El PAN reeleccionista
Triques
El PAN se muerde la cola, su líder nacional, Marko Cortés, fue de los más insistentes vocingleros de la derecha que condenaba la “muy posible” reelección de López Obrador, la cual nunca se vislumbró siquiera, pero debían contrarrestar la derrota electoral con declaraciones absurdas y estridentes, que siguen emitiendo a gritos todos los días.
El peligro de una reelección como muestra de atentado a la democracia fue bandera de los panistas por muchos años desde la tribuna del Poder Legislativo, en los medios, entrevistas y declaraciones. Se trataba de una bandera de desesperación para descalificar algo que los panistas no pudieron detener en las urnas, una muestra clara de su derrota electoral.
La relección es vista por muchos mexicanos como un insulto a la democracia, por cuestiones históricas. Porfirio Díaz, a quienes defienden como soldado de la Patria los trasnochados ebradoristas, se reeligió siete veces, fue un represor, asesino de indígenas, autoritario, clasista y poco atento a las necesidades del pueblo.
Porfirio Díaz es la cara oscura de la historia de México, con la que los clasemedieros ebradoristas se sienten identificados a muerte. Pudo tener algunos méritos el dictador pero no como para considerarlo un héroe. Nadie que provoque una revolución a causa de sus excesos puede ser un prohombre en país alguno. Los ebradoristas quieren ponderar su figura porque ellos sí son capaces de impulsar una reelección de su caudillo.
La rabia incontenida contra la reelección de los panistas desde el triunfo de la 4T en la urnas ahora se convierte en el único camino de sobrevivencia de un numeroso grupo de panistas guanajuatenses que escogen esta vía para no molestarse demasiado a la hora de ser derrotados en el intento por alcanzar otros cargos.
De los 21 diputados locales del PAN, en Guanajuato, 19 solicitaron la reelección. Por otra parte, el presidente del Comité Directivo Estatal del PAN, en esa entidad, Eduardo López Mares, informó que, de 26 existentes presidentes municipales administrados por el blanquiazul, 20 presentaron la carta de intención para reelegirse para el trienio 2024-2027, dos de las presidentas municipales del PAN en la entidad no se reeligen porque ya se habían reelecto en este periodo.
El PAN cree que sus descalabros no se notan, que sus errores son intrascendentes y que su desprestigio es gratuito. Lo cierto es que están bajo la mirada vigilante de la población que les va contando los puntos malos, que son muchos más que los buenos.
Además, Acción Nacional no puede darse el lujo de correr a nadie de sus filas. Sus bajas son por renuncias ante la imposibilidad de ver cristalizados los planes políticos de sus militantes, como fue el caso de Rommel Pacheco, quien quiere apoyar el proceso de Morena.
El PAN juega con fuego ante tales intransigencias, porque va a alas candidaturas sólo los amigos de Marko Cortés, lo cual pone en peligro la sobrevivencia del partido.
Ese partido teme actualizar su padrón por temor a perder el registro. El resto de los partidos tienen en las desbandadas de militantes golpes mediáticos que, si bien son dolorosos para el prestigio del organismo, no dañan su estructura, simplemente los afecta en el Poder Legislativo o en las filas que pueden reponer con un programa creativo de afiliación.
En el caso del PAN cada militante que salga les duele en lo más profundo de su estructura porque puede convertirse en su último suspiro. Según el último conteo del INE, del 31 de agosto del presente año, el PAN cuenta con 277,665 militantes y debe tener como mínimo 246,270, es decir, si se salieran en este momento 31,390 militantes, ese partido no sólo no podría competir en las elecciones de 2024 sino que perdería su registro en todo el país.
La salida del atleta, que puede convocar con ese simple hecho, a otros puede dañar al PAN, en Yucatán, donde hay más panistas que en el resto del país, en proporción con la población, y poner en peligro su registro. Si, por otro lado, vemos que el PAN que es el partido que más se identifica con Xóchitl Gálvez, tiene en ella a su mejor enemiga, y ésta tiene en sí misma a su peor contrincante, encontramos que el PAN está en decadencia.
Son precisamente los panistas quienes en cada discurso aseguran que millones de mexicanos le piden, les exigen, les sugieren. Pero si no salen a la calle, no caminan por las calles, van en sus autos con los vidrios cerrados, no se sabe a qué hora hablan con la gente. Su decadencia es evidente y su aislamiento un hecho que les puede costar la vida política.