Unidad en torno a Javier May
Por Mario Gómez y González
La política en Tabasco siempre ha sido pasional y en muchas ocasiones visceral; hay espacios que no se llenan completamente y son ocupados por otros actores, cuyos fines son estar en el colectivo y con ello mantener su vigencia.
Por eso considera el reportero que merecemos los tabasqueños los vientos de la unidad estatal en torno al trabajo del Gobernador Javier May Rodríguez, quien también ha dado muestras que escucha y quiere seguir encabezando un gobierno franco y de territorio, cuyo principal objetivo es estar cerca de la gente.
Por eso hoy cobra vigencia la siguiente frase: “En Tabasco es fácil encender hogueras, lo difícil es apagarlas. Nadie está autorizado y yo menos que nadie, para quebrantar la autoridad de un gobernador y mucho menos de la tierra donde nací. Los tabasqueños debemos estar unidos para bien de la entidad”. Carlos A. Madrazo Becerra.
Los Juegos del Poder.
Los ecos del desalojo de Plaza de Armas, en aquel aciago enero 19 de 1995, ha dado margen a dos “celebraciones”; por una parte, la organización del mismo nombre, representada por Auldarico Hernández Gerónimo, Antonio Solís Carballo, Lidia de los Santos, entre otros, emulando a Hernán Cortés en su noche triste, celebraron con diversos eventos aquel día, en que los garrotearon y gasearon -a los perredistas- en la Plaza que tenían tomada desde octubre de 1994.
Misma que, se había convertido en un campamento donde lo mismo aliñaban puercos, que se hacían todo tipo de actividades y mítines donde acudían personajes como Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y donde protestaban principalmente en contra del “fraude electoral” perpetrado por Roberto Madrazo Pintado para vencer a Andrés Manuel López Obrador en la elección para gobernador.
Fue una jornada violenta efectivamente, llena de matices y sinsabores (que celebran) donde los principales personajes venían de ser integrantes del Frente Democrático Nacional (FDN), transformado luego en el Partido de la Revolución Democrática PRD), para dar paso años después a lo que hoy es el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
El otro evento relacionado es la presentación del libro “Dignidad Parlamentaria” de la autoría del hoy militante del Movimiento Ciudadano (MC), Pedro Jiménez León, en conocido Hotel, precisamente usado por los Morenistas para sus eventos.
No olvidemos que el originario de Comalcalco (“Pedro Pueblo”), era entonces Presidente de la gran comisión de la cámara de diputados -en ese entonces militaba en el PRI- donde da pormenores de su visión y responsabilidad para sostener en la gubernatura a Roberto Madrazo y sentarlo en la silla de Palacio de Gobierno.
Todo esto, contra la presión que ejercía la secretaría de Gobernación (el presidente era Ernesto Zedillo Ponce de León), regenteada entonces por el hoy diplomático Morenista Esteban Moctezuma Barragán -la pretensión era imponer a Luis Priego Ortiz como gobernador provisional, por cierto, mentor de Lorena Beauregard-, y que Tabasco no fuera motivo de otra “concertacesión” muy de moda en la era “Salinista” (el expresidente Carlos Salinas de Gortari).
Sin duda, dos eventos que refieren visiones antagónicas cuyos personajes centrales (RMP y AMLO) siguen dando de qué hablar.
Los Malosos** Lo que habría que preguntarles a ambos grupos y participantes, es cuántos de esos protagonistas se incrustaron hoy en MORENA- después de haber sido priistas recalcitrantes y hoy seguidores del entonces despreciado AMLO y Claudia Sheimbaum-, montados en MORENA, que hoy más que nunca sigue demostrando que sin López Obrador (Andrés Manuel) dicho partido político está en peligro de desinflarse desde adentro** las evidencias están a la vista** De “Madreadores”, a disfrutar las delicias del pastel del poder y del dinero** De “Madreados”, a no ser invitados a la mesa del señor para ser partícipes de lo que ayudaron a constituirse y como “premio” recibieron un portazo en la cara; un simple, llano y hueco “gracias por participar”; un pedazo de papel disfrazado de “reconocimiento” y regresar a su realidad del rincón y del olvido.