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Prospectiva.

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El efecto del proceso electoral del domingo 5 de junio pasado ha tenido dos escenarios muy diversos, uno al interior de Morena, el otro, del PRI. Del lado del partido gobernante, Morena, observamos un movimiento orientado a enfrentar con éxito los dos importantes procesos electorales que tendrán lugar el primer domingo de junio del 2023. La renovación de los poderes ejecutivos del Estado de México y Coahuila será la antesala de lo que ocurrirá un año después cuando se renueve tanto el poder ejecutivo federal como el Congreso de la Unión.

El multitudinario evento realizado el domingo antepasado en Toluca, y el posterior desayuno en el que estuvieron tres de los aspirantes a abanderar a Morena en la contienda presidencial del 2024, significa el arranque de una carrera que no estará exenta de empujones, patadas y de otras estrategias y artimañas orientadas a lograr la candidatura. “Las corcholatas”, como las ha bautizado Andrés Manuel López Obrador, saben bien que esta será una lucha intensa entre Claudia, Marcelo y Adán.

No hago a un lado ni descarto a Tatiana y a otros nombres de hombres y mujeres que el presidente ha incluido en su lista de posibles sucesores.

La caballada no está flaca, para nada, pero “el bueno o la buena” saldrá de la lista de los tres mencionados. Será el abanderado o la abanderada de Morena y sus aliados; será, sobre todo, él o la responsable de dar continuidad y profundizar la transformación impulsada por el tabasqueño. López Obrador sabe que la pervivencia, vigencia y avance de su proyecto de nación pasa, necesariamente, por la adecuada designación de su sucesor. Ese es el camino, esa la ruta por seguir.

Leo Zuckermann, primero en su espacio en Foro TV (“La Hora de Opinar”), y al día siguiente en su columna publicada en Excélsior (14 junio 2022), se preguntó ¿Cómo diferenciar a los tres aspirantes? Sin duda, los tres están marcados por el signo del “obradorismo”. Claudia, Marcelo y Adán, cada uno a su estilo, cada uno en sus espacios, demuestran día a día su compromiso con las tesis y con el proyecto de nación que enarbola el actual inquilino de Palacio Nacional.

Quien no está en esta lista, quien según él ha sido excluido, sabe muy bien que, sin demérito de sus cualidades, no garantiza esa lealtad ni da certeza al líder moral de un movimiento social y político que no puede poner en manos dubitativas su proyecto. Victimizarse es hoy el mejor camino para quien, cada día está más claro, seguirá por una ruta diferente sumado a otro proyecto de nación que le dé cabida a sus legítimas aspiraciones personales.

Por el momento, ha decidido jugar el papel de crítico cotidiano del método de selección e, incluso, poner sobre la mesa (¡Me escuchas INE!) que actos como el del domingo 12 de junio, o el que tendrá lugar el próximo domingo en Saltillo, son “actos anticipados de campaña que la autoridad electoral deberá de valor.”

Su asistencia o inasistencia al acto del 26 de junio, al que ya ha sido invitado formalmente, permitirá confirmar la ruta que finalmente recorrerá el paisano del poeta zacatecano, el admirado Ramón López Velarde: “Suave Patria, te amo no cual mito, sino por tu verdad de pan bendito; como a la niña que asoma por la reja con la blusa corrida hasta la oreja y la falda bajada hasta el huesito. Inaccesible al deshonor, floreces; creeré en ti mientras una mexicana en su tápalo lleve los dobleces de la tienda, a las seis de la mañana, y al estrenar su lujo, quede lleno el país, del aroma del estreno. Como la sota moza, Patria mía, en piso de metal, vives al día, de milagros, como la lotería. Tu imagen, el Palacio Nacional, en tu misma grandeza, con tu igual estatura de niño y de dedal. Te dará frente al hambre y el obús, un higo de San Felipe de Jesús.”

Es tiempo de recorrer las calles y las plazas

Desde hace varios años, los tres, Claudia, Marcelo y Adán, cada uno en su respectivo espacio, han mostrado a López Obrador su lealtad y el compromiso irreductible e indeclinable con sus tesis y con su proyecto de nación que tiene como objetivo principal revertir las desigualdades, dar a los que menos tienen una esperanza de vida mejor. Se trata, no lo ha entendido la oposición, de un cambio de régimen, no de gobierno.

¿Cualquiera de los tres garantizaría la continuidad del programa de Andrés Manuel? Sí, pero no. Este Perogrullo requiere una explicación, lo se. La identidad con el programa no garantiza la homogeneidad. Marcelo, Claudia y Adán están muy comprometidos con los cambios que impulsa la Cuarta Transformación, sin duda, pero de llegar a la presidencia de la República, cada uno (“el estilo personal de gobernar”, diría el maestro Cosío Villegas) le daría un toque personal.

Este banderazo de salida, inédito, promovido por Andrés Manuel López Obrador tiene como objetivo poner punto final al tradicional “tapado” y terminar con el dedazo. ¿Quién aprovechará mejor estos 16 meses? La pregunta está en el aire. El tabasqueño ha abierto de manera oficial la carrera por la sucesión.

Los resultados obtenidos el 5 de junio, haber ganado en cuatro de seis estados en lisa, el ver a la alianza opositora sin rumbo y fracturada por los malos resultados, son signos inequívocos para López Obrador de que es tiempo de que inicie el proceso interno. Nuevamente ha impuesto su narrativa en un tema, el electoral, de que es maestro.

¿Es prematura esta convocatoria? Si algo distingue al paisano, insisto, es su olfato político. Sabe que ante los tropiezos de la alianza opositora (PAN, PRI y PRD) y de su falta de liderazgo, lo adecuado es concentrar los focos de atención en los precandidatos de MORENA.

¿Cuáles son los riesgos de esta estrategia? Dos en especial. Primero, la reacción del INE que puede convertirse, nuevamente, como sucedió con la consulta para la revocación de mandato, en una piedra en el zapato haciendo uso de un marco jurídico con líneas muy difusas y anacrónicas, atendiendo las solicitudes de los opositores (y del enemigo en casa) sancionando e impidiendo actividades de precampaña calificándolos como “actos anticipados”.

El segundo riesgo es que los aspirantes no atiendan al pie de la letra las indicaciones de su líder moral: “No se desvíen de su trabajo. No se distraigan de sus funciones.” ¿Cómo le van a hacer? “Tienen que trabajar 16 horas en el gobierno y de las 8 que les quedan, de las 24 del día, agarrar para hacer sus campañas una, dos o tres. Y que duerman cinco horas diarias, pero que las 16 dedicadas al gobierno se mantengan.” El plan está complicado, sí, pero cumplirlo será fundamental si quieren convertirse en abanderados de Morena en el 2024.

Los perfectos tiempos del Señor

¿Cómo se va a seleccionar al candidato/candidata? López Obrador ha insistido, contrariando al senador victimizado, que el método será una encuesta. “Hablando también con toda claridad, el riesgo de que se abra la elección, como piden algunos, acrecienta el riesgo de que se meta la mafia”. El tabasqueño refrendó su convicción de que,al iniciar de esta manera, de forma abierta el proceso electoral, se enterrará finalmente el “modelo del tapado”, nacido en 1880 “cuando llega por primera vez a la presidencia Porfirio Díaz con la bandera de la no reelección”.

Del evento realizado en Toluca, como señala Francesco Maneto, corresponsal de “El País” (12 junio 2022) podemos inferir que el planteamiento anterior se está cumpliendo: “Ya no hay tapado, al menos aparentemente. Morena ha sacado este domingo a la luz del sol a sus principales aspirantes para relevar al presidente Andrés Manuel López Obrador en las presidenciales de 2024”. ¿Qué se buscaba con este acto? Dar un mensaje inequívoco de unidad, “algo arduo dado que la sucesión se ha adelantado cuando tradicionalmente la pelea comenzaba más tarde, aproximadamente un año antes de las elecciones”, señala Maneto.

Lo que destacan los medios es que, en este acto político, calificado por muchos como “inédito”, la dirigencia nacional de Morena se empeñó que fuera, en todo momento, un evento que testimoniara un apoyo sin fisuras para su líder moral; un acto que puso por encima de los intereses personales de los aspirantes, el compromiso de fortalecer la armonía de esa formación política.

Ni Claudia, Marcelo o Adán, tocaron en algún momento sus planes personales, sus aspiraciones. Sus mensajes se centraron en las metas presidenciales, las de López Obrador: darle continuidad al proyecto de la Cuarta Transformación.

El secretario de Gobernación inició su mensaje asegurando que “los tiempos del Señor eran perfectos”, no como una referencia religiosa, sino como una clara acotación política. Sí, son los tiempos perfectos para el “obradorismo”. El gobernador con licencia de Tabasco señaló en su alocución: “Ahora es tiempos de la unidad, es el tiempo de la transformación del país y eso solo sucede si vamos todos juntos”.

El hombre de todas las confianzas de su paisano, quien lo ha acompañado en el largo camino, sinuoso y complejo, para consolidar un proyecto de nación, el operador político del mandatario tiene claro que los tiempos del Señor, son tiempos de unidad, sí, pero también de trabajo intenso, atendiendo de manera prioritaria las responsabilidades que como funcionario público le encomendó el presidente.

Adán, quien se ha sumado a Claudia y a Marcelo en la lista de aspirantes, sabe que la ruta es larga y que deberá mantener la cabeza fría y el corazón ardiente. Poder convertirse en el heredero de un proyecto que conoce, del que ha sido parte, lo sabe también, es una encomienda de enorme importancia, pero está preparado para ello, su trayectoria así lo demuestra.

Los que aquí vivimos vemos con entusiasmo, con esperanza, el que otro López, otro tabasqueño, se convierta en primer mandatario de la nación porque garantizaría que nuestra región, este Sur-Sureste por tanto tiempo olvidado, pero que en este sexenio ha tenido mejor suerte gracias a la visión y compromiso del responsable del gobierno federal, podrá dar continuidad al su proceso de transformación revirtiendo la pobreza y la marginación resultado de políticas públicas enfocadas al desarrollo del Centro y Norte del país. No son pocos los que ven a Adán Augusto López Hernández como “el favorito”, por su cercanía y afinidad con el jefe del Ejecutivo.

¿Son los tiempos del Señor perfectos? El periodista y analista político Jorge Zepeda Patterson (Milenio, 14 junio 2022), coincide con lo planteado por el actual responsable de la política interior del país. “Los tiempos son perfectos para el obradorismo por cinco razones: primera, testear el producto (aspirantes) ante el mercado; segunda, valorar las habilidades de los precandidatos; tercera, la lista de dos se convierte en tres que tendrán 16 meses para “convertirse en tres opciones reales sin verse obligado a prescindir de una de ellas simplemente porque es desconocida”; cuarta, tomar ventaja de la oposición que no adelanta candidaturas porque carece de figuras y, quinta, de carácter mediato pero con la mira en el 2024, como reforzamiento de campañas en el Estado de México y Coahuila.

¿Está Morena preparado para guiar este proceso inédito? Mario Delgado entregó buenas cuentas el 5 de junio pasado. Será el responsable de conducir esta nueva etapa para entregar nuevas buenas cuentas en el Estado de México y en Coahuila. Al tiempo, deberá hacer gala de su experiencia para evitar que este inédito anticipo se descarrile.

Delgado ha informado que septiembre habrá un congreso para renovar su estructura sin modificación en la presidencia y en la secretaría general. Un evento que se anticipa intenso porque los seguidores de cada uno de los aspirantes buscarán espacios para influir en todo aquello que signifique la configuración de un programa que incorpore las propuestas de sus favoritos.

“Primero el programa, después el nombre”, resuena nuevamente la conseja de Jesús Reyes Heroles vertida en 1975, que ni el presidente Luis Echeverría, ni Fidel Velázquez, líder de la CTM y fiel de la balanza, respetaron al destapar a José López Portillo antes de tener un programa. Eran los tiempos del viejo PRI, que hoy sufre una aguda crisis existencial.

¿Actos anticipados de campaña?

Como señala Zepeda Patterson en su columna, los tres aspirantes a suceder a AMLO, “tendrán que hacer acrobacias para evitar penalizaciones de la estricta ley electoral en materia de campañas”. ¿Qué dicen los especialistas en la materia? Reporte Índigo (15 junio 2022) publica tres opiniones que me parece importante compartir con los amables lectores. ¿Cuál es el marco jurídico?: “Los actos anticipados de campaña están contemplados en el Artículo 3º de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, que establece que se deben cumplir criterios de personalidad -quien realice el acto- temporalidad -que ocurra en tiempos restringidos- y subjetividad -que se haga llamado expreso a votar a favor o en contra de algún contendiente-.”

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Partiendo de lo anterior, en el artículo de referencia se plasman las opiniones de tres especialistas en la materia. David Morales González, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, señala que en el artículo 41 de la Constitución, se establecen tiempos de inicio y suspensión de campañas previo a jornadas electorales federales como la de 2024.

Con fundamento en lo anterior, plantea: “Yo lo que veo son actos anticipados porque se hacen públicos; señala el presidente que deben ser abiertos porque ya no existe `el tapado´, pero en ese sentido creo que no ayuda a la equidad en la contienda. Hay un beneficio expreso, desde el propio jefe del Ejecutivo, que ya no es correcto ni legal.”

Arturo Sánchez Gutiérrez, consejero electoral federal entre 2014 y 2017, difiere de la tesis de Morales González. “Esto es continuación de lo que inició el presidente de la República ya hace muchos meses y que tiene su expresión ahora, justamente después de las elecciones para gobernador en seis estados [5 de junio]. Desde el punto de vista político, es lo que está haciendo Morena y es la estrategia que está siguiendo.”

A mayor abundamiento, el exconsejero electoral precisa que: “(…) legalmente lo cierto es que todavía no tenemos un período en el cual formalmente se estén haciendo procedimientos de selección de candidatos. ¿A qué me refiero? Para que haya actos anticipados de precandidatos tiene que haber precandidatos registrados, lo cual no los hay, todavía no se abre el registro y falta mucho para que ello ocurra.”

Si bien su planteamiento exime de ese riesgo, Sánchez Gutiérrez es enfático en señalar que Morena y sus aspirantes deben de cuidar “no pedir expresamente el voto de los militantes de su partido o de los ciudadanos en general”, y, sobre todo, “cuidar el uso de recursos públicos”, lo cual está prohibido por la Carta Magna y la ley electoral.

Finalmente, se presenta el planteamiento de Javier Santiago Castillo, primer presidente del Instituto Electoral del entonces Distrito Federal, egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (condiscípulo muy admirado) y catedrático de la UAM.

Javier considera que el evento organizado por Morena en Toluca no cumple con la premisa legal para ser considerado como un acto anticipado de campaña. “Ninguno de los suspirantes y suspiranta se autopromovió explícitamente. Ninguno dijo que quiere ser candidato o candidata. Ese es un requisito legal básico para considerarlo como un acto anticipado de campaña.” No obstante, reconoce que hay una intencionalidad política. “Esa intencionalidad política creo que no viola la ley. Se que estoy en minoría. He escuchado la mayoría de las voces que airadamente los reclaman como actos anticipados de campaña o precampaña.”

Suma a su planteamiento algo muy interesante: “(…) hay otras figuras que han manifestado sus aspiraciones presidenciales, como Ricardo Monreal, Alejandro Moreno o Ricardo Anaya quien está en una abierta campaña para ser candidato presidencial, no lo dice explícitamente, pero la intencionalidad política es esa, pero lo que no podemos es juzgar su intencionalidad política.” Habrá que ver cuál es la lectura de este evento de Toluca de parte del Instituto Nacional Electoral (INE) y de su dúo dinámico.

5 de junio: ¿La debacle del PRI?

En la entrega anterior de Prospectiva, comentamos sobre la viabilidad de las alianzas cuya defensa a ultranza ha recaído en los dirigentes de los tres partidos integrantes de “Va por México”, pero sobre todo en ese grupo muy claramente identificado que un día sí y otro también se encargan de denostar, criticar oponerse a toda acción del gobierno de la llamada 4T, estrategia que cada día les redunda menos dividendos ciegos y sordos a los consejos de quienes les plantean que en tanto no tengan una propuesta atractiva para los electores, para la ciudadanía, sus esfuerzos por evitar los triunfos del partido en el poder serán infructuosos.

El PRI, desde luego también el PRD, transitan por una ruta llena de espinas. El segundo ha perdido su registro en cinco de los seis estados donde hubo elecciones el 5 de junio. Arrastra un descrédito derivado de su terquedad de aliarse a un partido como el PAN, cuyas tesis son abiertamente antagónicas a las que abandera (¿abanderaba?) un partido de izquierda. Mantienen con alfileres su registro por lo que ello significa en recursos y otras prerrogativas establecidas en la Carta Magna y en la Ley Electoral.

Del tricolor, qué podemos decir. Su situación es grave. No pudieron los barones de ese partido convencer a su presidente Alejandro Moreno ¿lo querían realmente? que diera un paso de costado. “Alito” se aferró a que fue electo por las bases. No le importó que su descrédito, derivado de señalamientos de corrupción mengue aún más las posibilidades de éxito de la alianza que se empeña en loar y a la que le asigna la tarea de ganar elecciones. Es un dirigente legal, pero ilegítimo.

Moreno acudió a las prácticas del viejo PRI. Recibió ceremonioso a los ex dirigentes de su partido que lo conminaron infructuosamente a dejar el barco. El campechano los recibió con una muralla infranqueable compuesta por su comité ejecutivo y por los dirigentes estatales que ese mismo día publicaron en diarios de circulación nacional un desplegado (¡como los extrañábamos!) al más puro estilo corporativista, con las firmas adherentes de la CTM, la CNC y la CNOP, que sirven como testimonios de vida, como el que se pide los adultos mayores para corroborar que están vivos.

Lejos de amilanarse, Alito, “un muerto que no sabe que lo está”, decretó Raimundo Riva Palacio en su columna, convocó a una reunión de su Comité Ejecutivo Nacional donde señaló: “Vamos a ganar en el Estado de México y en Coahuila en el 2023, y la presidencia en el 2024”. ¿Qué dirá el PAN de todo esto? ¿Será Marko Cortes, el peor dirigente que pudo haber tenido este partido en el momento más complejo de su historia, capaz de entender que la alianza es como una piedra en el cuello? ¿Dejarán sólo a su aliado?

Emilio Alberto de yguarta y monte verde

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