o su relación con el paranoico Alejandro Rojas Díaz Durán, su actitud de ser el amigo de todos en tiempos de definiciones lo convierten en una especie de común denominador del oportunismo que se amolda a cualquier partido y se adapta a cualquier idea política. En esto se asemeja a Fox, que sólo quería sacar al PRI de Los Pinos, y cuando lo logra repite los errores de sus antecesores.

Así, los legisladores de Morena tan proclives a culpar a los anteriores gobiernos de la violencia, se olvidan de mostrar la situación de Zacatecas, que gobernó Ricardo Monreal, y cabe la pregunta si también fue herencia de Ricardo o incapacidad del actual gobernador, de nombre David.

Las ambiciones de Ricardo Monreal no se limitan a intentar ser Presidente de México sino, en una muestra de su avaricia, vender libros firmados por él, al Senado, –aunque no haya ganancia monetaria, como él afirma–, hay plusvalía política y de un inequívoco impulso a su liderazgo. No sólo del PAN vive el hambre, diría Marko Cortés.

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La poca gente que espera el crecimiento de Monreal es porque le prometió algo, regresar a dar empleos en Guanajuato, la liberación de presos en Veracruz, la ampliación de un camino rural. Este reparto de cheques en blanco es muy similar a las dádivas de costales de cemento y despensas en los tiempos del PRI, que todavía se replican en las campañas.

Así también el hecho de regalar libros tiene sus similitudes con intercambiar láminas y tinacos en tiempos de elecciones.

Es por eso que, si se quiere elevar el canciller, sin lastres, a la candidatura de Morena debe deslindarse de quien podría ser su compañero de fórmula en la Ciudad de México, donde la gente preferiría a Xóchitl Gálvez, con todos los riesgos que esto implica, que a este sacerdote zacatecano, para quien todo es paz y armonía. En su mundo todos tienen la razón y a la traición se le llama comprensión.

Jose Garcia
Jose Garcia

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