El discurso de May
Por: Kristian Cerino
Desde el comienzo de la precampaña Javier May Rodríguez ya había destacado por el discurso sobre la exclusión y abandono, en clara referencia, me parece, al gobierno de Tabasco.
En noviembre de 2023, el precandidato morenista ya lamentaba categóricamente esta exclusión y abandono a través de las siguientes frases: “que nunca más nos sintamos excluidos” y “que no regrese el abandono a los pueblos”.
Así mantuvo el tono de su discurso hasta los últimos días de diciembre al dialogar con miles de ciudadanos y recorrer un centenar de localidades tabasqueñas, sin importar las distancias pues pisó los bordes geográficos de la entidad en sus colindancias con Campeche, Chiapas, Guatemala y Veracruz. Los registros fotográficos y videográficos narran la travesía —a ras de suelo y lanchas— del comalcalquense por cada rincón del territorio.
Por esta razón, no me sorprende el discurso reciente de May Rodríguez ante militantes y simpatizantes en el parque La Choca de Villahermosa, al concluir la etapa como precandidato único de Morena al gobierno estatal.
No sorprende porque desde un principio marcó la diferencia entre su proyecto político y el proyecto que gobierna actualmente la entidad: sabemos de sobra de su exclusión y abandono.
De hecho, este su primer discurso de 2024, traza la ruta de lo que será su gobierno. Además de alinear el desarrollo del país, que inició el presidente López Obrador en el sureste, con el de Tabasco, le preocupa el “que nadie se quede atrás ni nadie se quede afuera”, “impedir que regresen quienes le hicieron tanto daño al pueblo”, “que la transformación se profundice y se extienda aún más”, así como “atender a los más pobres, a los estudiantes, campesinos, indígenas y mujeres”.
Aunque no diga nombres y apellidos del dúo que según el sentir popular todavía gobierna Tabasco, May —y parte de la confianza que siente de estar en la ruta de ser el próximo gobernador— señala que no está pensando en un “simple seguimiento administrativo de las cosas, ni que las inercias se apoderen de esta oportunidad histórica”, pero que irá por “acciones radicales, profundas, serias, frontales, sin simulaciones, porque no hay otro camino ni tiempo que perder”. Y sentencia: “no habrá descanso en el trabajo, ni corrupción, ni privilegios, ni dispendio…”
Llama la atención el énfasis del orador, al decir que es importante no dejarse engañar, “porque ya hay voces del pasado que, con todo cinismo, ahora hacen ruido queriendo presentarse como una nueva opción, cuando fueron parte de la etapa oscura que tanto afectó a Tabasco”.
Cada palabra de May Rodríguez caló hondo entre la militancia y clase política en torno al teatro del parque La Choca. Es más, participaron adversarios políticos de May, mismos que ya han declarado su adhesión a la campaña estatal. A todos ellos, dedicó unos fragmentos del discurso cuando se refirió al punto de evitar las divisiones internas: “ningún interés individual puede estar por encima del interés colectivo. Dividir es traicionar.
Y yo estoy seguro que vamos a seguir juntas y juntos, porque en la transformación cabemos todas y todos”.
Creo que, si otro hubiera sido el candidato morenista (identificado con la corriente adancista), no habría invitado a la unidad y menos la habría hecho efectiva.
Destaco la austeridad en el cierre de la primera etapa de la campaña, la puntualidad del abanderado, la elección de pocos oradores y la brevedad de estos, y la contundencia del discurso principal.