¡No hay nadie!
Tienen suerte los “bandidatos” —que no candidatos, que los hay—, que no le den con la puerta en las narices y sólo se nieguen a recibirlos.
El “no hay nadie” que recibió Fernando Mayans Canabal, bandidato a presidente municipal de Centro, deben tomarlo los de su calaña como un eufemismo generoso de la ciudadanía cansada de tantas promesas de campaña y tanto engaño, desprecio y traición, por parte de quienes llegan a los cargos y se olvidan de los mandantes, de los que con el voto delegaron el poder democrático.
Nadie, ningún ciudadano está obligado a recibir en su hogar a políticos que han demostrado, cuando no rapiña —en la mayoría de los casos— sí prepotencia y soberbia en los cargos públicos, ya de elección, ya de nombramiento.
Un “no hay nadie”, en este caso, sustituye al deseo de muchos votantes de arrojarles orín, así es el desencanto popular contra muchos servidores públicos, aun del actual gobierno que ofreció no robar, no mentir, no
engañar. Pero…
“No hay nadie” sería un halago para gente como Jaime Lastra Bastar, que busca no inmunidad
para defender al pueblo desde una diputación federal —como nació el fuero— sino impunidad, al igual que otros como Carlos Íñiguez ”Caliche” o quienes quieren llegar al Congreso para salvar las cuentas del segundo gobierno fallido de la izquierda en Tabasco.
“No hay nadie” también para gente como Ricki Arcos Pérez que, con el mayor desprecio al pueblo, dejó a su hermana como alcaldesa para buscar reelegirse y tapar sus excrementos administrativos. El Tribunal Electoral de Tabasco tuvo que frenarlo y le quitó la tapadera ylacaja chica de su campaña.
También “no hay nadie” para el perrito Hiram Llergo Latournerie, esposo de la actual alcaldesa de Morena en Teapa, Alma Rosa Espadas Hernández, mujer que traiciona de nuevo pues dejó al PRI por ser presidenta y ahora se va contra Morena y apoya a su marido desde el PT, como sucede en Tenosique donde el alcalde le juega las contras a la candidata de Morena.
No hay nadie, es mejor que arrojarles orín o excrementos.
