Sheinbaum: Gobernar obedeciendo
No tuvo que pasar mucho tiempo para que Claudia Sheinbaum Pardo diera muestras de cuál será su estilo de gobernar en los próximos seis años como presidenta de México.
Las condiciones desastrosas en que le dejó el país su antecesor, el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, le están cobrando la factura en temas tan sensibles como la inseguridad y la creciente violencia por la presencia del crimen organizado en varios estados de la república.
El saldo, a dos semanas de haber iniciado su gobierno, es de mil 103 homicidios dolosos, más del 20% que en octubre pasado con López Obrador.
Está claro que la huesped de Palacio Nacional se resiste a dar un golpe de timón a su reciente administración, y dejar atrás la forma de gobernar de su mentor, el originario de Tepetitán, Macuspana.
Así, nada la ha hecho cambiar para quitar siquiera una sóla coma al paquete de reformas enviadas por López Obrador a la Cámara de Diputados, incluida la Judicial que, con todo y sus errores, mediante una tombola dejó a la suerte el futuro de jueces y magistrados federales.
El interés, como le fue instruido, es apodararse del Poder Judicial Federal para tener el control absoluto del país.
Eso y con todas las implicaciones económicas que le representan a México quien tiene un tratado comercial con EU y Cánada.
Vamos, no ha pasado ni un mes en el cargo y la ex jefa de gobierno ya se siente sobrada teniendo de su lado al legislativo y próximamente el judicial.
Apenas, en recientes declaraciones desde Quéretaro, echó por tierra toda posibilidad de diálogo con los partidos de oposición.Literalmente les cerró las puertas de Palacio Nacional.
Aunque, el mensaje es que la señora presidenta no los necesita para gobernar. Dijo que con quien sí va hacerlo es con el pueblo de México.
Tan sigue al pie de la letra la forma de gobernar de AMLO que, terminó militatizando la seguridad pública del país, el ejército seguirá haciéndose cargo de la obra pública, los ‘abrazos’ a los criminales no han parado, habrá más reparto de dinero en programas sociales y contrató más deuda para lo que ha llamado el segundo piso de la cuarta transformación.
Pareciera que quien sigue gobernando es López Obrador. Así se ve, el estilo es el mismo y la obediencia es absoluta.