Negligencia criminal en el Hospital de la muerte
Armagedón
“Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio este ha sido un asesino”
Juan 8:44
Alfredo A. Calderón Cámara
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Aún y cuando hay quien piense que todo lo que, -el columnista pública-, sobre las graves condiciones de deterioro, la pésima atención médica y medicinas que hay en el Hospital del Niño, Rodolfo Nieto Padrón, todo es parte de la guerra intestinal que existe entre los diferentes grupos de poder que se mueven al interior de dicho nosocomio: la realidad es muy distinta. El reportero no responde a intereses de ningún grupo faccioso ni tampoco es enemigo de la directora Silvia Gutiérrez Lucatero.
¿Qué motiva dichas publicaciones? La mortandad de indefensos niños que ante la falta de seguridad social recurren a una institución que brilló durante algunos años y ahora tiene una tendencia para algunos niños enfermos de ser la antesala de una muerte anunciada. Suena duro, es correcto, pero cuando uno tiene acceso a la descarnada realidad, sólo hay dos opciones, negarse a editarla y que sigan muriendo niños por la pésima atención o decir la lastimosa realidad esperando que el gobernador electo Javier May, ordene una investigación seria y haya una solución humanitaria.
En una actitud ofensiva un amigo -que no enviado- de la doctora Gutiérrez Lucatero le cuestionó al periodista ¿Amigo, cuánto vale tu silencio de lo que publicas del Hospital del Niño? La respuesta fue sencilla ¿Cuánto vale la vida de cada uno de los cuatro niños que fallecieron el fin de semana porque no había especialistas, sino puro residentes? ¿Cuánto vale la vida del pequeño Rafael? ¿Cuánto vale el dolor de sus padres? ¿Los indígenas no tienen corazón o impotentes no sienten la muerte de sus pequeños? ¿Cuánto valen las lágrimas de ese padre y esa madre indígena?
Preguntas simples que deben obligar a reflexionar que no todo es negocio, es un asunto de vidas infantiles y falta de ética moral médica, dónde parece que hay negligencia criminal, hay documentos en poder del columnista que le hicieron llegar de la muerte de niños que ameritan ser investigados por especialistas en la materia para tener idea de las consecuencias jurídicas: algo tan sencillo cómo.
¿Cuánto vale la vida de un niño al que le autorizan sólo la mitad del tratamiento para estabilizarlo y en la recaída entrega el espíritu? ¡Lee uno la nota médica y no se entiende el por qué la brutal deshumanización! ¿Por qué aplicar a los niños enfermos soluciones glucosados al 5 % y soluciones fisiológicas al 0.9%glucosa que ya están caducados?
Sin ánimos de señalar responsables, que obligadamente debe haberlos ¿Por qué una pediatra, tan inteligente y especialista en la materia como la doctora Lucatero permite que a los niños que están sumamente delicados se les inyecte este tipo de medicamentos que por las mismas condiciones de gravedad de los niños podría generarles alguna reacción mortal? El doctor Manuel Pérez Lanz que es un caballero debería estar enterado de esto ¿Quiere Pérez Lanz datos reales? Se trata de medicamentos del lote: 73U2G0342 Clave 010.000.36607.00, fecha de fabricación 30 julio de 2022 y caducidad del 30 de julio del 2024.
¿Cuántos niños más podrían haber fallecido por recibir estos medicamentos u otros caducados, hoy -extrañamente desaparecidos- o en la basura? ¿Qué opina el gobernador electo Javier May que sus indefensos niños de Tabasco -sus gobernados- u otros estados estén recibiendo medicamentos caducados que ponen en riesgo su salud? ¿Ese tipo de funcionarios, que nadie sabe cuántos niños muertos -enterrados- llevan en su conciencia, son los que merecen ser ratificados para seguir lacerando a la niñez?
¿Qué opina el nuevo Secretario de Salud de que se iba encontrar con al menos 14 mil 400 Soluciones Glucosados al 5 % y Soluciones Fisiológicas al 0.9% caducados que hasta el viernes había ahí y el fin de semana los mandaron a tirar? ¿Fotos y videos quieren? ¡Hay fotos y videos! ¡Es una llamada de auxilio, no de una guerra de cárteles médicos al interior del Hospital del Niño!
Se trata que algunas enfermeras, médicos especialistas y diversos empleados de la columna vertebral impotentes están lastimados de observar fallecer a los niños porque sólo les autorizan la mitad del tratamiento con el que pueden salvar las vidas; de cómo el Hospital del Niño se ha degradado y lo que antes era signo de una lucha incansable por la vida en este sexenio se ha convertido en la antesala de la muerte para muchos niños, que hoy están sepultados y eso, eso es lo que Javier May como hombre humanista debe tratar de impedir que siga sucediendo.
Esto no es un asunto de dolo, mala fe o difamaciones contra alguien; al contrario, las pruebas están ahí, hay otras que por el sigilo de la investigación periodística no pueden ser reveladas, cuando el periodista vio el cadáver del pequeño Rafael antes de ser trasladado hasta su lugar de origen donde fue sepultado sólo se alcanzó a preguntar ¿Qué mal hizo el indefenso Rafael a su edad para pagar con su vida el que no hubiera un especialista ese fin de semana que lo atendiera?
Ese fin de semana sólo -cómo todos los fines de semana- había residentes sin experiencia que, aunque lucharon, por su falta de conocimientos no pudieron hacer más? ¿Y si se hubiera tratado de un nieto de la secretaria de salud le habrían dado la mitad del tratamiento? ¿Lo habrían atendido en esos cuartos llenos de humedad por las goteras o los especialistas del Hospital del Niño habrían ido a atenderlo a unas secas y elegantes habitaciones en el Hospital Ángeles? ¿Sólo es una pregunta absurda que se hace el reportero?
Hay demasiada información que será procesada en su momento, basta que el gobernador electo Javier May, en compañía del doctor Alejandro Calderón Alipi y el doctor Pérez Lanz hagan una visita sorpresa al Hospital del Niño cuando esté lloviendo para que vean las denigrantes condiciones en que se encuentra el hospital y cómo llueve más adentro que afuera y los afanadores no descansan porque tiene que secar la brutal inundación en que son atendidos los niños, que platiquen y escuchen las quejas de padres, enfermeras, camilleros, especialistas, para tratar de rescatar de tan lamentables condiciones este hospital.
¿Hay reacciones? ¡Claro que hay reacciones! De improviso desaparecieron de los pasillos los más de 14 mil 400 sueros glucosados caducados y hoy lunes aparecen limpios los pasillos; sin embargo, para que no digan que el columnista está difamando a nadie en particular, anexo a esta entrega se pública fotos y videos de antes y después: cuando estaban y ahora que desaparecieron “misteriosamente”: por humanidad es seguro que algo hará el gobernador Javier May, Calderón Alipi y Pérez Lanz para rescatar a la indefensa niñez de la negligencia criminal en el hospital de la muerte.
EL SEPTIMO SELLO
Javier May, cómo gobernador electo tiene una gran responsabilidad con la población pediátrica tabasqueña y sin lugar a dudas, el Hospital del Niño de Tabasco es la única esperanza para que nuestros niños restablezcan su salud y en el caso de las enfermedades crónicas por lo menos tener un tratamiento digno y adecuado.
El Hospital del Niño necesita con urgencia un especialista en salud infantil, líder, empático con una academia en pediatría de calidad moral y curricular, no alguien prepotente dedicada a oprimir a su beneplácito a quien no se humille y someta a sus deseos plagados de soberbia y cómo “focas” aplaudan su circo, la niñez tabasqueña necesita un líder con gestión pública para solventar toda la serie de problemas dentro de tan importante unidad, no solo son soluciones caducadas.
LA SEPTIMA TROMPETA
Otro de los graves problemas -de parvulito- que enfrenta el Hospital del Niño es también el personal médico pésimamente distribuido; eso pone en riesgo y genera muerte a nuestros niños tabasqueños ¿Ejemplos quiere? Botones de muestra hay: la única intensivista pediatra del Hospital del Niño ¡Está en urgencias, cuando debiera estar en terapia intensiva!
Pero, por el tráfico de influencias en ese lugar tienen un pediatra sobrino de la actual Secretaria de Salud ¿Lo puede negar doña Silvia Roldán? Esas actitudes soberbias y necias no son guerras de grupos o cárteles médicos, sino amargas realidades que obligan a decir que hoy el Hospital del Niño está en Terapia intensiva luchando por sobrevivir al maltrato directivo y social.
LA SEPTIMA COPA
Apenas inicia septiembre y la salud infantil en Tabasco es una emergencia de vida o muerte para el gobierno que iniciará, ha sido criminal el abandono en que se encuentra la salud en general en todos los hospitales porque la mayoría de esos recursos que eran para cuidar la salud de los tabasqueños, terminaron en campañas políticas. Ahora, ameritara sin duda una importante inyección de presupuesto, algo que debe observarse a simple vista en los primeros cien días del gobierno de Javier May.
“Hoy tenemos hospitales sin pintar, con paredes sucias, losetas caídas, baños rotos, goteras por todos lados que cuando llueve todo se inunda, sin sillas dignas para los familiares de los pacientes internados que ante el cansancio duermen -cómo animales- en los suelos de los hospitales, urge mejorar los espacios, los tabasqueños necesitamos y merecemos espacios dignos y tratamientos oportunos ¡En el Juan Graham hay mucho espacio y tristemente falta un área digna para los familiares que están afuera esperando! Ojalá y eso tenga solución en el breve tiempo”. Palabras de un afligido médico de este hospital.
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