Todos a las urnas
El próximo domingo 2 de junio todos los mexicanos debe salir a ejercer su derecho al voto y hacerlo de manera abrumadora para que quienes ganen la elección sean legitimados por la mayoría de los ciudadanos.
No importa si tengan que hacerlo en muletas, sillas de rueda o transportarse de un lugar a otro, pero hay que ir a la cita que marcará el rumbo de este país los próximos seis años en el caso de la presidencia de la república.
También se elegirán gobernadores en ocho estados, un jefe de gobierno, presidentes municipales, diputados locales, federales y senadores.
En total, un poco más de 20 mil cargos de elección popular en todo el país, de ahí que sea considerada la más grande de la historia.
Para ello se ha convocado, como aquí ya se ha dicho, a 98 millones 329 mil 591 ciudadanos con credencial de elector vigente.
Aún y a pesar de haber sido uno de los procesos electorales más violentos de los que se tenga memoria, sin excusas ni pretextos los ciudadanos no deben dejarse intimidar y cumplir con la obligación de elegir a sus autoridades el día de la jornada comicial.
Previamente tuvieron que haber reflexionado su voto y rechazar cualquier tipo de coacción o prebenda, mucho menos amenazas.
Pensar y repensar, primeramente si lo que se ha hecho por las actuales autoridades ha sido suficiente para sacar a México del atraso en que se encuentra en todos los órdenes.
En salud, educación, seguridad, combate a la pobreza, la corrupción y la impunidad o si estamos peor que antes.
Lo mismo aplica en los estados y municipios donde existe mayor cercanía de los gobernadores y alcaldes con los ciudadanos.
Revisar si lo que propusieron los candidatos son las mismas recetas de siempre o hay proyectos o líneas de acción en base a resultados.
Desde los candidatos presidenciales hasta los que compiten por gobiernos locales hay quienes han sido funcionarios públicos acusados o no de corrupción o negligencia criminal durante su paso por la administración federal o estatal, pero corresponderá a los ciudadanos brindarles o no nuevamente su confianza.
De ahí la importancia del voto, de cambiar lo que no funcionó o seguir con lo que se tiene. La última palabra la tienen los electores, pero para eso tienen que ir mayoritariamente a las urnas el próximo domingo. Ojalá así sea.