La polarización se ha vuelto pandemia.
Columna: Prospectiva
Emilio de Ygartua M.
La polarización, la crispación, se han convertido en una pandemia que amenaza convertirse en endemia; en una enfermedad con la que habremos de convivir el resto de nuestras vidas. En el Mundo, México no es la excepción, se observa que la polarización, el enfrentamiento, ha hecho a un lado la dialéctica la que describió Heráclito de Parménides como una tesis y una antítesis de la que deriva algo nuevo, la construcción algo diferente: Por el contrario, se ha convertido en una antinomia, en un resultado que conduce a la destrucción del adversario, del opuesto: lo primero son mis intereses, mi visión.
La política, el arte de lo posible, la ciencia capaz de hacer la guerra por otros medios, los pacíficos, se ha guardado nuevamente en el cajón del cual se han extraído, nuevamente, los cuchillos, las lanzas, las pistolas, las ametralladoras, las bombas convencionales y las que no lo son.
El secretario general de la ONU, Antonio Gutiérrez, ha salido a escena con ese desfase característico de la organización creada en 1945 para evitar una nueva guerra mundial, sí, pero no para impedir que, desde entonces, se registren conflictos entre los individuos como entre las naciones, parafraseando al Benemérito de las Américas.
“Estamos viviendo un momento de mayor tensión, de mayor peligro que durante la Guerra Fría”, señaló el portugués el viernes pasado, cuando los tambores de guerra sonaban con una fuerza tal que parecía irremediable lo que desde hace varias semanas viene anunciando Joe Biden: la invasión rusa a Ucrania. “Las tropas rusas están avanzando”. “Es cuestión de horas la invasión”: “Habrá sanciones severas a Rusia si invade Ucrania”: “Enviaremos los soldados necesarios para proteger a los ucranianos”. “Salgan todos de Ucrania”.
Eran las 18 horas del viernes 18 de febrero, cuando un atribulado mandatario de los Estados Unidos, en su histórica oficina oval, la misma en la que Franklin D. Roosevelt anunció, el 7 de diciembre de 1941, la entrada de su país a la Segunda Guerra Mundial luego de ataque japonés a Pearl Harbor. La misma que durante trece días de octubre de 1962 reunió a John F. Kennedy, a su hermano Robert, el secretario de Estado, y a Robert McNamara, el secretario de la Defensa, para enfrentar una de las crisis más graves de la Guerra Fría, provocada por la instalación de misiles atómicos soviéticos en la Isla de Cuba.
Las cosas no cambian, sólo los actores y su capacidad o incapacidad para resolver las crisis que les toca enfrentar. “El hombre y sus circunstancias”, diría Ortega y Gasset. La pregunta que hoy cierne sobre el mundo es si los actores de reparto de esta nueva crisis estarán a la altura de sus circunstancias. Lo evidente, y por ello lo complejo del asunto, es que la geopolítica, como ocurrió en el pasado, está jugando una vez más, a la ruleta rusa, que paradoja, con más de una bala en el cilindro de la pistola.
Javier García Arenas, economista hispano, señala que la población se polarizado de forma notable en los últimos años. El grado de polarización política es una variable clave que cuantifica hasta que punto la opinión publica se define en dos extremos opuestos. El analista económico establece que “a mayor polarización, más difícil resulta generar consensos amplios entre grupos con sensibilidades distintas para acometer reformas profundas que permitan que la sociedad avance. De este modo, una polarización elevada puede dar lugar a posiciones irreconciliables lo que dificulta la posibilidad de alcanzar acuerdos.”
Lo anterior lo observamos lo mismo para discutir una reforma eléctrica, que para lograr medidas sanitarias que sumen a toda la sociedad. Los eventos violentos observados en las últimas semanas protagonizados por los opuestos a las vacunas y refractarios a las medidas adoptadas por sus gobiernos evidencian esta polarización, esta crispación que aleja de toda posibilidad de acuerdos. Dos interlocutores sentados a una mesa tan distantes el uno del otro como su verdadero afán de llegar a acuerdos.
“Viene el lobo”: grita Pedro
¿Es esta una estrategia de Biden para distraer la atención de los problemas internos que no ha logrado revertir, los económicos y, sobre todo, la fractura que se observa en su partido, polarizado,con dos grupos antagónicos aparentemente irreconciliables: los moderados y los radicales? ¿Es una estrategia de Vladimir Putin para reposicionar a una nación humillada luego de la caída del Muro de Berlín que devino en la balcanización de sus repúblicas, una de ellas, la joya de la corona, Ucrania, que quieren recuperar? ¿Es una estrategia del gobierno chino que apoya e impulsa a Putin a enfrentar a su antiguo y permanente enemigo, con la finalidad de darle a los Estados Unidos el golpe final, que permita a China asumir el liderazgo mundial que hace muy poco sonaba a fantasía?
Muchos analistas coinciden en señalar que la crispación nace de un plan de Estados Unidos y de la Unión Europea, orientado a poner freno al expansionismo ruso y a su dominancia en el terreno energético impidiendo la conclusión del gaseoducto ruso-alemán. En este juego de ajedrez, no son pocos, tampoco, los que dudan que el discurso del flamante canciller teutón sea sincero. Sí, amenazan a Rusia con sanciones, pero en el fondo pervive su filia hacia Rusia siempre presente en el partido Socialdemócrata. No es extraño que sus aliados en la coalición que hoy gobierna Alemania, liberales y verdes, hayan manifestado su extrañeza y rechazo al discurso pro ruso de Scholz.
Razones ideológicas de la estrategia rusa
Ya hemos comentado en este espacio las razones, muchas aparentes de este conflicto. Sin duda, hay elementos que no podemos dejar fuera del análisis, por ello, tuve una sustanciosa conversación con el doctor Federico Seyde, catedrático de la UNAM, del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) y del Instituto de Administración Pública de Tabasco (IAP). El también colaborador del periódico “El Economista”, inicia la charla afirmando que, “la masiva concentración de tropas rusas en la frontera con Ucrania representa, sin lugar a duda, la más importante amenaza militar que Europa ha enfrentado desde el colapso de la Unión Soviéticaen 1991.”
¿Hay un trasfondo ideológico en la amenaza rusa? El politólogo de la UNAM me responde que, “para poder calibrar a profundidad la peligrosidad de esta amenaza, conviene analizar el marco ideológico del cual emergen las decisiones estratégicas que el gobierno ruso ha venido tomando en los últimos tiempos con relación a Ucrania.”
Federico Seyde establece recomienda, “tener presente que cada Estado nacional posee sus propios fundamentos ideológicos de legitimidad política”. En el caso de la Rusia postsoviética contemporánea y, “en especial, de la Rusia que se ha venido desarrollando bajo el liderazgo de Vladimir Putin desde comienzos del Siglo XXI, la configuración ideológica del Estado ha venido alejándose sistemáticamente de lo que podríamos denominar `el modelo occidental´, originalmente planteado por Boris Yeltsin.”
¿Hacia dónde se dirige este nuevo modelo impulsado por Putin? El docente del INAP, especialista, también en políticas públicas responde que, “la transformación reciente del Estado ruso sugiere la apertura de una ruta evolutiva que le aleja cada vez con mayor claridad del clásico modelo occidental basado en una síntesis histórica entre `democracia´, `descentralización´ y `capitalismo de mercado´, al tiempo que le aproxima de manera cada vez más evidente al modelo chino, es decir, a un modelo de evolución política y económica estructurado a partir de una particular combinación entre `autoritarismo´, `centralización´ y `capitalismo de Estado´.”
¿Este nuevo modelo conducirá a Vladimir Putin a un reencuentro con el discurso marxista, con el compromiso con la justicia social y la emancipación proletaria? Seyde es contundente en su respuesta: “Desde luego que no. Él ha encontrado una nueva fuente de sustentación ideológica fundada en un nacionalismo exacerbado semejante al surgido en el contexto histórico de la Segunda Guerra Mundial.”
Resulta interesante el análisis y el planteamiento de Federico Seyde, para quien “el nuevo Estado ruso ha desarrollado un discurso ideológico de carácter nacionalista que, entre otras cosas, implica una activa oposición al orden político y económico surgido tras el colapso de la URSS.”
¿Es este el verdadero lifemotiv de esta coyuntura que ubica al mundo en el umbral de un nuevo conflicto bélico? El investigador y docente de la UNAM responde contundente: “La Rusia contemporánea confronta el orden global surgido después de la Guerra Fría, incluyendo a la Unión Europea, en virtud de que considera que este nuevo orden mundial constituye una estructura de poder económico y político que, después de la derrota infringida sobre la Unión Soviética en el marco de ese período de cuarenta y cinco años, ha sido diseñado con la finalidad de preservar la hegemonía de los Estados Unidos.”
¿Qué debe hacer Occidente para enfrentar este proyecto nacionalista ruso y sus efectos en una zona claramente concebida por Putin como un espacio vital? El entrevistado establece que este propósito de Rusia, impulsado por Putin, “que es de la mayor importancia, debe ser enfrentado por el mundo occidental convencido de que la posibilidad de que el ejército ruso penetre desde múltiples frentes (incluidos aquellos ubicados en territorio de Bielorrusia), con cientos o incluso miles de tanques el territorio ucraniano es absolutamente real.” Para él, “la masiva concentración de tropas está lejos de ser producto de una estrategia propagandística de corto plazo.”
¿Hasta dónde puede llegar la respuesta militar del mundo occidental? “Esta es la pregunta fundamental que deben formularse europeos, británicos y norteamericanos. En mi opinión es altamente improbable que, daba la limitada importancia que en términos económicos y políticos tiene Ucrania para el mundo occidental, la OTAN esté dispuesta a emprender una guerra frontal contra Rusia y sus aliados.
Entonces, ¿qué puede ocurrir? La respuesta es rápida: “Lo más probable es que la respuesta occidental se limite al envío de armamento a la resistencia ucraniana y a la aplicación de severas sanciones económicas contra Rusia que, hay que decirlo tendrá fuertes implicaciones sobre el bienestar de los ciudadanos europeos y, en particular sobre los ciudadanos alemanes.”
¿Cuáles serían las implicaciones para Putin? La respuesta final es contundente: “Tendrá un impacto enormemente negativo y muy probablemente definitivo sobre la legitimidad de su proyecto político y, por lo tanto, sobre su permanencia en el poder.”
La nueva normalidad: el recuento de los daños y los retos futuros
El jueves próximo será presentado, de manera virtual, por dos grandes amigos, Carolina Brondo Macías, directora de este diario, y por Faustino Torres, docente de la UJAT y compañero en Visión Empresarial que transmite desde hace 18 años XEVT, el cuarto libro editado por la Universidad Olmeca de las Prospectivas publicadas por Novedades de Tabasco desde hace más de una década, gracias a la invitación de mi muy querida Carolina.
Esta presentación será transmitida a partir de las 17 horas del jueves 24 de febrero por las redes de la universidad y por YouTube. Me permito compartir algunas líneas del Prologo que hizo el honor de escribir Faustino Torres.
“Hoy mas que nunca se vale ser prospectivo, crear escenarios y dilucidar arriesgadamente mas allá de los hechos. La realidad diversa y cambiante, las fuentes de información avasallantes, nos invitan a ser un vaso diferencial que requiere obligadamente tomar los datos, organizarlos y darles sentido para convertirlos en información y finalmente mediante un proceso intelectual generar de ahí el conocimiento.
“Prospectiva 2021 es más que un anuario; es un almanaque, que trata con destreza y profundidad cada tema de coyuntura que acontece y es relevante para la vida nacional. Usted hallará estimado lector, una mirada a la realidad nacional e internacional desde el sureste de México. En esta compilación, se encontrará un amplio análisis y ejercicios periodísticos sobre temas de interés público.
“Si bien, sobre la vida pública se escribe todos los días en todas partes de México y el mundo, resulta hasta cierto punto inédito, leer de la pluma y el teclado de un destacado académico, politólogo, analista y activo promotor del permanente debate de ideas, una visión desde la hoy meca política de México, desde Tabasco en el corazón del sureste de la República Mexicana.
“Destacamos sobre el origen geográfico de donde se vierten las ideas, pues el 2021 fue el año de las vacunas contra el COVID-19. En temas nacionales vivimos el año de la elección intermedia en México y al mismo tiempo una especie de evaluación electoral del trabajo del Presidente Andrés Manuel López Obrador; así también atestiguamos el primer examen de Morena y de la 4T, después de haber subyugado políticamente a la oposición en el 2018.
“En el contexto internacional 2021, fue antes que todo el escenario del cambio de gobierno de los Estados Unidos de América, la llegada del Joe Biden, tras la salida de Donald Trump. Proceso electoral histórico como complejo desde su arranque, que dio origen a un cerrado y controvertido resultado, para concluir en una atropellada y hasta violenta transición, que en diversos momentos puso en entredicho la solidez democrática del vecino del norte. Los ojos del mundo vimos y vivimos en tiempo real la irrupción en el Capitolio, símbolo de la institucionalidad norteamericana. Sin duda, hecho que marco el inicio del año 2021.
“La prospectiva es obligada, los métodos, las metodologías y los procesos lineales para entender el presente y escribir el futuro, hoy no tienen cabida. El mundo cambia y lo hace a gran velocidad, la comunicación y el binomio información/desinformación se entremezclan y conviven todos los días a lo largo y ancho del mundo. Hoy tenemos la opción de simplemente ver la realidad pasar o ir un paso adelante en nuestro análisis para formar parte activa del tan requerido debate de ideas.
“Finalmente, no puede dejarse de lado en análisis geopolítico y socioeconómico de la realidad mundial. La guerra, la pobreza aderezada con profundas desigualdades, la pandemia del COVID-19 (con todas sus variantes), fenómenos económicos como la inflación, y el calentamiento global, son condiciones transversales a las que nadie escapa.
“Inevitable pensar de salida en la transición y la continuidad (o no), del proyecto nacional de la denominada 4T de cara al 2024. Hombres y nombres, mujeres y cargos, cercanías versus sana distancia, confianzas y lealtades, forman parte también de la Prospectiva 2021 y es que no podría ser de otra manera.”
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