El imposible verbo conciliar
Varios gobernadores habrían mencionado que Tabasco sería otro estado cuando llegue a él la conciliación. Aquí todo mundo está enfrentado. CONCILIAR es un verbo difícil de establecer aquí porque en general, la raza humana es mala por naturaleza, y el tabasqueño también.
Recientemente al checar mis apuntes sobre un libro de arquitectura que estoy escribiendo, descubrí el “por qué” el tabasqueño es malo. Obviamente, no lo le diré hoy ese “por qué”. Porque usted me dirá por respuesta “tzingadera y media”, me tildará de “indejo” por mi atrevimiento y me mentará la madre porque no nací en Tabasco.
Así que prefiero antes platicarlo con un hombre de cultura como es Jorge Priego Martínez. Después de esa charla, le juro que lo escribiré en estas líneas como un ensayo para que usted satisfaga el “chismoso” que trae adentro. Y tampoco somos un estado de educación y cultura porque antes que nosotros naciéramos, alguien rechazó esta educación.
Pudimos haber aprendido esa cultura de los Mayas pero antes que pudieran asentarse, alguien los corrió de Tabasco. Digamos que la parte bonita de los Mayas no pudo quedarse. Nuestro tabasqueñismo cultural de origen Maya no nos fue impregnado porque antes los corrieron de nuestro territorio.
Por eso la idea de Javier May de “conciliar” se topará con la negra realidad de nuestra mentalidad. Vea como escriben los periodistas tabasqueños. Nada les “embona” . Por eso cuando dicen o preguntan ¿Quién es el peor enemigo de un tabasqueño? La respuesta es la misma: el peor enemigo de un tabasqueño es OTRO TABASQUEÑO.
Ya habrá tiempo de explayarme con mi teoría aprendida de los Mayas….