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Queremos una paz duradera”: Javier May

Queremos una paz duradera”: Javier May

Alfredo A. Calderón

“Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela “Salmos 34:14″*

*El primer año de gobierno de Javier May Rodríguez en Tabasco no fue un periodo de aprendizaje, sino una batalla de ruptura. A su llegada al poder, el nuevo mandatario desarmó lo que durante años se manejó como un “pacto tácito” entre autoridades de gobierno y crimen organizado: una tregua sucia que compraba una paz aparente a cambio de territorio, silencio y complicidad*

 

*La administración de Adán Augusto y después la de Merino Campos habían permitido, según fuentes locales, que ciertos grupos operaran con discreción mientras se mantenía la fachada de estabilidad. May rompió con eso, y las consecuencias no tardaron en incendiar la narrativa: mantas colgadas, amenazas veladas y el ruido sordo de una estructura criminal que perdió sus privilegios. “Nosotros no pactamos con la delincuencia, y ahora hay cero impunidad en Tabasco”, declaró May*

 

*Fue un discurso que marcó el fin del viejo orden y el inicio de una nueva guerra frontal. Pero detrás de cada palabra resonaba un eco de advertencia: nadie desafía a la delincuencia sin pagar un precio político ni social. Aun así, el gobernador eligió ese camino, y en su primer año las calles comenzaron a mostrar señales de resistencia y transformación*

 

*Tabasco había llegado a un punto crítico. La ciudadanía ya no confiaba en su policía: le temía, y los cuerpos de seguridad habían sido reducidos a meras sombras del poder político. Los bajos sueldos, la corrupción interna y el abandono operativo habían degradado la autoridad. May lo entendió: urgía la reconstrucción de la confianza para recuperar el control, había que devolver dignidad social y laboral a las huestes policiacas*

 

*Aumentó salarios, mejoró la capacitación y dotó de equipamiento moderno a las corporaciones. Pero más allá del dinero o los patrullajes, el cambio fue simbólico: hacer entender a los uniformados que su deber no era servir al político de turno, sino proteger al pueblo. En un estado donde durante años el miedo fue un lenguaje cotidiano, la apuesta era ambiciosa: reconstruir una relación de paz y estabilidad entre pueblo y autoridad*

 

*La meta del gobernador: “Queremos una paz duradera, y la paz es fruto de la paz”, sentenció May, repitiendo un principio sencillo pero revolucionario para un territorio cansado de escuchar discursos y ver funerales. Luego de un año extremadamente difícil, viene la nueva etapa de: ¡El Escudo Olmeca, una nueva y auténtica: muralla digital! En ese contexto, el anuncio del C5 Escudo Olmeca se presentó no como una obra más*

 

*Sino como la piedra angular de una estrategia que pretende modernizar el combate al crimen. Con una inversión superior a 2 mil 500 millones de pesos, el nuevo centro de Comando, Control, Cómputo y Comunicaciones promete convertir la vigilancia en ciencia, la reacción en prevención y la información en poder. No se trata sólo de cámaras y drones, sino de una infraestructura que apunta a cambiar la mentalidad de la seguridad pública*

 

*El Escudo Olmeca conectará a Villahermosa con los municipios más conflictivos —Cárdenas, Comalcalco, Macuspana—, integrando redes de comunicación con tecnología de inteligencia artificial, reconocimiento facial, mapas predictivos del delito y lectura automatizada de placas. Es, decir, llevar la teoría a la práctica en una muralla digital contra el crimen organizado. El proyecto prevé pasar de mil a cinco mil cámaras de videovigilancia interconectadas a fibra óptica y reforzar la atención de emergencias a través del 911*

 

*Todo diseñado con protocolos unificados entre la Secretaría de Seguridad, la Guardia Nacional, la Fiscalía General, Protección Civil y la Cruz Roja. En términos prácticos, será un cerebro estatal que observe, analice y anticipe. En términos simbólicos, el intento de reemplazar la impunidad por vigilancia. Habrá que dimensionar que se medito a conciencia que, -en Tabasco-, donde el crimen ha aprendido a adaptarse a cada reforma, la tecnología no bastará, habrá que ir un paso adelante*

 

*Lo que se construye en el C5 debe estar acompañado de una voluntad política inquebrantable; de lo contrario, se convertirá en otro monumento de cables caros y pantallas apagadas. Entendiendo que ¡La paz que no se decreta! Javier May parece entender algo que sus antecesores olvidaron: no hay paz sin justicia social. Por eso su discurso no se limita a patrullas o cámaras, sino a jóvenes en la escuela, en el deporte, en la cultura*

 

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*La delincuencia no se derrota sólo con armas, sino arrebatándole su semillero: la desesperanza. Cada programa de becas, cada cancha recuperada, cada espacio cultural reabierto es un ladrillo en la construcción de una paz que no depende sólo del miedo, sino de la pertenencia. Cuando el gobernador dice que quiere a los jóvenes “felices con su familia”, lo hace desde una comprensión política profunda: la seguridad no se impone, se cultiva, sólo así será realidad el dicho de Javier May: “Queremos una paz duradera”*

 

*SEPTIMO SELLO*

*¿El precio del cambio? Ubiquemos y dimensionemos, no todo es ni será victoria. Las cifras de homicidios, aunque con tendencia a la baja en algunos municipios siguen revelando focos rojos en regiones como Comalcalco, donde la violencia se resiste a morir, donde a diario el miedo y la zozobra crecen, muerden y las “bolsas negras” prosperan. La tierra de May Rodríguez demanda paz urgente, al parecer la curva del aprendizaje se comió al alcalde Ovidio Peralta y no ha podido*

 

*SEPTIMA TROMPETA*

*Entendamos: la sociedad tabasqueña observa con esperanza, pero también con cautela. Hay quienes temen que la ruptura de los viejos pactos haya despertado viejos fantasmas. Y tienen razón: cada paso hacia la limpieza institucional despierta enemigos con recursos, con memoria y con sed de revancha. El Escudo Olmeca será una prueba: si el Estado logra usar la tecnología para proteger, no para vigilar a su gente; si la policía sirve, no se vende; si la justicia llega, no se archiva*

 

*Entonces, Tabasco podrá hablar de una nueva era. Pero si la estructura se corrompe, si los algoritmos no se usan adecuadamente o se manipulan, la historia volverá a repetirse como una maldición digital. En el fondo, la guerra que libra Javier May no es solo contra los criminales, sino contra la costumbre del miedo. Contra el fatalismo de un pueblo que se acostumbró a decir “así es Tabasco”*

 

*SEPTIMA COPA*

*El reto en Tabasco es demostrar que ya no quiere mirar por el retrovisor y vivir de nuevo: masacres, ejecuciones o cosa similares. Que después de la oscuridad de los pactos y la podredumbre de la impunidad, Tabasco puede levantarse un estado donde la justicia deje de ser promesa y vuelva a ser ley. La paz que promete el gobernador se entiende que no será un milagro. Será una conquista. Y como toda conquista en Tabasco, se ganará con fuego, sudor y fe*

Alfredo A. Calderón


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