Javier May, un voto de confianza
Por Kristian Antonio Cerino
Llama la atención el interés por las notas rojas en medios digitales e impresos. Sobre todo, de empresas, que hasta hace unos meses, sus principales temas eran asuntos políticos y de gobierno. Y llama la atención que, incluso, habiendo una gran cantidad de temas para su abordaje, los hechos sangrientos son su principal fuente generadora de contenidos.
Estos mismos medios, y aquí es importante sumar a un sinfín de páginas electrónicas y de redes sociales, de cuentas personales, y troles, han privilegiado las noticias policíacas no porque les interese esta sección, ignorada y marginal para sus fines editoriales, sino en aras de intentar desacreditar al gobernador Javier May. No solo es injusto, sino absurdo que estén sistemáticamente con su golpeteo que tiene tintes de guerra sucia…
Esta campaña sucia dirigida al gobierno de Tabasco, administración que ha cumplido aún dos meses de gestión, se hace a destiempo y con un objetivo específico: apelar a la imagen institucional. Es más, ha habido fuego amigo de cercanos al gobernante con el mismo propósito.
En este contexto, habría que preguntarse si dos meses de gobierno es poco tiempo para comenzar a realizarle este golpeo que tiene tintes de guerra sucia. Por ejemplo: a los gobernadores anteriores, de los últimos dos o tres sexenios, el golpeteo al gobernante inició más allá del primer semestre, y me atrevo a asegurar que este periodo de gracia ajustaba un año. Ahora, y si partimos del desmadre que el grupo de Adán Augusto López Hernández ocasionó en Tabasco en los últimos seis años, por qué entonces se ha desencadenado esta guerra sucia en contra de la administración que encabeza May, cuando solo acumula 60 días en el cargo: ¿Hubo violencia en el periodo de Granier, Núñez, López-Merino? Claro, sí la hubo, pero el golpeteo mediático demoró más tiempo o miraron hacia otros frentes informativos. Esta vez, se ha abierto fuego demasiado temprano, pese a saber que el gobernador heredó una crisis financiera, una crisis y pérdida de credibilidad de la figura policíaca y del sistema de justicia, entre otras problemáticas. Poco que evaluar en dos meses, a sabiendas de que una administración estatal debe tomarse su tiempo -de al menos 120 días- para acomodarse y hacer los últimos ajustes, a diferencia de las administraciones municipales que el tiempo les va comiendo desde las primeras semanas del trienio. Uno comprende la desesperanza porque todo cambie en lo inmediato, y más si venimos de un gobierno fallido, pero el mandatario ya envió también sus mensajes: ya dio la primera vuelta al circuito tabasqueño, visitando 17 Centros Integradores en su campaña territorial, y afrontó -sin titubear- la avalancha de hechos violentos con el uso de la fuerza pública y sosteniéndose con fuerza en su discurso; ya sabe quién y quiénes están operando con recursos, dentro y fuera de Tabasco, para dañar su imagen pública, y muchos de ellos suelen acompañarlos en actos públicos. Si bien cada quien goza de libertad para expresarse, considero que el gobernador merece nuestro de voto de confianza, y más en estos tiempos que le ha tocado gobernar, tiempos en los que cada grupo delictivo se enraizó en colonias y comunidades rurales con la permisión de gobiernos. De mi parte, creo que es prudente esperar un poco más: quienes conocen a Javier May saben que no lo podrán cuestionar por permanecer estático, como estuvimos en el último sexenio con sus arreglos florales; es un hombre de trabajo. Y esto lo saben quienes le acompañan en el gabinete. Era más probable permanecer en un puesto en la época del Adancismo que en el presente gobierno, pues en este, los miembros del gabinete saben que para llegar a los días finales del sexenio deben mantenerle o sostenerle el ritmo al exalcalde de Comalcalco.
Aunque el golpeteo que procede de grupos identificados, donde suele ser una minoría que aspira a que se perciban como miles ante el efecto de las redes y la compra de bots, May ha sido respaldado por la Presidenta Claudia Sheinbaum, los alcaldes -de Morena (Ovidio Peralta, de Comalcalco), PT y MC-y por los legisladores de las bancadas, incluyendo al PVEM con el liderazgo de Miguel Moheno; pero lo más importante, que ha sido y es respaldado por los tabasqueños que siguen acudiendo multitudinariamente a las giras que ofrece en villas y comunidades rurales, luego de un letargo de seis años, o más.