Los efectos económicos de la guerra. Transitamos por una etapa de inflación con estancamiento
Prospectiva
* ¿Crecimiento con inflación? La historia rechaza ese modelo
* El dialogo: el mejor camino para generar desarrollo compartido
Por Emilio de Ygartua M.
Sin duda se equivocan los que señalan que la guerra que se libra en Ucrania no tendrá efectos sobre México. Lo globalidad lo mismo hace rápidamente transmisibles los virus y las bacterias, que la caída de las bolsas o la depreciación o apreciación del dólar, que un conflicto tan serio como el que desde hace más de una semana se vive en Europa Oriental.
La guerra en sí tiene consecuencias de todo tipo que ya se resienten en toda Europa, especialmente por el crecimiento de los flujos migratorios que de ella derivan. Se habla de más de 2 millones de personasque se han visto obligadas a abandonar su tierra para refugiarse en naciones colindantes como Rumania y Bulgaria. Las cadenas de suministro, ya de por sí afectadas por la pandemia, se están viendo nuevamente colapsadas.
En el octavo día de ofensiva rusa sobre Ucrania, en la mesa de diálogo que se realiza en Bielorrusia, las delegaciones de Kiev y Moscú, si bien no se logró un alto al fuego como solicitaba el presidente Zelenski, si se acordó la creación de corredores humanitarios para la salida de civiles, que la lógica indicaría que cuando menos haya un alto al fuego en el momento de que dichas evacuaciones se estén realizando.
Volviendo a los efectos que en la economía mexicana pueden derivar de este conflicto, está la suspensión de operaciones de Bimbo y de Gruma en Ucrania, lo que no sólo golpeara a su mercado en Europa, también a nuestro país. Por la guerra se han elevado de manera significativas los precios dematerias primas como el trigo (31.72%), el aceite de soya (11.79%), la canola (16.02%), el maíz (11.57%),el arroz (7.49%), y el azúcar (5.22%), lo que significa un impacto al precio de las tortillas y del pan, alimentos básicos en la dieta de nuestra población, en especial de los sectores con los más bajos niveles salariales. El mineral de hierro también ha incrementado su precio en un 10.59%.
El sector turístico, que está viviendo una etapa de recuperación (con claros abusos en los precios de aviones y hospedaje), nuevamente se verá afectado por las medidas adoptadas por Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido de cerrar sus espacios aéreos a naves comerciales provenientes de Rusia que, en reciprocidad, han hecho lo mismo con aeronaves provenientes de esas regiones.
No omito los efectos negativos que para el transporte de todo tipo tendrá el aumento de los combustibles por el incremento del precio del petróleo que ya linda los 110 dólares por barril de la mezcla mexicana. Lo anterior tendrá repercusiones para nuestra economía. De entrada, en el tema energético ya se resienten los efectos del aumento en el precio del petróleo que ha obligado a la Secretaría de Hacienda a reducir el IEPS. El incremento en el subsidio a las gasolinas es paraevitar un aumento en su precio con el consiguiente efecto en el índice inflacionario que en enero cerró en 7.4%. Como es obvio, el reducir el IEPS a los comburentes conlleva una reducción en la captación fiscal.
Ya hemos señalado que el año pasado tuvimos un crecimiento del 5% del PIB que es una buena cifra,pero insuficiente para revertir la caída de casi nueve puntos en el 2020, y un crecimiento nulo en el 2019, el año previo a la pandemia. Los pronósticos son de que este año tendremos un aumento del PIB entre el2.2 y el 2.6%. Los augurios presidenciales de crecer nuevamente un 5% en el 2022 son imposibles de alcanzar cuando en enero y febrero de este año la economía no creció.
Pero no todo es malo, diría Carlos Salazar Lomelí. Ese 5% de crecimiento del año pasado significó, datos del IMSS, un crecimiento record en empleo formal de un millón en 12 meses. Al cierre de febrero del 2022 ese instituto de seguridad social tiene registrados 20 millones 941 mil trabajadores. En febrero las altas alcanzaron 179 mil plazas, también un record para este mes del año. Según el Indicador de Consumo Big Data de BBVA Reserch, el consumo creció el mes pasado 4.7%. El consumo en restaurantes creció un 12.9%, en tanto que en los hoteles se observó un aumento del 5.1%.
México: ¿Inflación con estancamiento?
Los anteriores son datos que no podemos dejar de calificar como positivos sobre todo por que se han dado en tiempos muy complejos provocados por los parones económicos a los que nos ha orillado la pandemia, pero es obligado contrastar con los años anteriores, especialmente con los heredados por esta administración. De diciembre del 2018 a la fecha se han creado 483, 360 trabajos formales. En el mismo período del gobierno anterior se crearon 3.7 veces más empleos: 1 millón 800 mil, 558. En resumen, es plausible el esfuerzo que ha hecho el actual gobierno para recuperar los trabajos perdidos por la pandemia, pero la tarea ahora se debe dirigir a lograr un superávit con respecto al punto de partida de la actual administración.
Es difícil de aceptarlo, pero los datos no mienten. México está transitando por un período deestanflación. La economía del país se encuentra estancada, no crece y, al tiempo, el costo de la vida encarece a causa de un proceso inflacionario queacrecienta el número de pobres.
No se trata de demeritar los empeños del gobierno federal por apoyar a los que menos tienen medianteprogramas de profundo calado social; desgraciadamente, los beneficios de los recursosentregados se reducen por el aumento de los precios. Sin duda, han ayudado mucho a las familias que reciben las remesas enviadas por sus familiares desde Estados Unidos que el año pasado fueron superiores a los 51 mil millones de dólares y que en los dos primeros meses de este año ya superan en 20% los envíos para ese mismo período en el 2021.
¿Qué hacer ahora? Es necesario un replanteamiento de las estrategias macroeconómicas. No es suficiente con que el Banco de México suba las tasas de interés porque, en el mediano plazo, ello será insuficiente y, además, negativo, porque esos incrementos en las tasas inhiben el consumo y desalientan la inversión privada, de por sí no muy dinámica en estos tiempos caracterizados por la polarización y la falta de acuerdos entre el gobierno y el sector productivo.
La teoría económica es contundente; se fundada en experiencias recurrentes en muchos países, incluyendo el nuestro, que entre 1970 y el año 2000, vivió un período inflacionario que lastimó el poder adquisitivo de las clases trabajadoras, debilitó a las clases medias y, si bien crecieron los beneficios de las clases altas (la concentración de la riqueza en pocas manos es inocultable), se alentó la salida de capitales nacionales y extranjeros que buscaron otros espacios donde sus recursos rindieran más.
No podemos cerrar los ojos a una realidad inocultable. Es cierto que la inflación que vivimos obedece a una crisis severa provocada por unapandemia que aún no nos abandona; pero también deriva de factores internos y externos que empujan los precios a niveles peligrosos para la pervivencia del modelo económico que defiende el gobierno federal, que no puede descuidar los ingresos fiscales necesarios para dar suficiencia presupuestal a sus programas insignia tanto sociales como de infraestructura.
La historia nacional nos da claros ejemplos de que un escenario donde se vuelve endémica el alza de precios, donde aumenta el desempleo y se estanca la economía, puede llevar nuevamente al país a una meta diferente a la que ha establecido el gobierno de la Cuarta Transformación. De no atender hoy los signos de fractura del modelo económico, México puede transitar por una ruta muy peligrosa de empobrecimiento y poner en serios aprietos la gobernabilidad.
Insisto, la teoría económica es contundente. Define con precisión las características de la estanflación: a. Elevada inflación, así como aumento en eldesempleo y una tasa de crecimiento moderada, estancada, o incluso negativa; b. Empobrecimiento económico del país que la sufre; c. El empobrecimiento de la población merma la demanda lo que acrecienta más el estancamiento económico generando una especie de “bola de nieve”; y, d. La estanflación afecta gravemente el crecimiento de los sectores productivos.
No se puede desatender este escenario, mucho menos negarlo por razones ideológicas o políticas, porque, como ya se observa en otros países, la estanflación suele ser precedida de shocks que generan desajustes en los mercados entre oferta y demanda, escenario que se vería acrecentado a causa del parón de la economía provocado por la pandemia. Las cadenas de suministro están colapsadas. El aumento del precio de los hidrocarburos tendrá un efecto grave en los transportes de todo tipo.
Es urgente que el Banco Central y la Secretaría de Hacienda desarrollen nuevas estrategias que, sin lastimar más a los que menos tienen, como suele hacer el Fondo Monetario Internacional (FMI) con sus “planes de choque” orientados a revertir las crisis de la balanza de pagos de una nación. Está claro que México no está en ese escenario. Si algo se ha hecho muy bien durante esta administración es no acrecentar la deuda externa y limitar al máximo la deuda interna; se ha mantenido una política fiscal muy responsable.
Se debe reconocer que la recaudación fiscal que ha logrado el SAT no tiene parangón, además, sin haber faltado al compromiso presidencial de no aumentar impuestos; sin embargo, es evidente que, si no se logra reactivar la economía y se acelera la producción, se generan empleos productivos y se alienta el consumo, la recaudación fiscal será decreciente y el presupuesto de egresos se verá afectado.
¿Crecimiento con inflación? La historia obliga a rechazar este camino
¿Cuál es el riesgo? Tener que recurrir alendeudamiento externo e interno. El aumento de la deuda externa, en un período de inestabilidad cambiaria como la que hoy se vive por los riesgos de la guerra sería una pésima alternativa. La devaluación de nuestra moneda aumentaría drásticamente el monto de la deuda externa, presionando más al mercado interno cuya debilidad se acrecentará si el nivel de desocupados no se revierte.
¿Qué hacer para evitar esto? Es urgente poner punto final a lo que separa al sector público del sector privado. Como bien señaló hace un par de semanas Jonathan Heat, subgobernador del Banco de México, el gobierno no puede seguir desconfiando de la iniciativa privada. Hemos escuchado, una y otra vez, planes de infraestructura que derivan de acercamientos que generan expectativas que no se han traducido en acciones concretas, ni con Alfonso Romo, ni ahora con Tatiana Clouthier.
El tercer secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, que para muchos se ha mantenido con un muy bajo perfil, no ha salido a refutar las predicciones de muchos analistas y organismos financieros que ya bajaron la previsión del PIB para este año a un 2%, lejano del 4.6% establecido por esa dependencia en los componentes para elaborar el presupuesto para el 2022.
Este silencio, consideran algunos, no es signo de inacción, sino evidencia de que el titular de Hacienda está preparando un paquete de medidas orientadas a lograr la reactivación de la economía. ¿En que se basa este proyecto? Ofrecer incentivos para fomentar una mayor inversión en proyectos de infraestructura que, seguro, fue el faltante en los dos proyectos anteriores, el de Romo, y el de la actual secretaria de Economía.
Lo destacado de este proyecto es que esos estímulos no serán exclusivos de las obras insignia del gobierno federal (Tren Maya, Refinería Olmeca y Tren Transístmico) ya que estarán canalizados a la construcción de nuevos parques industriales enfocados, como señaló hace unos días Carlos SlímHelú, “para aprovechar la posición geográfica de México para sustituir importaciones de China y ayudar a resolver los problemas de abasto en las cadenas productivas.”
Obligado retomar algunos de los planteamientos que le hizo Slim a Carlos Salazar, ahora ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en una entrevista que no tiene desperdicio. En un escenario crispado, polarizado, el presidente vitalicio de América Móvil, señaló que “la desunión y los conflictos caprichosos o ideológicos vividos en este momento en México son una tontería y no ayudan a nadie.” Abundó: “Desgraciadamente está pasando en México, el conflicto y la desunión es absurda, ya que no ayuda a nadie.”
El diálogo: el mejor camino para generar desarrollo compartido
Se puede o no estar de acuerdo con él, pero nadie puede negar su compromiso con México y que en este y en gobiernos anteriores, más allá de simpatías o empatías, sus propuestas están orientadas a encontrar causes para el desarrollo. Fui testigo hace varios años de una conversación informal con empresarios tabasqueños a los que les dijo de manera tajante que había que impulsar proyectos que ayudaran a revertir la pobreza, que le otorgara a los que menos tienen la posibilidad de acceder, de forma digna al mercado. “Si no lo hacemos, vayamos buscando la pared donde nos van a fusilar”. Esta honesta convicción es la que, por años, con encuentros y desencuentros, lo ha mantenido cercano a Andrés Manuel.
“Cuando un gobierno es electo democráticamente hay que respetarlo. Tener conflictos caprichosos o ideológicos es una tontería. Si lo que van a hacer las cámaras es confrontar por confrontar porque ideológicamente el que ganó no es de nuestro agrado, es una tontería. Tenemos que buscar la unidad nacional”, recomendación que, sinceramente, deberían atender de uno y otro lado de la cancha. Ya lo hemos comentado en muchas ocasiones que la polarización, menos en estos tiempos, no ayuda, entorpece, distrae y nos desvía de una ruta trazada que con su validaron con su voto, en el 2018, más de 30 millones de ciudadanos.
De lo contrario, como señaló Slim en ese conversatorio con Carlos Salazar, habremos perdido, una vez más, una oportunidad. “México es un país milagroso y hemos desaprovechado las oportunidades, las destruimos y es una tristeza (ver) como acabamos un momento de gran oportunidad, ha sido repetitivo y lo he vivido.”
¿Qué propone Carlos Slim? Aprovechar la confrontación entre China y Estados Unidos. Para él está en manos de los empresarios aprovechar esta coyuntura. “Necesitamos que suba la inversión, que haya más generación de empleos, que haya mejores ingresos para los trabajadores, pero al mismo tiempo cuidar la salud y la educación universal.”
Agregó algo que resulta importante: “Hoy tenemos una gran oportunidad los empresarios de Estados Unidos y México, tenemos que ser los activos más que los políticos; los gobiernos ya hicieron su trabajo (el T-MEC) y nosotros no lo hemos hecho.” Fue más allá al señalar que: “Los políticos y los gobiernos no han entendido y no han conducido el cambio civilizatorio y lo que necesitan es entender y conducir el cambio.”. Para él, “el único país que está conduciendo este cambio de manera cuidadosa yordenada, es China, antes lo hizo Corea del Sur.”
Slim no eludió hablar del conflicto en Europa Oriental. “La guerra es irracional yo la atribuyo, no en forma crítica, a que el presidente Putin tiene una mente agrícola, así como Donald Trump tenía una mente industrial y quería llevarse a la General Motors y a la industria automotriz como un impulsor de desarrollo de Estados Unidos.”
Sobre lo expresado por Carlos Slim acerca de las relaciones gobierno-sector empresarial, resulta positivo que el recién electo presidente del CCE, Francisco Cervantes considere que el reto es“alcanzar consensos para convertir el T-MEC en una herramienta importante para la reactivación económica tras la pandemia de Covid-19, con la que se mejoren los apoyos a las Pequeñas y Medianas Empresas y al comercio exterior.”
El nuevo dirigente de lo que se ha llamado la cúpula de la cúpula empresarial, ha recibido palabras elogiosas del presidente López Obrador. Francisco Cervantes, ex dirigente de la CONCAMIN, no es ajeno a las relaciones complejas entre el empresariado y el gobierno. Ha escuchado los argumentos del presidente que señala que el distanciamiento con varios empresarios derivó de que le pedían que para enfrentar la pandemia y la crisis había que endeudarse, a lo cual se negó.
Para el nuevo dirigente, el CCE “debe ser pieza clave para impulsar un diálogo respetuoso y firme con el gobierno, con el objetivo de lograr acuerdos en la agenda empresarial que contempla la reactivación económica.” Como Slim, Cervantes considera que, para reactivar la economía, “Méxicodebe convertir sus debilidades en fortalezas y para ello usar el talento en nuestro país para sustituir las importaciones provenientes de Asía para fabricar los artículos necesarios y que han tenido dificultades en proveeduría en sectores como el automotriz.”
Joe Biden no coincide con las ideas de Slím y Cervantes En su discurso del martes pasado sobre el Estado de la Nación, además de ratificar su postura ante la invasión de Rusia a Ucrania (“Putin calculo mal”), dio a conocer sus estrategias para frenar la inflación y para avanzar en la lucha contra la pandemia. Para ello, propuso impulsar una “nueva visión” económica del país: “En lugar de depender de cadenas de suministro extranjeras, hagámoslo en Estados Unidos. Los economistas lo llaman aumentar la capacidad productiva de nuestra economía. Yo lo llamo construir un Estados Unidos mejor.” Una visión nacionalista recurrente en los mandatarios demócratas.
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