¿Un “jurista-jurista”, para el TSJ? (otros datos 2)
Por: Mario Gómez y González
Muy bien, vayamos a estos “otros datos” (parte 2), que se dejan escuchar en torno a la próxima designación del presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ); mismo que ha dado paso a la polémica, que no debería extrañarnos, dada la politización superior que se siente, se come y se vive en este nuestro hermoso estado de Tabasco.
Desde que dio inicio la campaña electoral de Javier May Rodríguez por la gubernatura, comenzó el murmullo de quienes podrían perfilarse para sustituir a Enrique Priego Oropeza en la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia y Presidente de la Judicatura (TSJ).
Mario Alberto Gallardo García, Rosendo Gómez Piedra y Juan José Peralta Fócil, son los nombres que habían venido sonando en el ánimo de conocedores del tema, así como de connotados analistas políticos de la entidad.
Por ostentarse como Magistrado con licencia, Mario Alberto Gallardo, mantenía ciertos reflectores que le permitían estar en la terna que tiene en la mesa Javier May Rodríguez.
Sin embargo, algunos análisis e indagaciones (“voces generosas”, la llaman los malquerientes), incluyeron de última hora a Efraín Reséndiz Bocanegra, aunque sus cartas credenciales no le favorecen, sobre todo comparándolo con Juristas de la talla de Rosendo Gómez Piedra y Juan José Peralta Fócil.
Pero sin duda, la “piedra en el zapato” que tiene Reséndiz Bocanegra, es su pertenencia al Colegio de Notarios, de esta entidad y que, dicho sea de paso- nos los aseguran y afirman éstas “voces diferentes”, fueron los que se empecinaron en desprestigiar al máximo tribunal de justicia de los tabasqueños (TSJ); razón suficiente que muy difícilmente toleraría Javier May Rodríguez ya como Gobernador Constitucional. De ese tamaño.
La designación de Mario Alberto Gallardo García como el Oficial Mayor de la próxima administración de Javier May y los deseos personales que Rosendo Gómez Piedra confió de manera directa con alguien muy cercano a él, en el sentido de preferir quedarse en la Ciudad de México, por otra invitación que recibió, permite dimensionar la idea que de esa trilogía de connotados juristas que se mencionaban inicialmente, solamente queda en dicha terma, Juan José Peralta Fócil, para asumir la titularidad del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Egresado de la escuela de derecho de la UJAT, muchísimos tabasqueños recuerdan la trayectoria de Juan José Peralta Fócil, como secretario en diversas agencias del ministerio público, de la entonces Procuraduría General de justicia de Tabasco (PGJ).
Es decir, conoce perfectamente todos los entretelones de las tareas de procuración e impartición de justicia pronta y expedita, en razón de haber comenzado “desde abajo y haciendo la talacha”, no obstante ser hijo de uno de los juristas “más cultos y preparados” (Monseñor Rafael García González, Obispo de Tabasco, dixit) que haya dado Tabasco; el licenciado José María Peralta López, quien fuera Procurador de Justicia estatal, presidente del Tribunal Superior de Justicia, secretario de gobierno y gobernador del estado.
Para nadie en Tabasco, pasaron desapercibidas la conducta que como familia ha observado siempre la familia Peralta López (la señora Lenchita, Beatriz y el mismo Juan José); muy prudentes, sencillos, discretos, modestos, altruistas y con gran vocación de servicio; prueba de ello, el brillante papel que, como primera dama y presidenta del DIF, hiciera en favor de los tabasqueños, la señora Lenchita Fócil de Peralta.
En su trayectoria como secretario de programación en el gobierno de Salvador José Neme Castillo, a Juan José, se le recuerda por las gestiones que hacía ante el entonces delegado de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), Eduardo Camero Aguirre-Barrena, a fin de que los programas y acciones se desarrollaran en tiempo y forma, beneficiando a Tabasco y a los tabasqueños.
Las fortalezas de Juan José Peralta Fócil, se remontan, también, al año 2000, cuando se integró formalmente al Partido de la Revolución Democrática (PRD), concretamente al equipo comandado por José Ramiro López Obrador (próximo secretario de gobierno) y Javier May Rodríguez (gobernador electo de Tabasco), siendo director de programación y presupuesto en el Ayuntamiento de Macuspana con “Pepín” (hermano de ustedes “ya saben quién”).
Además de su permanencia al equipo de Pepín y May Rodríguez, habría que reconocer la trayectoria que, como servidor público, Peralta Fócil, ha procurado siempre en los cargos que le han asignado, manteniendo una clara lejanía con señalamientos de corrupción, abusos y mala conducta.
Hoy y a tres semanas de protestar el cargo de Gobernador Constitucional, Javier May, tiene (dicho en términos beisbolísticos), en la lomita de los disparos a Juan José Peralta Fócil, para abrir el sexenio, desde su posición de pitcher abridor con 90 millas en el brazo, para entrar triunfante por la puerta grande al edificio sede del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Tabasco (TSJ), rompiendo con esa inercia que tiene hoy en día a ese poder del Estado, en claroscuros.
Jaque Mate** Acuso recibo y doy trámite a comentario de un extraordinario politólogo y académico avecinado en la ciudad de México, quien me indica que hace poco tiempo vino a Tabasco a un evento social, donde compartió mesa con dos prominentes Notarios Públicos, mismos que le comentaron amargamente que el gobierno de Adán Augusto López Hernández, “fue el peor”, en cuanto el desarrollo y desahogo de asuntos administrativos, con las tareas de los fedatarios** servido y ahí queda eso** buen fin de semana** hasta el lunes Dios mediante.