Medios, derecha sin partido
Triques
Existe una parte de la derecha en México, convencida de sus posturas conservadoras a la que le queda chico el PAN para incorporarse a ese partido. Puede luchar contra un enemigo común pero no comulgar con los objetivos, ni con las estrategias, menos aún apoyar con el voto a ese partido.
Es decir, la derecha sin partido acompaña al PAN hasta cierto punto en el camino hacia el poder. Sirve para engrosar las manifestaciones de la derecha al zócalo, pero es incapaz de tratar de impulsarlo al triunfo electoral.
La crisis de militantes del PAN hace que se quede rezagado ante el avance de la derecha que no se afilia a ese partido; al contrario, hay quienes renuncian a él, por ver sus actitudes ambiguas, tibias, poco sólidas.
Entre esos constante activistas que forman parte del enemigo común del PAN y ellos están los medios, que no se sienten representados por el partido pero que son de derecha, incluso de ultraderecha.
Esto podemos verlos todos los días en los medios, sobre todo los que surgieron el siglo pasado que han vivido del presupuesto toda su vida. Por ejemplo, cuando un miembro de Morena comete un acto de corrupción, o simplemente es sospechoso de algún desvío de fondos o acto de represión, lo primero que aparecen la cabeza de la nota dice: “El morenista…”; en cambio, cuando se trata de un corrupto de otro partido, el nombre de su afiliación no aparece en toda la nota informativa.
Lo mismo sucedía con el desaparecido INAI, si la información solicitada afectaba las estructuras de la derecha, encontraban pretextos para tardar, negar, tergiversar lo que se solicitaba. Pero si se pedían datos sobre los enemigos comunes, el servicio era rápido y más extenso de lo solicitado.
Vicente Fox creó el Inai para ocultar los nombres de los beneficiarios del Fobaproa, ya cumplió su cometido y debe desaparecer.
La transparencia debe ser efectiva en todas y cada una de las instancias de gobierno que cuentan con un espacio para esas labores. De no hacerlo tienen sus propias sanciones; sin embargo, el INAI carecía de sanciones si negaba o enviaba la información “testada”, es decir con gruesas líneas de plumón negro sobre las letras donde se mostraba lo que el ciudadano quería conocer. Esa es la transparencia que extraña la oposición sin partido y la burocracia dorada instalada en Ifai, Inai, y otras dependencias que se dicen de Estado pero que fueron construidas por gobiernos corrupto y las bautizaron como instituciones.
La derecha sin partido es un peligro para la democracia, mucho más peligrosa que una izquierda radical, porque la ultraderecha posee buena parte de la riqueza del país y es su preservación la que los mueve a participar en política, sobre todo en la política opositora, de ahí que tomen las calles, adopten consignas simplonas, marchen sin sentido, exhiban su analfabetismo político.
Y es ahí donde radica el peligro, porque es un grupo sin experiencia política, que rebasa a los partidos de derecha, más cercanos a la violencia social que al acuerdo, a la agresión que al diálogo, al golpismo que a la democracia.
La cara del PAN es la cara amable de la derecha en México, así deben hacer los cálculos de los alcances y objetivos de una derecha sin partido que se convierte en amenaza de la paz social del país.