Apoyo masivo y la excepción
Triques
Si sólo las simpatías se midieran por los asistentes a las reuniones de defensa de la cuarta Transformación, sin duda el empate entre Claudia Sheinbaum y adán augusto en primer lugar debería ser una noticia digna de destacarse.
Por ello Marcelo Ebrard, quien siempre temió encabezar reuniones masivas, denunció acarreo, pero a la hora de presentar pruebas nunca se mostró interesado. Por lo menos no tan interesado como cuando inició su carrera hacia la candidatura.
Si tuviéramos un tercer lugar en cuanto a la asistencia nutrida de mexicanos a los mítines masivos ese lugar sería para Gerardo Fernández Noroña, quien reunió una gran cantidad de personas en sus pláticas. Porque Ebrard nunca salió de los salones de hoteles y recintos cerrados, donde por muy grandes que fueran, nunca logró una asistencia masiva.
Acudir a las redes, se mostró como un refugio ante la imposibilidad de ensuciarse los zapatos. Así Ebrard prefiere hablarle a una clase media que tampoco se ensucia los zapatos para ver a ningún político por simpático que les parezca, porque la política todavía está muy alejada de algunos segmentos de la población del país.
Para Ebrard fue traumático aquel evento en el estacionamiento de la Plaza Comercial las Antenas, el 1 de abril de 2023, cuando todavía era secretario de relaciones Exteriores, inauguró una oficina de pasaportes y debieron retirar cientos de sillas, incluso miles, porque llegó poca gente. La logística estaba preparada para una multitud que nunca llegó. Hasta el escenario estaba dispuesto para abarcar 360 grados para que los asistentes pudieran no sólo oírlo sino verlo, pero no había necesidad ni de que pusiera de pie el entonces canciller. Sin duda fue un evento traumático que no volvió a intentar un evento masivo.
Los contingentes llegaban en grupos, con pancartas de sus asociaciones en las manos, con integrantes que mostraban no sólo incomodidad sino molestia. Pero más molestos de mostraron sus líderes cuando el discurso de Ebrard empezó a darle la palabra a sus compañeros de la Secretaría, quienes lo han acompañado durante toda su carrera burocrática. Mostrando, con esto que entre ellos estaba buena parte del gabinete en caso de ganar la Presidencia de la República.
El desencanto de los líderes de los grupos asistentes se mostró en el rostro porque hasta ellos se vieron desplazados no sólo como hipotéticos futuro miembros del gabinete sino como invitados especiales ene le evento donde sólo se mostraba preferencia por los funcionarios de Relaciones Exteriores.
La gente se empezó a irse ante la más de hora y media de tardanza bajo el sol y en un lugar donde la cantidad del transporte público deja mucho que desear. Para concursar para representar a la mayoría de los mexicanos debe representar primero alas apersonas con las que se habla en las campañas y Ebrard sólo habló con la clase media.
La acusación contra el acarreo, el rumor de que el dedazo se perpetuará en esta elección, surgen del escritorio de los asesores de Ebrard; sin embargo, a varios días después de que se dio a conocer a denuncia no se han presentado pruebas de ningún tipo. Mientras el trabajo burocrático dentro e l cuarto de guerra de Ebrard las multitudes, compuesta por representantes de ellos mismos, caminaron por las calles formando parte de la fuerza del músculo de los verdaderos líderes que podrían, en realidad, continuar el trabajo de López Obrador.
Desde luego que después de la encuesta deberá imperar la unidad, pero también ser y parecer parte de la Cuarta Transformación, que dicen defender sus concursantes, porque hubo quien se separó tanto de los lineamientos del movimiento social que la apoya que parecía estar fuera. No se puede forzar a formar parte de un proyecto a quien lo ataca o tiene intereses fuera y contra de la 4T y decir que está dentro de un objetivo común.
Nadie está adentro a fuera ni tampoco se despide a quien nunca ha estado dentro.