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Tabasco: 2024 será muy diferente a 2018

Tabasco: 2024 será muy diferente a 2018

Tabasco: 2024 será muy diferente a 2018
Por Rodulfo Reyes

 No hay duda de que Morena va a ganar la gubernatura el año próximo, pero tampoco la hay en que las condiciones no serán iguales a la jornada de 2018, cuando el edén se contagió de la fiebre por tener por primera vez en la historia un presidente tabasqueño, por lo cual malos candidatos y otros peores se asieron del pantalón de Andrés Manuel López Obrador para ganar una posición que a muchos llevó al autoengaño de creer en un triunfo por méritos propios.

      El mejor ejemplo de ello es Adán Augusto López Hernández, que logró 730 mil sufragios (el 61 % de la votación), lo cual lo llevó a convertirse en el candidato a gobernador “más votado de toda la historia”, una verdad… a medias, pues en ese algoritmo no se incluyó la fiesta cívica en Tabasco ante la posibilidad de que uno de sus hijos se sentara en la silla del águila.

      Cinco años después, la popularidad del Presidente se mantiene casi intacta en lo local con un 80 % (tuvo picos de 90 %), pero los que tenían prestados algunos puntos buenos del de Macuspana regresaron a su triste realidad: apenas en septiembre pasado la encuesta para elegir al abanderado presidencial de Morena mandó a Adán López al cuarto lugar de entre seis participantes.

      El problema no es que Claudia SheinbaumMarcelo Ebrard y hasta Gerardo Fernández Noroña hayan salido mejor posicionados que él. Lo irónico es que también en Tabasco lo hicieron papilla, en un resultado que lo expuso de cuerpo entero en su auténtica dimensión como político: ha sido el abanderado a la Quinta Grijalva con mayor porcentaje de boletas y llegó a Bucareli a acariciar el dulce sueño de ser candidato presidencial, pero solo por ir colgado de la mano de López Obrador.

      Sin López Obrador el ahora político errante es nada, como otras muchas figuras de Morena.

      Llegado a este punto es cuando puede advertirse que la diferencia de la jornada de este año será abismal con la de 2018, cuando nueve de cada 10 tabasqueños anhelaba tener a un paisano en Palacio Nacional.

      Dentro de cinco meses que haya elecciones, en el estado nadie saldrá a cruzar la boleta con la cabeza clavada en el bien mayor de que un hijo de esta tierra despache en el cargo público más importante de México, desde el cual –se soñó ilusamente– se podían resolver todos los males que los malos gobiernos del PRI y del PRD no habían podido restaurar.

      El próximo domingo 2 de junio que se acuda a las urnas ya se tendrá conciencia que de nada valió “presumir” a un presidente tabasqueño, si está vigente el problema del alto coste de la energía, si el estado y la región en general continúan sin infraestructura carretera y ha empeorado la inseguridad y la falta de medicinas en el sector público.

      Nota: la calificación del Presidente es alta, pero el rechazo a su gobierno también; a esto súmele que está demostrado que el de Macuspana únicamente le da votos a su partido cuando él acompaña las boletas.

      No significa que se vaya a perder Plaza de Armas. De ninguna manera. Los programas sociales de la federación han paliado los estragos de un gobierno nefasto como el de Adán López, que se prolongó a través del interino Carlos Manuel Merino Campos.

      La oposición no tiene posibilidades de triunfo. Quizá logre victorias territoriales en municipios donde Morena quiere excluir al grupo neomorenista del ex secretario de Gobernación.

      Y, para hacer más complicado el escenario, en el cuartel de Morena se han propuesto sacar un millón 200 mil votos en los comicios para gobernador o un millón al menos, unos 300 mil más que los logrados por Adán López, que en realidad fueron para que llegara un tabasqueño a la Presidencia.

      ¿O acaso ya se olvidó el “6 de 6” que vino a promover el propio Andrés Manuel?   

      El “6 de 6” era un programa partidista que ordenaba votar en masa por los candidatos del vinotinto, sin ponerse a revisar expedientes personales.

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      La prueba del fracaso para la ciudadanía de esa estrategia electorera es que Adán López hizo un peor gobierno que el del perredista Arturo Núñez Jiménez.

      A ambos, por cierto, AMLO los elogió en su momento como lo mejor que le había pasado a Tabasco al elegirlos como mandatarios.

      Por eso, porque ya no estará el de Macuspana en las boletas, es que el vinotinto debe actuar con pragmatismo para no imponer a integrantes de la corriente dominante mientras veta al grupo que llegó en 2018, y que en muchas localidades tiene cuadros altamente competitivos.

      Se puede adelantar en ese sentido que en estos momentos Cárdenas y Cunduacán se encuentran perdidos si imponen al diputado Euclides Alejandro y a María de la Cruz López, respectivamente.

Para su información…

Celebraban ayer los adancistas que el ex secretario de Gobernación será presidente nacional de Morena en lugar de Mario Delgado. Bueno, eso se viene diciendo desde antes de que se confirmara su derrota en la encuesta. “No que estaba muerto Adan“, decían.

rita


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