La inmundicia que consumimos
En seis años de gobierno “adancista”, como dice una canción muy popular que canta el divo Emmanuel, “todo se derrumbó”. Tabasco no tiene obras especiales, ni seguridad pública que nos haga sentir seguros, una educación que no pudo sacar al estado de esa mediocridad; nuestro transporte público sigue dependiendo de esas pequeñas e ineficientes camionetillas atestadas de pasaje sin esperanza; y cientos de “pochimóviles”.
Nunca hubo rutas de transporte urbano de primera clase. Pero lo peor es la contaminación urbana y suburbana.
El miércoles pasado le comenté a usted, lector (a) de la contaminación con desechos industriales del Río Seco en Paraíso. Pero una lectora de Comalcalco me hace ver que el río lo contaminan los desechos “mierdiles” de los municipios de Huimanguillo, Cárdenas, Cunduacán, Comalcalco y el propio Paraíso. A lo largo de 80 kilómetros, la falta de planeación urbana para llevar la mierda a campos y lagunas de oxidación ya contaminó la comida. En Paraíso y Comalcalco está prohibido comer ostiones. Y desgraciadamente, aún con estas prohibiciones las ventas de este molusco aumentaron. Digamos que al tabasqueño le gusta comer todo lo que contenga mierda.
En Villahermosa, la presidenta que repetirá Yolanda Osuna Huerta, ha prometido que potabilizará el agua de la obra llamada “Acueducto”. Pero el agua que actualmente bebemos está contaminada con mierda que proviene del viejo río Mezcalapa, del viejo río Pichucalco, y el río de la Sierra cuyas aguas contaminadas con mierda y detritus humanos convergen en la zona de la Majagua. Y ya en el Grijalva, todo sube a la planta de tratamiento en SAPAET.
Usted, delicadito en sus pretensiones, a la hora que se mete a la regadera y empieza a cantar gustosamente “la vieja tonada de “Villahermosa,”, la canción de Manuel Pérez Merino, está saboreando pedazos de mojones que le proveen esos ríos que le informo.
A Javier May ya Yolanda les toca resolver este tipo de cochinadas. Saben cómo hacerlo. Ojalá y el ingeniero Casasús les responda….