Profeta de lengua afilada y gordo bolsillo


“¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad, hasta que no queda lugar, para que habitéis vosotros solos en medio de la tierra!” Isaías 5:8
*Gerardo Fernández Noroña se ha vendido como el apóstol del pueblo, el que clama contra los ricos y denuncia a los corruptos. Pero la verdad, como la espada que corta de doble filo, revela que detrás del discurso de barricada del “enemigo del jabón” se esconde un comprador de residencias de lujo. Doce millones de pesos, en Tepoztlán, el pueblo místico de los retiros espirituales y los chacras de moda*
*La ironía bíblica es brutal: mientras en la plaza acusa a los empresarios de acaparar, él paga en cómodos “abonos chiquitos” una mansión de 1,200 metros cuadrados, vendida por una sanadora austriaca que no sólo evade impuestos, sino que aparece reiteradamente en las listas negras del SAT. La casa de los chacras y la evasión fiscal: combinación esotérica para un senador que juraba austeridad franciscana*
*La sombra de Gisela y el SAT. La vendedora, Gisela María “N”, discípula de gurús de la “energía”, terapeuta de chacras y amiga de los listados del SAT en 2014, 2017 y 2022. Mientras publicaba libros sobre sanación y espiritualidad, olvidaba sanar sus obligaciones fiscales. Una ironía que ni los escribas de Jerusalén habrían podido inventar. Lo más grotesco: la factura del senador aparece con un RFC, genérico*
*El famoso “Changoleón de la transparencia” subió documentos con omisiones que rozan el engaño. Un predial risible de apenas 3,777 pesos anuales por un terreno de más de mil metros. Como quien paga limosna por un palacio. Burla de tal magnitud abrió las puertas e irritó y generó: comuneros en pie de guerra. Pero el juicio no vino primero de los tribunales, sino del hastiado pueblo bueno y sabio*
*Los comuneros de Tepoztlán, guardianes de tierras ancestrales, irrumpieron frente a la mansión del senador. Gritaron lo que en sus asambleas es ley: “Aquí no se vende, aquí no se traspasa, si no lo aprueba la comunidad.” Acusando a Fernández Noroña de usufructuar lo que no le corresponde, de apropiarse como cacique lo que es comunal. Las imágenes de los comuneros exigiendo respeto, con carteles que rezaban “¡Fuera Noroña!”, contrastan con el silencio incómodo del legislador*
*El pueblo que alguna vez lo aplaudió por denunciar injusticias, hoy lo señala como invasor. A quién hoy vive entre el monte sagrado y el oro corruptor. Tepoztlán, tierra de mitos, se convierte en escenario de otra farsa política. La casa no es solo ladrillos y jardines: es símbolo de la contradicción entre el discurso incendiario y la práctica rapaz*
*El político acusado de no bañarse, que gritaba contra la burguesía se volvió burgués; el que denunciaba a los evasores, se asoció con ellos para vivir como ellos; el que hablaba de tierra para el pueblo, cercó tierra comunal para su disfrute. El senador puede seguir exhibiendo facturas, trofeos de falsa honestidad, pero el veredicto de los comuneros y de la historia ya está escrito: la casa de Tepoztlán no es fortaleza, es monumento a la hipocresía. Todo México ubicó al profeta de lengua afilada y gordo bolsillo*
*SÉPTIMO SELLO*
*Tepoztlán se ha vuelto tierra prometida para políticos reciclados, predicadores de izquierda con lengua de fuego y bolsillo lleno. Al caso de Fernández Noroña con su mansión de 12 millones, se suma el nombre de Emiliano González, mejor conocido como el “aviador de verde”, aquel que salió disparado al primer empujón de Alito Moreno en el Congreso. El hombre que volaba de curul en curul ahora aterriza en un pedazo de tierra que ni en sueños podría costear con su salario de “fotógrafo” y burócrata menor*
*El alcalde de Tepoztlán lo dijo sin ambages: González, el vasallo del bastón -aplastado como una cucaracha por la turba priista-, igual que Noroña, adquirió propiedad en esta zona de plusvalía desorbitada. Un club exclusivo de “austeros” que de la nada levantan haciendas. Una versión morelense de los milagros de multiplicación, pero en vez de panes y peces, son terrenos y mansiones*
*SÉPTIMA TROMPETA*
*El descaro es doble cuando se confirma lo obvio: ninguno de los dos paga el predial. Sí, Changoleón en los años noventa se negaba a pagar el IVA de sus gansitos y hoy, con mansión de lujo, se rehúsa a pagar impuestos locales. El que era rebelde contra la tiendita de la esquina es ahora rebelde contra la comunidad de Tepoztlán. La diferencia es que ya no es un don nadie, sino un senador con fuero que se ufana de su “honestidad inquebrantable”*
*Como si se tratara de una parábola grotesca, el valle sagrado de Tepoztlán —tierra comunal, guardiana de tradiciones— ha sido invadido por falsos apóstoles de la 4T que predican justicia mientras cargan escrituras dudosas, prediales impagos y propiedades infladas. Hoy son caciques disfrazados de profetas, usufructuando tierras que pertenecen al pueblo. El vasallo y el señor feudal cuatrotero caminan en la misma vereda: ambos con casas que no reflejan sus sueldos, ambos señalados por comuneros, ambos creyendo que el disfraz de humildad puede tapar el fétido olor a privilegio*
*La Palabra ya lo anticipa: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Quien siembra evasión, cosecha vergüenza; quien siembra soberbia, cosecha caída. Tepoztlán, tierra de dioses antiguos y comuneros vigilantes, denuncia y no perdonará que la tierra sagrada se convierta en botín de políticos. Ni aviadores ni lobos rapaces de la 4T, falsos profetas, adivinos de papel podrán comprar la legitimidad que perdieron con cada factura oscura y cada predial impago*
*SÉPTIMA COPA*
*La daga hasta la empuñadura. Tabasco clama por una oposición real, con calidad moral, con voces que no se doblen ni se vendan. Pero lo que asoma no es precisamente virtud. Rafael Acosta León, con dos cuentas públicas reprobadas, 2017 y 2018, cargando millones de pesos sin solventar, pretende vestirse de paladín. El OSFE ya presentó la documentación, las observaciones ahí están como piedras que gritan, y la daga le entró hasta la empuñadura*
*El cinismo de los “cara larga”. Lo asombroso no es el señalamiento, sino la cara dura con la que se defiende. Políticos así tienen que ser muy “cara larga” para con desparpajo decir que todo es un complot, que lo quieren perjudicar, que son víctimas del sistema. Como si los millones desaparecidos hubieran caminado solos fuera de la tesorería. Como si las auditorías fueran invento literario y no actas firmadas y selladas ¡Qué tipo!*