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En Jalapa, se abrió la “caja de Pandora”

En Jalapa, se abrió la “caja de Pandora”

Alfredo A. Calderón

“Vuestras riquezas están podridas, y vuestro oro y plata están enmohecidos” Santiago 5:2-3*

*Abriste, Jalapa, la caja de Pandora y el alcalde ennegreció el pañal, porque de ella no salió un simple pleito familiar, sino la primera de siete plagas que asolarán a tu ayuntamiento. Porque lo de las grabaciones del alcalde y yerbatero José Manuel Hernández Pérez y su insepulto pacto con el Monster no es un episodio aislado: es apenas el primer sello roto del Apocalipsis político que se aproxima*

*Ubiquemos: sucedió en Jalapa lo que los cronistas del tiempo llaman un pleito de perros, pero lo que los profetas saben es el inicio de un juicio anunciado a causa de las transgresiones. Pues frente al trono del presidente municipal José Manuel Hernández. Hay una traición grabada, se levantó la discordia entre suegro y yerno, entre Fredy Geovany Villegas y Arturo Obregón, quienes por causa de una mujer se trenzaron a golpes*

*Cómo Caín contra Abel. Y desde aquel día quedó sembrada la semilla de la ruina; por esa traición. Agarrados de las greñas: Geovany y Obregón, se disputan audios que son verdaderos cartuchos de dinamita pura. Las voces prohibidas revelan al alcalde de Jalapa atrapado en su propia “cárcel que él edificó” al aceptar financiar su campaña con dinero de la delincuencia organizada, pactando con un delincuente ejecutado, cargando en su espalda y conciencia los millones sucios que lo llevaron al poder*

*Entiéndase: no es un simple pleito de hombres comunes, sino la disputa por las llaves del infierno: los audios. Son los registros prohibidos de la voz del yerbatero José Manuel Hernández Pérez, en trato secreto con el “Monster”, financista de campaña y miembro de una secta criminal, que aportó más de veinte millones de pesos manchados de sangre y lavado de sindicato*

*Cierto es que “el Monster” murió ejecutado, pero sus palabras quedaron vivas, atrapadas en el hierro ardiente de grabaciones que ahora son la espada sobre el cuello del -alcalde yerbatero-. Obregón, el yerno desterrado, huyó con las grabaciones, cargando en su morral el alma y destino del ayuntamiento entero de Jalapa. Desde entonces, Manuelito y su compinche Geovany no duermen, sienten que en el pañal les pican miles de “hormigas africanas matabele”*

*No duermen y persiguen a Obregón como Saúl persiguió a David, sabiendo que en cualquier momento esas grabaciones pueden estallar en las redes sociales y como las trompetas de Jericó, derrumbando sus murallas de corrupción. Pero “un abismo llama a otro a la voz de sus cascadas” y les “llovió sobre mojado”, otro capítulo de ignominia. El niño nacido de aquel matrimonio roto fue arrebatado por los abuelos paternos, a instancias del hijo prófugo*

*La madre argumentó secuestro y la justicia terrenal apresó a los ancianos y el yerbatero vio en esa desgracia un as bajo la manga: “Entrégame los audios, y la libertad de tus padres será tu rescate”. Así, la vida de un hijo, la cárcel de unos abuelos y la angustia de unos padres fueron convertidos en moneda de chantaje político. Al más puro estilo del alcalde de Jalapa*

*Esa desgracia utilizada como ficha de negociación: los audios a cambio de libertad. La vida de un menor como rehén del chantaje político. Pero Obregón no es necio. Sabe que lo que esas grabaciones en sus manos es oro molido y sentencia de muerte. Sabe que, si entrega lo grabado, lo borrarán de la tierra como a tantos testigos incómodos. Y por eso sigue escondido*

*Acechando con la amenaza de abrir la caja de Pandora que contiene los siete males capitales de Jalapa: corrupción, avaricia, traición, lujuria, violencia, impunidad y miedo. El doctor Manuelito, que se presentó como curandero del pueblo, resultó brujo de la codicia, atado en pacto con criminales. Su hombre de confianza lo traicionó con grabaciones ilegales. Su cabildo camina bajo la sombra de la complicidad*

*Jalapa y su gente, pueblo y municipio que deberían ser redimidos, miran impotente cómo sus gobernantes comercian con la justicia como si fuera fruta en el mercado. Así está escrito: “Lo que se hace en lo oscuro será gritado en las azoteas.” Porque cuando las grabaciones salgan a la luz, no habrá retablo que cubra la vergüenza, ni sotana que bendiga los pecados, ni guardia que impida que las campanas doblen por la administración del municipio. La realidad aplasta: en Jalapa, se abrió “la caja de Pandora”*

*SÉPTIMO SELLO*

*Habrá que dimensionar las consecuencias de la impunidad sindical. La caja de ahorro del SUTSET convertida en lavadora, el Champions desaparecido, su secretario de finanzas tragado por la tierra. El sindicato, que debía ser defensa del trabajador, convertido en cómplice del crimen, con la bendición del yerbatero, entonces candidato que hoy funge como edil*

*El auto robo. Un subdirector metiendo mano en las arcas municipales, disfrazando el saqueo de simulacro. Y las pruebas apuntan a que no fue un lobo solitario, sino una manada que se repartió el botín en silencio, mientras al pueblo se le reparten migajas y promesas*

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*SÉPTIMA TROMPETA*

*La zozobra permanente reina en Jalapa. El alcalde atormentado por el ánima del Monster duerme inquieto, paranoia creciente sabiendo que cualquier día, con un solo clic su voz se oirá, se viralizará en redes sociales, rostro y su nombre arderán -donde más duele- en la hoguera pública. La sombra del “operativo Enjambre” de García Harfuch lo agobia. Vive en sobresalto, temiendo que en un arrebato de desesperación, el escondido Obregón libere las pruebas que pueden hundirlo en la cárcel*

*Meditemos: la complicidad encadena porque no es un pecado aislado, sino un cabildo entero que se arrodilla ante los caprichos del yerbatero. Cada director, cada funcionario, cada cómplice calla, a sabiendas de que su silencio es complicidad y su complicidad es condena y cárcel*

*SÉPTIMA COPA*

*El episodio final se avizora y entonces, cuando todo quede al descubierto, caerán sobre Jalapa las trompetas del juicio. No serán profetas quienes dicten sentencia, sino Omar García Harfuch y su espada de justicia. Y lo que hoy es rumor de pasillos se convertirá en proceso penal. Porque las alianzas con el crimen, las traiciones familiares y los saqueos municipales no se lavan con agua bendita: se pagan con cárcel*

*Así está escrito. Y si alguien duda, que espere, es cuestión de tiempo porque aún faltan plagas por anunciar y esa tortuga tiene todavía mucha sangre que tirar. Ya volveremos. Pues lo del auto robo en las finanzas municipales es apenas otro jinete que cabalga hacia el Apocalipsis político de Tabasco. Razón tiene quién dice en el gabinete que hace falta un yerbatero en el CRESET*

Alfredo A. Calderón


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