Evangelistas queman libros
Postigo
Los evangelistas que invaden Chiapas desde hace casi un siglo, tienen una larga historia de manipulación, explotación e injerencia de Estados Unidos, a través de la fe de las comunidades indígenas de la región. Desde aquel legendario Instituto Lingüístico de Verano, auspiciado por la CIA, que llegó precisamente a Chiapas a generar divisiones, odios y enfrentamientos a sangre y fuego hasta los nuevos pastores que ven en cada sombra al demonio y así se los transmiten a los nativos de dichos parajes para obtener su sumisión.
El establecimiento del Lingüístico de Verano está ligado a William Cameron Townsend, misionero desde 1917, quien se trasladó a Guatemala con el objetivo de introducir la Biblia entre los indígenas kaqchikeles. Aquí se dio cuenta que, si este texto no era dado a conocer en la lengua nativa, el trabajo de conversión era imposible, surgiendo de esta experiencia la idea de traducir este escrito en todos los idiomas de los grupos indígenas del mundo en subdesarrollo para volver sumisos a sus comunidades. Dicho Instituto introdujo el protestantismo en Chiapas, y en toda la región. De ahí surgen conflictos entre pueblos hermanos, planteados y provocados por la CIA y organismos de ultraderecha en Estados unidos.
La revista Proceso, publicó un libro con el nombre del Instituto donde señala sus actividades ocultas, habla de que ha sido corrido de varios países donde fueron descubiertas las acciones contrarias a los derechos humanos como la esterilización de las mujeres indígenas o la manipulación de las creencias que enfrentan a las comunidades a muerte.
La vinculación del Instituto Lingüístico de Verano con organismos como la CIA, el departamento de Estado y otros que tienen que ver con el golpismo, tiene sus frutos en tiempos de efervescencia política en México como los que ahora se viven, provocados, por cierto, por la derecha. No es gratuito que sea en San Antonio del Monte, de san Cristóbal de las Casas, donde haya surgido este problema, tratando de generalizar el conflicto que supuestamente generaron los libros de texto en la sociedad.
Es decir, la inconformidad que existe sólo en una parte minoritaria de los mexicanos, como lo demostraron los padres de familia de Chihuahua que se manifestaron contra el sabotaje dela gobernadora panista Maru Campos, ahora los evangelistas de Chiapas quieren mostrarlo como un problema que existe a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
Detrás de las acciones y la alharaca disfrazadas de descontento familiar de toda una comunidad, hay intenciones que tienen que ver más con el golpismo que con el interés por una educación de calidad.
La febril protesta de algún los grupos de derecha por los libros de texto empezaba a reducirse a aclaraciones, sobre todo después de la aprobación del Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa, perteneciente a la UNESCO, que valida su contenido. Al día siguiente del comunicado del Instituto, en un domingo sin clases ni trabajo, los evangelistas de las comunidades indígenas de san Cristóbal llaman a los medios para mostrarle al mundo la quema de los libros.
Apenas la jerarquía católica empezaba a olvidar el tema. Ese domingo 20 de agosto no habló en su suplemento desde la fe de los libros, pero siguieron los evangelistas tratando de hundir el barco de la educación en nombre del fanatismo y los dogmas de fe.
Los evangelistas reinauguraron la trinchera contra el gobierno, su radicalismo y falta de humanismo puede crear un clima de violencia que no se había vivido en muchos años. Están asociados a los grupos más radicales de la derecha.