El poder y la Gloria
Su servidor es un viajero en el espacio. Ha visto en su dilatada vida, muchísima gente buena. Pero en Tabasco tengo que echar reversa porque aquí la función de vivir es de una complicación tal, que no sabría sino decirle: la gloria, el cielo, ese universo que clamamos queremos que muestre ese maravilloso paraíso para disfrutarlo.
En Tabasco hay mucha más infierno que gloria. Los errores se pagan carísimo. Usted puede ver sonreír al gobernador Manuel Merino e inmediatamente usted lo asociará con una frase lapidaria: “Sí, porque Tabasco no le importa ni a él ni al que maneja todo”. Así somos aquí.
Recuerdo los dos últimos dos meses del gobierno del “Chelo” Andrés Granier. La Secretaría de Salud en las peores condiciones, el siguiente gobernador (aún en campaña), Arturo Núñez tuvo que hacerse cargo de los enfermos que dejó Granier, porque la imagen del colapso estaba a punto de aparecer. Las mentadas de madre a Granier fluían por todas partes.
Pero en descargo, la figura de Arturo Núñez se agigantó. El espíritu tabasqueño afloró. Los elogios a Núñez poblaron al estado. Somos buenísimos para elogiar. Seis años después le tocó a Núñez cambiar los elogios por los insultos. Fue una campaña que nos denigró a todos en Tabasco. Se le acusó de todo lo acusable.
Bien, un buen día Arturo Núñez Jiménez tuvo que irse de Tabasco. Aumentaron las acusaciones. Se pidió cárcel para él. Pero éste, desde mucho antes, estructuró una carrera como hombre de inteligencia. Premios de todas las instituciones y Universidades lo hicieron un HOMBRE DE CONOCIMIENTO.
Tipo extraordinario que usa su cerebro todos los días, sigue cosechando premios para desdoro de sus infaltables adversarios. El próximo sábado 26 de enero, Arturo y su inteligencia, fueron escogidos por el Instituto Nacional Especializado en Ciencias Jurídicas, quien en sesión solemne decidió otorgarle UN DOCTORADO HONORIS CAUSA por su trayectoria profesional y política al servicio de México.
¿Cómo lo ve usted, inteligente lector de DOBLEFILO? Recibo mentadas….
