Abarrotan familias el ‘Papagayo’ en el Día del Museo y se llevan una grata experiencia interactiva

Padres destacan la importancia del desarrollo intelectual de sus hijos mediante juegos y exposiciones de las salas
En el Día del Museo, cientos de niñas y niños tabasqueños de diferentes comunidades arribaron al Museo Interactivo Papagayo, acompañados de sus padres, para vivir una experiencia inmersiva con las ciencias, el conocimiento y la tecnología.
Una madre de nombre Julissa, que vino con su familia expresamente a celebrar este día en este lugar especial describió el ambiente familiar que se vivió.
“Lo que nos animó a venir es de que tengo dos niños, una niña de nueve y un niño de dos años y medio. Es la primera vez que los traigo. Y ellos están felices y contentos, es como si estuvieran en casa. El museo tiene áreas muy didácticas. Pero también los padres podemos interactuar con los niños”, expresó.
Diseñado por el arquitecto Abraham Zabludovsky, el área de cinco mil 500 metros cuadrados promueve mediante el juego y los conocimientos científicos y tecnológicos, el desarrollo de la capacidad intelectual de los infantes. Cada una de las cinco salas es atendida por uno de los llamados “primos”, jóvenes que realizan su servicio social y que reciben capacitación para atender a los visitantes.
La sala de Misión Espacial, dedicada a contar la historia aeronáutica espacial a través transbordadores a escala y grandes fotografías de la luna y Marte, es atendida desde hace cinco meses por Francisco Fabián Carrera, quien fue de este modo que también conoció el que ahora califica como “único museo interactivo del sureste”.
Para el “primo” lo más valioso de este centro es que todos los días es diferente, aunque la infraestructura no cambia. “El Museo es
deslumbrante, cada día como cambia algo, no cambia como tal infraestructura, sino como que cambian las ideas que hay dentro de las personas. Cada persona que llega tiene algo que aportar. Realmente nosotros no somos los únicos que aportamos, es como una retroalimentación”.
En la sala Piensa, una niña de siete años desafió a otras dos parientes más grandes con preguntas que un software va arrojando para poner a prueba los conocimientos. La pequeña ha respondido acertadamente a las preguntas de dónde son los pirineos, ha agregado la palabra faltante al refrán “mucho ruido y pocas …” y cómo se unen dos estructuras de metal. Cada respuesta genera risas entre los participantes, que no dejan de ser alentados por los demás asistentes que miran el concurso.
Los familiares han venido tres veces al Papagayo porque a los pequeños les divierte mucho. “A mi hijo le gusta y se divierte. A él le gustan más las cosas físicas. Nos gusta traerlos porque le abren más la imaginación, pero también nos ayuda como padres porque hace que no perdamos la iniciativa de eseñarles e instruirnos con ellos. Ahorita los niños ya todo lo quieren ver en la tablet, pero qué bueno que hay ese tipo de museos”, señaló la señora Aída, quien vino acompañada de su esposo y dos hijos.
Una niña miró en un microscopio las diferentes tonalidades y formas de un mineral. Ella solita graduó el enfoque del aparato para poder visualizarlo. Con emoción llama a mirar a sus padres. La madre confesó que “ya han venido varias veces, y lo seguirán haciendo porque sus hijos piden venir cada tanto”.
Adicionalmente al impulso que se da a este tipo de actividades, el Gobierno del Pueblo declaró los días martes la entrada gratis a algunos museos de la capital tabasqueña con el fin de que las familias se diviertan y aprendan de sus culturas originarias vivas.