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Oración para ti, mi Señor Dios

Oración para ti, mi Señor Dios

Homero T. Calderon T. Calderon
Oración para ti, mi Señor Dios
APUNTES DOMINICALES

Mi señor y padre mío, bendito seas. Estas dos semanas de  sufrimiento espiritual han sido terribles. Nunca como este año he reflexionado tanto sobre lo que significas en mi vida personal y en la de los que amo de verdad que son mis hijos, nietos y biznietos tus terribles dolores. Recordé aquel tiempo en que sumido en el desierto oraste de verdad a tu padre universal preparándote para la gran batalla en la cruz. Ese fue el sufrimiento físico terrible, pero lo fue más el de prepararte mentalmente para asumir la gran derrota, o más bien, el gran triunfo. El género humano está a salvo pero tuviste que pagar un  precio muy salvaje.

Padre Dios todopoderoso, gracias por pasear tu majestad en el pasillo que da al comedor donde todos los días me socorres con tu comida diaria. Gracias por tu generosidad.

Te siento cuando subo a mi pequeño espacio donde hago mi trabajo diario. Tus bendiciones son lluvia que refresca cada rincón a donde me llevas. Siento cada una de tus bendiciones fortaleciendo mi espíritu. Esas bendiciones me suman mucha fortaleza

Cuando sorbo mi primer trago de café siento ese hálito de vivir en tu armonía. Gracias, querido Señor, mi día se transforma. Empiezan a acomodarse los pequeños ladrillos con que has construido mi casa. Gracias, porque  cada idea que aportan mis hijos, y mi nietos, refuerza esa armonía que tú nos transmites. Lo siento cuando subo cada escalón de la escalera. Eres maravilloso, Señor. La frescura que irradias a través de tus bendiciones, está en cada detalle de mi casa. Obviamente, estoy feliz. Me despido de ti diciéndote.

“Padre mío que estás en cada rincón de mi vida, gracias por hacerme tan fuerte y generoso con los otros. Así es como surge el amor colectivo. Te pido -quizá abusando de ti- que sigas enviándome tus bendiciones nocturnas, cuando me hace descansar deliciosamente, Y luego cuando me despiertas a una nueva jornada. Gracias por reeducarme para que yo haga felices a los otros, los que comparten mi vida todos los días, desde mi trabajo diario del periodismo. AMÉN…

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Homero T. Calderon T. Calderon


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