Tabasco y Chiapas: el polvorín al que se retirará el Presidente
Por Rodulfo Reyes
El l de octubre que entregue la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador tendrá sobre la cabeza la espada de la inseguridad por el polvorín que escogió para retirarse. El oriundo de Tepetitán, Tabasco, ha elegido para convertirse en ex presidente su finca de Palenque, Chiapas, a 140 kilómetros de la capital Villahermosa, a donde se hace en coche poco menos de dos horas.
Aunque la casa de campo de López Obrador fue actualizada y posee todas las modernidades, además de que se encuentra en una zona de alta plusvalía conectada incluso con el recién estrenado Tren Maya, sus condiciones de seguridad no son las óptimas para que pueda residir allí un ex mandatario mexicano.
López Obrador arrancó su gestión con las mejores condiciones para la zona de su influencia, Tabasco y Chiapas, donde radica su familia.
En 2018, el morenista Adán Augusto López Hernández ganó la gubernatura del edén, y en Chiapas quedó como mandatario su cuñado y correligionario Rutilio Escandón Cadenas, casado con su hermana Rosalinda.
Así que el vínculo de esa tierra de nadie es que en ambos estados está presente la mano de la ex corcholata al que muchas veces el Presidente llegó a considerar “mi hermano”.
Aunque prácticamente está proscrito de la escena pública (su última aparición en medios fue cuando se informó que había sido nombrado coordinador de la campaña de Morena en Morelos), el ex secretario de Gobernación sigue teniendo fuerza política en la región.
La mejor prueba es que llegará a la Cámara Alta mediante la vía plurinominal, y que su hermana Rosalinda es candidata al Senado por Tabasco, aunque en los últimos seis años ha residido en Tuxtla Gutiérrez y en la Ciudad de México por haber ocupado un cargo de dirección en el SAT.
Adán López también tiene el control del gobierno tabasqueño: el mandatario interino, Carlos Manuel Merino Campos, es quien siempre ha sido su suplente cuando ha pedido licencia a cargos de elección como diputado y como senador.
La ola de violencia que inició a finales del año pasado fue con colaboradores de López Hernández.
Hace un par de semanas, el general Víctor Hugo Chávez, nuevo secretario estatal de Seguridad y Protección Ciudadana, reveló en una entrevista de radio que la violencia actual comenzó con una balacera ocurrida la última semana de diciembre de 2023 en la casa del anterior titular de la corporación, Hernán Bermúdez Requena.
El ex jefe policíaco fue nombrado en ese cargo por Adán López; ambos hacen equipo desde principios de los 90.
La casa de retiro del macuspanense está enclavada en un municipio de un estado que ya se le fue de las manos al cuñado de Adán López: Chiapas enfrenta un franco deterioro en la materia.
Para el primer trimestre de este año, el número de víctimas letales del crimen organizado en Chiapas aumentó 150 % en relación al mismo período de 2023, de acuerdo con fuentes periodísticas.
En territorio lacandón pelean palmo a palmo las dos organizaciones criminales más poderosas de México con sede en Sinaloa y en Jalisco.
En La Chingada, el de Macuspana residirá en un estado convertido en zona de desastre, cuya violencia ya contaminó a su vecino.
Su cuna, Tabasco, igual padece la peor crisis de inseguridad de su historia con un gobernador interino que opina que usar una playera del América es igual de malo que portar el uniforme de un cartel de las drogas, y que afirma que el hecho de que delincuentes lancen bombas molotov a instalaciones policíacas y a comercios, es “prueba” de que su administración está trabajando “bien”.
Recientemente, la candidata del PAN a la gubernatura, Lorena Beaurregard de los Santos, acusó, aunque sin ofrecer ninguna evidencia, a su contraparte de Morena, Javier May Rodríguez, de presuntos nexos con la delincuencia organizada.
Sin embargo, tal señalamiento fue visto como una cortina de humo para quitar la responsabilidad a la actual clase gobernante por omisión o comisión en los hechos de sangre que están enlutando al edén.
Mientras se escribía esta columna, en las redes sociales se informaba que se continúa matando a tabasqueños, que, según las autoridades, están involucrados en temas de delincuencia organizada.