El pataleo de Lorena
Por: Kristian Cerino
A semanas de realizarse la jornada electoral para elegir —entre un sinfín de candidatos a alcaldes y diputados— al próximo gobernador de Tabasco, ha comenzado el periodo para ver “realidades”, y sobre todo, presenciar un “pataleo desesperado” porque el cuerpo de distintos abanderados ya se hunde en la alberca de la política tabasqueña. Este el caso de Lorena Beaurregard de los Santos, candidata de la alianza PAN-PRI al gobierno estatal.
Así como seguimos el protocolo periodístico en materia de seguridad cuando omitimos reproducir, en fotos y videos, el mensaje que envían los criminales en lonas y mantas, así también no repetiré los adjetivos que usó Beaurregard para referirse a los tabasqueños que están sumados, en gran medida, al proyecto de Javier May Rodríguez, proyecto que será avalado en la elección del 2 de junio.
En dos momentos, Beaurregard reprochó a los ciudadanos no solo su desbordamiento en términos de preferencias electorales a favor de May, sino el arropamiento colectivo y el festejo por su cumpleaños, mismo que no acaba.
Y no es que las palabras empleadas por Beaurregard sean inexistentes y nos espanten, sino el hecho de pronunciarlas con énfasis y desacreditar a la ciudadanía que, incluso, ya tomó una decisión en torno al próximo gobierno estatal. Por esta razón, no seré un reproductor de sus palabras, sino solo un comentarista sobre el lenguaje soez de la aspirante a gobernadora y de su repudio contra el tabasqueño.
De principio a fin, su porcentaje con respecto a May, ha sido mínimo. En la mayoría de las encuestas rara vez ha alcanzado el 10% de las preferencias. Esta es una de las razones por las que necesita sumar adeptos y lograr una votación decente. Sin embargo, se ve difícil que pueda asomarse a la meta. De ahí el “pataleo” y el objetivo de hacer crecer su presencia mediática a través del lenguaje duro, aquel que se habla en las márgenes.
Hace días, leí con acierto la columna de Víctor Ulín, misma que tituló “Campaña de ficción”, en donde describió un día común entre los actos proselitistas que lleva a cabo Lorena Beaurregard de los Santos desde que comenzó el periodo de campaña. En resumen: desayuno, filmaciones en cada municipio, almuerzo, más filmaciones, y retorno a la capital. Poco ha sido su contacto con el ciudadano. Este es el punto que importa, el hecho de que su campaña no ha sido a ras de suelo, sino solo ha estado en las redes sociales.
Por ello, más que sumar nuevas voluntades a su proyecto, con sus palabras fuera de lugar, Beaurregard perdió la oportunidad de ser opción para el elector.