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Privilegiados en salud

Privilegiados en salud

Jesus Torres
Privilegiados en salud

No estaría de más que a los trabajadores sindicalizados de la UJAT en vez de recibir servicios médicos particulares, se les enviara a hospitales públicos como ya ocurre en otros estados, para que estén al parejo, igual que muchos mexicanos.

En Tabasco, son los únicos que no acuden al ISSET u otra institución de salud, incluidos sus familiares, esposas, esposos e hijos, con prestaciones incluso arriba de lo que marca la ley.

En tiempos de la Cuarta Transformación y la austeridad republicana que pregona López Obrador resulta altamente costoso al erario financiar los servicios médicos a la máxima casa de estudios.

De los casi 10 mil derechohabientes, incluidos sus beneficiarios, la UJAT destina cerca de ¡200 millones de pesos! al año, de acuerdo con Transparencia.

Y son fondos que no tienen recuperación, pues los trabajadores sindicalizados no aportan un sólo peso partido por la mitad, como sí ocurre en universidades públicas de otros estados de la república.

Aún así, exigen servicios de calidad en clínicas particulares, cirugías de primer nivel, atención médica general y de especialidades, medicina de patente, lentes y prótesis, rehabilitación y pago de incapacidades, incluido viáticos y solicitudes de reembolso según el Contrato Colectivo.

Con todo eso, salen a protestar, marchan y toman las calles, como lo hicieron a inicios de esta semana, para demandar un servicio que no pagan, del que no aportan un sólo centavo.

La pregunta es: ¿De qué privilegios gozan los trabajadores de la UJAT cuando 55 millones de mexicanos carecen de atención médica pública y privada?

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Qué harán cuando en Tabasco se homologuen los servicios de salud, como está previsto en la ley, y los atiendan en el Instituto Mexicano del Seguro Social?

O que con el nuevo gobierno, después de 2024, tengan que aportar una cuota para seguir recibiendo servicios de salud en hospitales privados y todo lo que exigen actualmente.

¿No se han puesto a pensar que están aniquilando a la gallina de los huevos de oro, en vez de cuidarla? Después no se vale llorar.

Jesus Torres


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