Tabasco: ¿Qué puede salir peor?
Por La Chispa
31 julio, 2024
De Primera Mano
Por Rodulfo Reyes
Como nunca en lo que va de este siglo un gobierno de Tabasco había arrancado con todo en contra como el de Javier May Rodríguez que entra en funciones en dos meses.
La próxima administración estatal enfrentará una escasez de recursos federales como consecuencia del endeudamiento del gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador.
La crisis previsible en la gestión de Claudia Sheinbaum Pardo le dificultará a May lograr los grandes proyectos prometidos en campaña.
Aun de darse la promesa de Sheinbaum, durante el proselitismo, de apoyar “con todo” al edén, los problemas financieros del país le pegarán a la tierra de AMLO, como al resto del país.
El nuevo gobierno requiere urgentemente abrirse a la iniciativa privada, pero esto será muy difícil por las reformas constitucionales que se aprobarán en septiembre.
Además, los morenistas (entendidos como auténticos seguidores AMLO) tienen el gen de la autodestrucción ante la falta de identidad ideológica, y de ahí el jaloneo entre los lopezobradoristas que están con May y los partidarios de Adán Augusto López Hernández.
Posiblemente a Tabasco no le vaya mal con Sheinbaum en términos estrictos, pero indudablemente no le fue bien con AMLO, pese a que todo apuntaba en ese sentido.
Esa es la diferencia: cuando hubo Presidente tabasqueño no detonaron los proyectos para sacar del barranco al terruño.
Ahora se tiene que esperar menos del nuevo gobierno de la república, pues este no nadará en la abundancia y enfrentará la crisis heredada.
Para hacer más obscuro el futuro: López Obrador dos veces le ha entregado la gubernatura a gente que no tuvo como propósito fundamental servir a la entidad, sino hacer negocios y disfrutar del poder público.
Quizá quien debió ser gobernador de Tabasco fue el oriundo de Macuspana, pues de 2012 a la fecha que se sacó al PRI de la Quinta Grijalva al edén ha ido “de mal en peor”.
Salud, ¿con Bienestar?
Tabasco es de las 23 entidades federativas adheridas al IMSS-Bienestar, cuyo director general es el tabasqueño Alejandro Calderón Alipi.
El 16 de octubre del año pasado, el médico Manuel Pérez Lanz fue nombrado coordinador estatal de la institución que absorción al Insabi, que a su vez se nutrió del Seguro Popular.
Hace un mes que el gobernador electo Javier May Rodríguez dio a conocer a su gabinete, quedaron pendientes las carteras de Salud y Seguridad y Protección Ciudadana.
Sobre la primera dijo que nombraría al titular hasta que la federación estableciera cómo iba a quedar el sector a nivel nacional.
Hasta donde se ha podido observar, IMSS-Bienestar tendrá la responsabilidad de la atención en salud.
Hasta antes de ser promovido a la dependencia que se tragó al Insabi, Pérez Lanz era subsecretario de Salud estatal.
En esa institución le tocó estar en la primera fila de la lucha contra la pandemia.
Recuérdese que la primera víctima del Covid en la administración fue el entonces gobernador Adán Augusto López Hernández; después cayó la titular del ramo, Silvia Roldán.
Por eso el segundo de la dependencia se puso el cubreboca para diseñar la estrategia para enfrentar a la llamada “enfermedad del siglo”.
Pérez Lanz se encargó de contactar a especialistas extranjeros para buscar los medicamentos contra el virus.
También se echó a la espalda la responsabilidad de conseguir los 800 respiradores mecánicos que evitaron una tragedia mayor.
De la misma manera, de su oficina, que prácticamente era la calle, salió la idea de montar los dos domos ambulatorios contra el Covid.
En espera de que Alejandro Calderón Alipi sea ratificado como director general del IMSS-Bienestar, es muy probable que continúe el mismo equipo que desde el año pasado trabaja con el tabasqueño identificado con el grupo de Andrés Manuel López Beltrán, Andy.
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