Muerte de Manzo, botín pez político.
Por: René Alberto López .
La noche del 1 de noviembre pasado manos asesinas apagaron la vida de Carlos Manzo Rodríguez, presidente municipal de Uruapan. Michoacán, una muerte condenable además de lamentable, como todos los crímenes suscitados en el país a causa de la delincuencia organizada.
Al edil lo acribillaron ante cientos de familias cuando tomaba parte en la celebración de Día de Muertos, precisamente en el Festival de Velas, en cuya acción criminal también resultó herido otro funcionario, mientras que los escoltas abatieron al criminal.
Este tipo de barbarie que viene ocurriendo en nuestro país en todos los gobiernos llámense tricolores, azules o vinotino –una realidad irrefutable– debería arrastrarnos en automático a la unidad nacional para ensamblar esfuerzos entre todos los sectores y, los que le saben al tema de seguridad diseñar estrategias, para cortar de tajo el mayor cáncer en el país: las bandas del crimen organizado. Pero no, al contrario, sirven para avivar viejos rencores entre la clase política.
Y es que la muerte de Carlos Manzo es otra tragedia que sacudió fuerte al país, sí, como tragedias de alto impacto fueron la artera ejecución del Cardenal Juan Jesús Posada Ocampos (24 de mayo de 1993), del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio Murrieta (23 de marzo de 1994), el crimen del priísta José Francisco Ruiz Massieu (28 de septiembre de 1994), luego entonces se recordará que esto asesinatos ocurrieron en los gobiernos del PRI.
También se condenó en su momento el asesinato de Enrique Salinas de Gortari (5 de diciembre de 2004) cuyo cuerpo apareció dentro de un coche aparcado en Huixquilucan, Estado de México, en el gobierno de Vicente Fox, lo mismo que la trágica muerte de Juan Camilo Mouriño, que falleció (4 de noviembre 2008) en un supuesto accidente aéreo, cuando era secretario de Gobernación, en el gobierno del del panista Felipe Calderón. El funcionario viajaba en Learjet cuando éste cayó en una zona de la Ciudad de México.
Tres años después, en ese mismo sexenio del PAN, se dio otro accidente aéreo el 11 de noviembre de 2011 cuando se desplomó el helicóptero Súper Puma en el que viajaba rumbo a Morelos, el secretario de Gobernación Francisco Blake Mora, pero la aeronave terminó chocando en una zona de Chalco, Estado de México, debido a una densa niebla, según el reporte oficial.
Ayer como hoy, estos casos sacudieron a todo el país, entonces los opositores al régimen calificaron que las tragedias fueron a causa de sendos atentados del crimen organizado (estaban en guerra con el gobierno) contra los funcionarios, pero el gobierno nunca lo reconoció, siempre sostuvo la versión de que habían sido accidentes aéreos.
Los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu tuvieron alcances de mayor inquietud en el país, incluso el hermano de Massieu soltó aquella frase “se soltaron los demonios”, no pocos creyeron que se incendiaría México, y opositores llamaban a la manifestación masiva, pero el termómetro bajo al paso de los días.
No se pueden olvidar todos estos casos, hacerlo sería ultrajar la memoria de los fallecidos, como tampoco se debe olvidar el de Carlos Manzo, pero a partir de esto, pensar que el país se va a descomponer, eso no va a pasar, México es más fuerte que sus lamentables tragedias.
En esos años políticos que eran gobiernos, callaron ante estas pérdidas humanas, otros salieron a defender al sistema, pero hoy fuera del nuevo régimen y vivir en la banca en el ostracismo político, sin el presupuesto, les toca, jugar el papel de opositor.
Hoy forman parte de esa legión de los partidarios de sembrar odios y rencillas entre mexicanos, se comportan como escorias del chantaje al utilizar una muerte para sus intereses de revanchismo, por ejemplo, la oposición envilecida busca ganar adeptos con el crimen de Manzo.
El domingo un tumulto de gente encabezados por líderes del PRI y del PAN local, plenamente identificados, incendiaron y causaron daños materiales al Palacio de Gobierno del Morelia, una protesta a todas luces mezquina y ruin, según, para demandar justicia, pero tuvo un tufo de oposición partidista.
En tanto, la prensa antisistema está aprovechando para manipular el caso Uruapan para descargar su impotencia ante su imposibilidad de doblar al gobierno federal. Muchos de estos comunicadores de televisión nacional que hoy se desgarran la vestidura en demanda de justicia, fueron tapaderas de los gobiernos del pasado. En el medio, todos nos conocemos.
Así las cosas, los únicos que pueden festejar y aprovecharse de tragedias humanas para sacar raja política, son políticos y personas inmorales sin pizca de escrúpulos, que están calentando las redes a fin de buscar culpables desatendiendo la información oficial que hay sobre el caso.
Veamos: Hay dos narrativas en relación al crimen del alcalde. Los partidos opositores y comunicadores afines, así como mexicanos antigobierno, hacen suya la versión magnificada en las redes sociales de que “el gobierno nunca apoyó a Manzo, que los dejaron solo, que nunca tuvo seguridad del estado”. No obstante, hay video en los que en voz del presidente municipal este reconoce el envío a Uruapan de afectivos de la Guardia Nacional, incluso para su seguridad personal.
La versión oficial que da a conocer Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, es que desde diciembre de 2024 fueron enviados a Uruapan elementos de la Guardia Nacional, de los cuales 14 fueron asignados a la seguridad periférica de Manzo, ya que él mismo pidió de que el primer círculo de protección lo conformaran agentes de la policía municipal de toda su confianza. Esta versión es la que toman como efectiva la sociedad sin partido y los seguidores de la 4T.
Otras personas deben está totalmente confundidas ante tanta alteración del contexto real del caso Manzo, sobre todos los que prefieren informarse a través de supuestos periodistas que montan noticieros patitos y crecen como mal monte en Youtube. Ahí se las dejo.
