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FPB: El Último Caballero Águila de la Política en Tabasco 

FPB: El Último Caballero Águila de la Política en Tabasco 

La Mano de Adán, en los Olmecas de Tabasco.
Por Mario Gómez y González

Los caballeros Águila, la élite militar azteca, eran una casta privilegiada de valientes soldados nombrados por la nobleza. Su atuendo simbolizaba el poderío y la ferocidad que el rito a Huitzilopochtli, guerrero del sol, demandaba.

El Caballero Águila como emblema, un símbolo profundamente arraigado a nuestros orígenes y valores (por su valentía y heroísmo); según los mitos cosmogónicos mexicas, cuando los dioses Nanahuatzin y Tecuciztécatl se arrojaron a la hoguera para convertirse en el Sol y la Luna, también se lanzaron un águila (cuauhtli) y un jaguar (océlotl), asociando uno al día y el otro a la noche, como símbolos opuestos y complementarios.

El cronista fray Bernardino de Sahagún relata que de este sacrificio voluntario y valiente surgió la costumbre de llamar a los hombres diestros en la guerra cuauhtlocélotl.

Como parte de su educación, todo joven varón mexica (macehualli) tenía que aprender los métodos de guerra y el uso de armamentos en la escuela (telpochcalli), pero solamente los que mostraban agudeza mental y destreza podían avanzar al siguiente nivel o escuela para nobles la calmecac, y así aprender administración imperial y cómo gobernar, hasta llegar al rango de guerrero águila; caballero águila.

El pasado miércoles, Don Francisco Peralta Burelo, acudió al periódico del aire donde le concedió una entrevista al comunicador Emmanuel Sibilla Oropesa director de telereportaje, donde dio gala del conocimiento de la historia de México y de Tabasco.

Don Pancho- a como le decimos sus múltiples amigos-, es toda una enciclopedia política; su liderazgo en su natal Comalcalco, donde un pueblo enardecido lo empujaba a tomar el palacio municipal, ante la imposición que el gobernador Mario Trujillo García, pretendía hacer de Don Rafael Caso Vidal.

Toda una lección política y de vida; de ahí para adelante Francisco Peralta Burelo, nunca ha dejado de producir y sacar de su intelecto toda clase de obras y ensayos, así como su labor periodística de la mesa 42.

Ha escrito sobre los apellidos que predominan en Tabasco, hasta crónicas parlamentarias cuando fue diputado federal por el PRI.

Presidente del Tribunal Superior de Justicia; Oficial Mayor y Secretario de Educación, durante el gobierno de Don Enrique González Pedrero; fue secretario del ayuntamiento de Centro durante la presidencia del Dr. Amador Izundegui Rullán; Director del Instituto de Cultura de Tabasco durante el mandato de su gran amigo y vecino Salvador Neme Castillo.

Por su vocación humanista, presidió la Comisión Estatal de Derechos Humanos; la coordinación de estudios Municipales; Presidente del Consejo Municipal de Centro; Director de comunicación del gobierno que encabezó Arturo Núñez Jiménez, su también entrañable amigo.

Oriundo de Comalcalco, quizá es uno de los políticos más prolíficos de la perla de la Chontalpa; próximamente presentará su última obra “política y elecciones en el proceso político y electoral mexicano”.

Hace años Pancho Peralta dijo una frase contundente: que en Tabasco no había clase política, ni era clase ni era política.

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El miércoles, dijo otra frase para la historia: en la política mexicana no funcionan muchas cosas porque son mal copiadas; la cultura en México es lo que hace difícil que las cosas cambien.

Francisco Peralta Burelo: Un político completo, al que solo le faltó ser Gobernador de Tabasco. El “non plus ultra”; el “no más allá”; el que ha alcanzado la máxima perfección. Hay muchísimo “Pancho Peralta”, para rato.

 

Jaque Mate** Tiempo y espacio nos indican que es todo por hoy** buen fin de semana y hasta el lunes Dios mediante** recuerde que estamos a sus órdenes en Facebook/ Mario Antonio Gómez González; Twitter (X) @chayogomezg; nuestro correo electrónico [email protected]

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