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México sediento, y menos lluvias

México sediento, y menos lluvias

México sediento, y menos lluvias

La escasez de agua en el territorio nacional empeora. El año 2024 se perfila con mayores complicaciones, como resultado de que el presente registró un 60% menos de precipitaciones pluviales. La prolongada sequía que viene azotando al país abarca ya a dos terceras partes de las 32 entidades federativas, con al menos diez de las mismas en condiciones de severidad.

Los datos de los organismos oficiales, Conagua y Sistema Meteorológico Nacional, advierten que las olas de calor histórico de este año puedan empeorar en el siguiente, así como sus efectos en la producción agrícola y ganadera.

La prensa ha ido registrando con puntualidad los impactos más indeseables, como la muerte de ganado y pérdida de cosechas. Esto se podría reflejar en un repunte inflacionario.

Y nadie habla de los efectos en la flora y fauna silvestres; también están padeciendo la escasez de lluvias, y sin forma de ayudarlas. Algunas de tales especies están en peligro de extinción. Cuando ciertos animales se acercan a las rancherías para conseguir algo del preciado líquido, pueden ser capturados y sacrificados por los lugareños o por cazadores furtivos.

Si no ocurren milagros en las próximas semanas y meses, el gobierno tendrá que adoptar medidas extremas para un mejor aprovechamiento del recurso disponible.

Se sabe que la mayoría de las presas y acuíferos conocidos están en registros menores al 50% de su caudal pleno para la temporada. Por la escasa precipitación del ciclo que termina, captaron mucho menos de lo esperado.

Los datos oficiales establecen que el sector agropecuario requiere hasta un 76% del recurso hídrico; el consumo humano demanda un 15%; un 5.0% tiene finalidad industrial y el restante es empleado para generación eléctrica y otros.

Expertos independientes han venido señalando que el gobierno descuidó las inversiones en la infraestructura hidráulica, por privilegiar megaproyectos industriales, comerciales y turísticos.

En el último año del sexenio, es tarde para lamentar las omisiones o errores en la agenda nacional de prioridades. Sin embargo, las inversiones al respecto son indispensables e impostergables.

Se sabe que la coyuntura internacional en lo económico favorece a México, pero requiere abasto suficiente y sostenido del recurso hídrico. La llegada de capitales previstos puede retrasarse o perderse ante un escenario de escasez, presente y futuro.

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De acuerdo con los expertos, el país debe emprender megaproyectos rurales y urbanos destinados al aprovechamiento de lluvias y acuíferos, así como para el reciclaje del agua industrial y residual en las comunidades.

En lo doméstico, el gobierno se está tardando en adoptar regulaciones coyunturales contra el desperdicio, no solo punitivas, sino preventivas. Un cambio de enfoque se hace necesario y es viable, consistente en premiar de alguna forma a las comunidades y hogares con uso ejemplar del vital líquido.

Cada vez son más recurrentes las imágenes de poblaciones exigiendo su dotación del indispensable recurso. Ya se han visto reclamos violentos. ¿Por qué esperar a que las protestas se polaricen?

Con la falta de agua no se juega ni se debe lucrar de ninguna forma. En ese punto, las poblaciones afectadas guardan la civilidad para mejores ocasiones.

Mouris Salloum
Mouris Salloum


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