¿Por qué la guerra sucia contra Evaristo?


De Primera Mano
Ahora que actores del propio gobierno morenista le han patrocinado una feroz “guerra sucia” al director del Colegio de Bachilleres de Tabasco (Cobatab), Evaristo Hernández Cruz, conviene recordar cómo llega el Dragón a las filas del movimiento lopezobradorista.
A diferencia de otros priístas que llevó a Morena Adán Augusto López Hernández en 2018, cuando se olía a leguas la victoria por la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, Evaristo ingresó en un momento en que Morena no era la primerísima fuerza política que es hoy día.
En las elecciones intermedias de 2015, como figura priísta que era, Hernández Cruz poseía el arrastre para ganar la alcaldía de Centro, pero el PRI nacional le entregó la plaza al gobernador perredista Arturo Núñez Jiménez, que sentó sin problemas en la silla de la Plaza de la Revolución a Gerardo Gaudiano Rovirosa.
Pero al régimen “se le pasó la mano” y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló la jornada ordenando que se repitieran los comicios en agosto de 2016, esto es, seis meses después.
Evaristo tenía todo para ganar en la “segunda vuelta”, pero el CEN tricolor mandó un cordero al sacrificio en su lugar: Liliana Madrigal, quien fue apaleada por el gobierno nuñista quedando en el último lugar de la contienda.
En 2015 el operativo para descarrilar a Evaristo corrió a cargo de Roberto Madrazo Pintado, quien vino a Villahermosa a prácticamente ponerse al frente de la campaña de Liliana.
La cadena de traiciones incluyó al propio Adán López, cuya hermana Rosalinda fue postulada en la elección de 2015 como abanderada a la presidencia municipal de Centro por el PAN y el PVEM, bajo el control del entonces gobernador chiapaneco Manuel Velasco Suárez, quien ya tenía como “ahijado” a Rutilio Escandón Cadenas, hoy viudo de Rosalinda.
Desplazado del PRI tras la jornada de 2015, Hernández Cruz se acercó al candidato de Morena, Octavio Romero Oropeza, quien en los comicios extraordinarios de 2016 logró, con el apoyo del Dragón, 30 mil votos más que en las elecciones constitucionales.
El director del Cobatab no era ajeno al movimiento izquierdista: cuando fue diputado local por el PRI se opuso al desafuero que el presidente Vicente Fox Quesada pretendía hacerle a AMLO para impedirle participar como candidato presidencial.
Fue por ese gesto de simpatía a su causa que el de Macuspana aprobó que en 2018 representara al vinotinto como abanderado al Centro.
Aunque muchos creen que fue Adán López el que lo lleva a Morena, la realidad es que el propio Evaristo diseñó su propia ruta desde que se opuso al desafuero de AMLO y con el apoyo en 2016 a Octavio Romero, que trató de ser arrinconado por Adán López, que no solo no apoyó a su partido en ese año, sino que tampoco hizo nada para impedir que su consanguínea se fuera al partido verde que controlaba en el edén nada menos que Federico Madrazo Rojas, hijo de Roberto Madrazo.
De tal suerte que Evaristo no entró al morenismo por sugerencia de López Hernández, sino por invitación del iniciador del movimiento.
Otra prueba de que Hernández Cruz no es “adancista” es que en el proceso interno de 2023 para elegir a la carta presidencial, él se decantó por Marcelo Ebrard.
Así que el Dragón no puede ser medido con el rasero del oportunismo de los priístas que llegaron con Adán López en 2018, como fue el caso, por citar un ejemplo, de Jesús Alí de la Torre.
Hernández Cruz se abrió paso en el PRI a pesar de no pertenecer a las familias políticas que por décadas mantuvieron el poder en Tabasco, sino más bien por tener una base social que lo llevó a convertirse en uno de los operadores electorales más eficaces de la historia reciente.
Pegarle desde adentro del gobierno significa fortalecer al adancismo, y como daño colateral disminuir a la corriente de los fundadores donde milita el gobernador Javier May Rodríguez.
Cómo olvidar que siendo legislador del viejo PRI Hernández Cruz votó varias iniciativas a favor del PRD lopezobradorista, una de ellas la Ley Electoral que permitió el avance de la izquierda.
En el 2016 que emigró a Morena, la situación en ese partido era desfavorable y con ese escenario adverso fue coordinador de campaña de Octavio Romero en su búsqueda de la alcaldía capitalina.
Después de ese periodo, AMLO lo envió a trabajar a una región en Oaxaca por la gubernatura que hoy tiene Salomón Jara Cruz y que en aquel tiempo no ganó
En 2017 López Obrador lo mandó a coordinar una región en el Estado de México para la causa de Delfina Gómez.
En 2018 en Tabasco se metió de lleno para levantar la estructura de Morena logrando la afiliación de un millón 300 mil ciudadanos mediante el programa “Un millón de amigos para AMLO“.
La “guerra sucia” contra el Dragón corre a cargo de la secretaria de Educación del estado, Patricia Iparrea Sánchez, quien le cesó a tres directores presuntamente por órdenes del jefe de ambos.