Las ‘pajarracas’ revolotearon
En el siglo pasado, en Tabasco se tenían dos grandes fiestas: la del Carnaval, dedicada al Rey ‘Momo’, y la feria anual. Eran eventos sanos donde las colonias sacaban sus comparsas a visitar cientos y miles de viviendas, llevándole paz, alegría y sana diversión; incluso en mi pueblo, Jalpa de Méndez, había concursos para elegir reinas y reyes carnavalescos que vendían votos y las ganancias ingresaban a la Junta de Mejoramiento Moral Cívico y Material para ayudar en las obras municipales.
En la feria tabasqueña, las jovencitas participantes vestían trajes regionales y muy decentes desfilaban por las calles villahermosinas al ritmo de tamborileros o las llamadas bandas con música de viento… No había de esas ‘caballadas’ que las incitara, como ahora sucede, a mover sensualmente el cuerpo, las caderas: ¡suelo, suelo, suelo… hombro, hombro, hombro… vueltecita, vueltecita…!
De repente, con la llegada del nuevo milenio, las costumbres experimentaron una especie de simbiosis, donde la feria también se convirtió en carnaval y los ‘karmitos’ y ‘chemaneyes’ se adueñaron de las calles, secuestrando musicalmente a las jóvenes participantes del concurso ‘La Flor de Oro’ y prácticamente obligándolas a realizar movimientos contorsionistas donde el vulgo, en medio de etílicas manifestaciones, las festeja con el ¡eh, eh, eh, eh…!
Pero, lo peor de todo, es que en tales eventos algunos tabasqueños y no tabasqueños con la dignidad y la integridad por los suelos por no practicar los valores fundamentales que fortalecen a la familia, utilizaron las redes sociales para despedazar la moral de las féminas participantes.
Y efectivamente, el domingo pasado vimos que, en medio de un gran río humano, revoloteaban algunas ‘pajarracas’ perdidas en un mar de alcohol y mostrando bochornoso espectáculo. Pero el evento en sí, para los más de medio millón de tabasqueños presentes, fue excelente, porque esos sí, llegaron a aplaudir a sus embajadoras. Salvo esas ‘pekatas minutas’, se cumplieron las expectativas planeadas, porque se confirmó que la seguridad en la máxima fiesta de los tabasqueños está garantizada.
Y es que grandes errores desangran a países latinoamericanos, como la desintegración familiar, abandono de la niñez, niñas embarazadas, droga, crimen, sida, ola salvaje de maltrato y asesinato de mujeres… Es todo
