Claudia, Delfina y Rocío
Triques
Es tiempo de las mujeres, sin duda. Sin embargo, hay quienes no se acostumbran a verlas en los papeles que tradicionalmente ocupaban hombre y ante la impotencia de regresarlas a donde ellos quieren que estén, las agreden. Hasta el momento hay tres mujeres que son el blanco de críticas gratuitas que sólo destilan misoginia.
Claudia, Delfina y Rocío. Jefa de gobierno de la Ciudad de México, Candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México y la posible candidata a la gubernatura de Veracruz, donde pareciera haber más resistencia de que una mujer encabece los destinos de los veracruzanos.
Desde hace varios meses los sectores conservadores del país mantienen una guerra sucia contra las mujeres y echan a volar la imaginación para inventar defectos y situaciones oscuras en la trayectoria de estas tres mujeres, y las que vengan a competir por cargos de elección popular.
La desesperación que les causa a algunos la cercana derrota en las urnas, les mueve a crear una imagen negativa de cualquiera de ellas, siguiendo la vieja costumbre conservadora de cuestionar al contrincante para esconder la falta de propuestas propias.
Incluso hay quienes prefieren que gane el candidato de otro partido antes de que gane una mujer en el propio. La tendencia de algunos sectores de la población, que afortunadamente son cada día menos que rechazan el liderazgo de las mujeres. Sorprendentemente se muestran indignados ante tal situación y se ponen a inventar encuestas falsas en favor de hombres, crean fantasías alrededor de la vida privada de las mujeres, aseguran fraudes y errores que nunc acometieron etc.
Debe acostumbrarse a algo que nunca les enseñaron, por eso el tiempo los rebasa y la historia los margina. Las mujeres para algunos son el enemigo a vencer, no tanto por ocupar un lugar que creen les corresponde sino porque tradicionalmente el poder no es para las mujeres, es un defecto del poder que éste sea detentado por una mujer y que se defienda a ultranza la equidad, porque la incapacidad para ser democráticos alcanza hasta a quienes así se autodenominan feministas esporádicos. Lo mismo sucede con algunos ambientalistas que de la noche a la mañana defienden la naturaleza después de haber sido sus depredadores.
Es por ello que no debe haber cabida en la política actual en México, en ningún partido político, el hecho de que sea un golpeador de mujeres candidato para ningún cargo de elección popular, los propios partidos deberían expulsar de sus filas a quienes tengan las sospechas de que agreden a sus semejantes. Más aún cuando han pisado la cárcel por este tipo de delitos y que se erigen como representantes populares.
Las candidaturas encarnadas en mujeres deben ser mayormente respetadas por propios y extraños, y actualmente son los propios correligionarios quienes rebasan la lógica y convierten a la contrincante en enemiga. La democracia es una palabra de género femenino, es dadora de vida y genera equidad porque del nacimiento a la tumba los seres humanos son iguales, en lo que se esfuerzan por ser superiores es en el breve trayecto de la vida que ahora quieren arrebatar la posibilidad de una verdadera transformación, quienes se dice favorecedores del cambio y no advierten el retroceso en sus declaraciones y acciones.