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EL INE se fue a la calle

EL INE se fue a la calle

EL INE se fue a la calle
Triques

Las marchas y los votos de los conservadores no pueden tomarse en serio en estos días, dadas las repercusiones que tienen y sus características. Los miles de clasemedieros, medianamente informados y medianamente ilustrados, que defendían al INE en las calles, ahora ya lo atacan, lo que quiere decir que defendían a la persona y el estilo de conducir a ese instituto de Lorenzo, Ciro y Jacobo.

Cómo tomar en cuenta la inconsistencia de una marcha con cantidad pero sin calidad. Es esa falta de claridad en las ideas, de información y preparación académica la que rodea a la derecha. Esto no quiere decir que no tengan títulos universitarios, incluso maestrías y doctorados, pero les sustituyeron los valores religiosos y la moral por la historia y el civismo.

Porque la parte de la clase media que se estrena en la participación política del país todavía no encuentra la brújula pero sabe, que debe participar y eso es, por lo menos, un buen principio que fortalece la democracia.

Ahora que el INE no tiene parcialidad ni corrupción, ya no es defendible para esa gente. Al contrario, debe impugnarse el método de selección que los panistas y priístas eligieron para designarlos. Esos titubes, ambivalencias, veleidades, improvisaciones es lo que ha caracterizado a una oposición que todavía no se encuentra a sí misma.

La población inconforme no se atreve a abandonar a esos partidos dizque opositores porque se sentiría frágil, solitaria y vulnerable y esa relación masoquista es donde los líderes de esas organizaciones a forman que tienen detrás de ellos a millones de mexicanos. Son millones de mexicanos que al encontrar un partido de oposición congruente y con oficio político los abandonarán en ese momento. No tienen seguidores por sus propuestas, porque no las tienen sino porque son la única opción de oposición que existe.

Tratar de pensar que el actual gobierno es perfecto es un desacierto en cualquier democracia, se requiere de un equilibrio que canalice el descontento y elabore una oposición con razón de ser, con causa de vida, con proyecto de país, con críticas fundamentadas. No la hay.

Es decir, las simpatías, votos, seguidores, de la oposición oficial son inconsistentes, lo mismo que los votos a si favor, porque no hay solidez en sus posturas pero sí mucha desesperación. Hay tanta angustia que abiertamente cometen delitos electorales a plena luz del día, no para ganar sino para que el contrincante pierda. Así podemos apreciarlo en la campaña de la candidata de la alianza opositora en el Estado de México, donde Alejandra del Moral regala tortillas, cuya envoltura lleva su fotografía y su nombre.

Ya había enviado la candidata del PRI a sus correligionarios, al mando de Juan Pedro García Martínez, operador político de Enrique Vargas, uno de los panistas más violentos que tiene ese partido, Enrique del Villar, a golpear a los simpatizantes de Morena en el primer día de campaña. Sólo faltó el sicópata de Ricardo Rubio, para iniciar su tarea cavernícola que caracteriza ahora a la oposición.

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Porque la violencia es otra de las expresiones de una oposición que cada día se aleja más de la ley y se acerca al golpismo, en la más amplia extensión de la palabra y la vuelve no sólo inconsistente sino vulnerable ante la justicia social.

Porque la justicia legal, desde los ministerios públicos hasta los ministros dela suprema Corte de Justicia, pasando por jueces en todos sus niveles y expresiones, los tienen comprados o chantajeados, de tal suerte que el juicio de la sociedad, la percepción de la gente, la interpretación de los mexicanos sobre su conducta patológica y antidemocrática serpa expresada en las urnas.

A esta pseudooposición le favorece la falta de definición de la población y abarca buena parte de la inconformidad, si esa inconformidad estuviera acompaña de una información apegada a la verdad y su instrucción académica cumpliera con las normas de la educación laica, exigiría una oposición de verdad y acudiría a un remedo de partidos políticos que sólo buscan rescatar los privilegios, el regreso al pasado y la vida de corrupción que les identifica.

Jose Garcia
Jose Garcia


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