“El envejecimiento exitoso es una expresión del proceso de adaptación y selección en curso a lo largo de la vida” Paul Baltes
Prospectiva
Inexorablemente transitamos a un proceso de envejecimiento de la población. En Europa este trasiego inició hace más de tres décadas y llevo a sus gobiernos, a la Unión Europea, a trazar una ruta para enfrentar los retos que ese indetenible proceso conlleva.
En América Latina todavía no tenemos una idea clara de lo que conlleva esta transición porque si bien la pirámide demográfica se ha convertido en una especie de barril, los gobiernos no han dimensionado el tamaño del reto que el proceso de envejecimiento trae consigo cuando a la distancia vemos las violentas reacciones de buena parte de la población francesa, saliendo a la calle para decirle al presidente Emmanuel Macron que no están de acuerdo con que se amplié la edad para la jubilación, pensamos que ese es un tema lejano para nuestra región.
Nos equivocamos al hacer esa lectura. El envejecimiento es ya un tema que obliga a atenderse con seriedad. Los programas sociales que ha impulsado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin duda han ayudado no solo a los adultos mayores, a la población en condición de pobreza como ha quedado demostrado con los datos aportados por la CONEVAL. Muy destacable que 5.1 millones de mexicanos hayan salido del estadio de pobreza.
Las políticas públicas distributivas, dinero a la mano tienen efectos positivos de corto plazo, si, ayudan a la gobernabilidad, pero no bastan. Es necesario impulsar políticas públicas redistributivas, porque ellas generan garantías de que en el mediano y largo plazo permeen en la sociedad y provoquen cambios sustantivos.
La próxima administración federal, la local, por consecuencia, deberán establecer nuevas estrategias para atender los retos del envejecimiento que no se circunscriben al asunto económico, involucra áreas fundamentales como la salud y la educación.
¿Nos debe preocupar el envejecimiento de la población? Sí, el envejecimiento de la población puede plantear desafío en áreas como la seguridad social, la atención médica y la fuerza laboral, pero, al mismo tiempo genera oportunidades en términos acumulados. Todo lo anterior obliga a que el abordaje de estos desafíos se dé de forma planificada y sostenible.
“El arte de envejecer es el arte de conservar algunas esperanzas” André Maurois
Los aspirantes a gobernar nuestro país, nuestro estado, deben abordar el envejecimiento de la población mediante políticas públicas como: Seguridad y pensiones. Asegurar sistemas de seguridad social sólidas que proporcionen ingresos adecuados para los jubilados y pensionados. Además, la atención médica. Garantizar acceso a servicios médicos de calidad y atención a largo plazo para las necesidades de salud de los adultos mayores (gerontología y garantía).
Asimismo, fomentar opciones de vivienda asequible (que pueda comprarse o pagarse) y accesible para los adultos mayores. Garantizar la educación continua y a lo largo de la vida. Promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para mantener la participación y el bienestar de los adultos mayores.
Necesario facilitar programas que permitan a los adultos mayores seguir trabajando si lo desean, o proporcionar capacitación para transiciones laborales (competencias suaves). Se requiere implantar medidas para combatir el aislamiento social y promover la participación comunitaria. Fomentar la adopción de tecnologías que mejoren la calidad de vida y la conexión social de los adultos mayores.
Es generar opciones de atención a largo plazo, como cuidados en el hogar o residencias, para aquellos que no necesitan crear una cultura del envejecimiento y de respeto a la ancianidad en un entorno familiar multigeneracional; permitir horarios de trabajo flexibles y ajustes razonables para los trabajadores mayores, e incentivar estilos de vida saludable y la prevención de enfermedades en la población adulta.
“No importa cuantos años tienes, lo importante es cuantos envejeces” Abraham Lincoln
Debemos estar claros que el crecimiento de la esperanza de vida en los adultos mayores conlleva retos para los estados nacionales: Los desafíos principales son: La sostenibilidad de la seguridad social. El aumento en la población de adultos mayores genera presión sobre los sistemas de seguridad social y pensiones, ya que se requieren más recursos para mantener sus beneficios a lo largo de más años.
Los adultos mayores tienden a requerir más atención médica y servicios de cuidados a largo plazo, lo que aumenta los costos de los sistemas de salud y puede llevar a la escasez de profesionales de la salud debidamente capacitados.
El envejecimiento de la población puede reducir la fuerza laboral disponible, lo que puede afectar la productividad económica. Asimismo, las personas pueden verse tentadas a jubilarse más tarde, lo que puede dificultar la entrada de jóvenes al mercado laboral.
Debemos tener en cuenta que los adultos mayores no son un grupo homogéneo. Existen diferencias en términos de salud, ingresos, educación y necesidades. Los estados nacionales deben abordar esta diversidad para garantizar un envejecimiento satisfactorio para todos.
La pandemia evidenció la brecha digital que en caso de los adultos mayores tiene dos componentes: el acceso en sí a internet, uno, y dos, la brecha tecnológica que excluye a algunos adultos mayores de los beneficios de la tecnología, como el acceso a información, servicios en línea y conectividad social.
Se requiere infraestructura adaptada a las necesidades de adultos mayores, como viviendas accesibles, transporte público amigable con personas mayores y espacios públicos adecuados.
Fue muy satisfactorio observar que alumnos de la carrera de Arquitectura de la Universidad Olmeca obtuvieron un reconocimiento en el concurso convocado por el Colegio de Arquitectos Tabasqueños por el diseño de un prototipo de casa habitación amigable para el adulto mayor que toma en cuenta la convivencia multigeneracional en un solo espacio. Desde luego, también las ciudades necesitan adaptarse para ser amigables con los adultos mayores, considerando aspectos como accesibilidad, seguridad y opciones recreativas.
Es necesario fomentar la colaboración y entendimiento entre generaciones ya que ello puede contribuir a superar prejuicios y maximizar los beneficios de la experiencia de la juventud. Una cultura del envejecimiento desde la educación básica es un tema urgente.
En suma, enfrentar los retos que derivan del avance de envejecimiento requiere de enfoques multidisciplinarios y políticas integrales que aborden las necesidades cambiantes de una población envejecida desde una óptica equitativa y sostenible.
“La vejez no es asiento de cobardes” Bette Davis
A diario escuchamos o leemos noticias, artículos que nos remarcan que el envejecimiento mundial amenaza dar un vuelco a la economía. Álvaro Sánchez (“El País 20.05.2023) señala que el aumento de la esperanza de vida nos obliga a replantear estrategias antes de que sea muy tarde.
Como ya se apuntó, la mayor longevidad y la caída de los nacimientos son una tendencia imparable que supondrá más gastos en sanidad, pensiones o dependencia. Álvaro Sánchez plantea en su artículo que, “los expertos auguran más impuestos y un nuevo modo de consumir”.
Nos recuerda, asimismo, que “China tardo 35 años en abolir por completo la política del hijo único (2015), y solo seis más en elevar de dos a tres el número de descendientes permitidos por pareja”. Al tiempo que Macron subió la edad de jubilación de 62 a 65 años, y Corea del Sur, el país con la fertilidad más baja de la OCDE, aumenta de manera constante las ayudas para aquellos que decidan ser padres, ante un evento imparable. El cierre de escuelas de nivel básico por falta de alumnos. “Las tres noticias son reacciones de un mismo fenómeno: la esperanza de vida se alarga y los nacimientos no van lo suficientemente rápidos como para mantener intacto el sistema económico”.
¿Es un tema demográfico? Sí, pero con profundas implicaciones políticas. Lo que se llama “el invierno demográfico” amenaza la economía mundial, al tiempo que, envejecimiento y la imparable caída de la población “condicionan las políticas públicas y el crecimiento”, como lo manifiesta Ignacio Fariza (“El País” 29.07.2023):
“No hay más que salir a la calle para intuir el movimiento de placas tectónicas que conforman la demografía y la economía mundial en las próximas décadas. Toparse con padres primerizos empieza a ser tarea ardua en los barrios más envejecidos de Madrid, Roma, Seúl o Tokio, donde lo vendedores de productos infantiles se ven y se las desean para seguir adelante. La selección de ciudades no es arbitraria: Los dos epicentros de este terremoto sin precedentes está en Europa del Sur y en el Asia rica. Sin embargo, la cuestión del envejecimiento es cada día más global y sus repercusiones económicas de magnitudes diferentes de imaginar desde la comodidad adormecida del presente”.
Fariza nos recuerda que la humanidad se ha pasado casi dos centurias temiendo que “los lúgubres postulados del economista y demógrafo británico Thomas Malthus se convierta en realidad: que no hubiese alimentos suficientes para una población mundial en imparable trayectoria ascendente”.
Paradójicamente, los datos nos muestran bien entrado el siglo XXI, que el mundo rico por el contrario se enfrenta a otra calamidad: “A los retos de una sociedad que se hace mayor a mareas forzadas”. Un mundo en el que todos los esfuerzos por revivir la natalidad están fracasando, “y en la que solo un factor, el aumento de la esperanza de vida, ha evitado que la población haya iniciado la trayectoria descendente todavía”.
“El envejecimiento exitoso es una expresión del proceso de adaptación y selección en curso a lo largo de la vida” Paul Baltes
Nos enfrentamos a nuevos paradigmas en este tema. Diego Bernardini Zambrini, doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, España, profesor titular de Medicina, Escuela Superior de Medicina, Universidad Nacional de Mar de Plata, Argentina, publicó en marzo de 2021 un ensayo denominado “Hacia el diseño de una nueva longevidad”, en el que, de entrada, nos corrige a quienes “equivocadamente” decimos que “la sociedad está envejeciendo”.
Para el investigador, este es un error conceptual, “porque las que envejecen son las personas y por lo tanto la población, no la sociedad que puede tomar distintos caminos frente a un desafío que encierra muchas oportunidades”. Las cifras demográficas no mienten, en poco tiempo las personas mayores de 60 años serán más que el grupo de menores de 15 años “por primera vez en la historia de la humanidad, esto es parte de un proceso de envejecimiento demográfico que es global”.
¿Es este proceso de envejecimiento exclusivo de los países europeos? No. Bernardini plantea en su escrito que: “En América Latina, los mayores de 60 años son el 11% del total de la población y serán cerca del 25% en un plazo de aproximadamente 35 años más, algo así como la mitad del tiempo de lo que tardo Europa en recorrer el mismo camino”.
¿Qué tipo de envejecimiento nos espera? La teoría, y la dura realidad, nos señalan que el proceso de envejecimiento no es homogéneo, no en los países desarrollados, mucho menos en las naciones pobres. Ya lo mencionamos. No envejece igual una persona de la clase media, que un obrero, un campesino y aún en estos sectores hay diferencias notables.
El incremento en la esperanza de vida de la población es tan solo un concepto demográfico, un promedio, pero no significa, es obvio, que toda la población marche al unísono en esta ruta. Es necesario puntualizar que el trasiego que los seres humanos en los próximos años habremos de seguir marca una ruta hacia “una nueva longevidad”, la tesis que defiende Bernardini. Para él, “la nueva longevidad es una oportunidad única que nos ofrece el siglo XXI”.
Este reconocido científico nos recuerda que “ninguna generación previa en la evolución humana ha tenido el privilegio de imaginarse una segunda mitad tan intensa e interesante como la actual”. Lo anterior conlleva romper con paradigmas porque lo evidente es que nuestra sociedad no puede seguir gestionando con normas y estructura basadas en un pensamiento estancado en el pasado.
“La nueva longevidad no solo es vivir más sino, vivir integrados, plenos y protagonistas, pero para ellos debemos pensar, diseñar e implementar una serie de cambios que nos conduzcan a la plenitud personal y como sociedad”.
Bernardini enfatiza que una sociedad que estará conforma cada día por más personas adultas, “deberá promover una cultura del cuidado, la solidaridad y los derechos”. En este sentido, la nueva longevidad sostenible, señala, debe establecerse bajo ciertas premisas: desarrollo sostenible, derechos de las personas adulto mayor, la economía plateada y el mercado laboral.
¿Qué efectos económicos políticos y sociales, conlleva la mayor longevidad? De entrada, la nueva longevidad presenta desafíos económicos, políticos y sociales. En lo económico, se requiere encontrar una manera sostenible de financiar los sistemas de seguridad social y de atención médica para una población envejecida.
En el ámbito político, se requiere implementar políticas que promuevan la inclusión y el bienestar de las personas mayores, así como abordar posibles conflictos intergeneracionales. En lo social, será indispensable generar entornos amigables para los mayores, alentar la participación activa y evitar el aislamiento de las personas adultas mayores. La nueva longevidad, vista como una “nueva dinámica demográfica, requerirá de una planificación integral y colaborativa”.
“El envejecimiento de la población un catalizador para la innovación social y tecnológica en la sociedad” Dominic Barton
La planificación integral y colaborativa en el contexto de la nueva longevidad implica la cooperación entre gobiernos, instituciones, empresas y la sociedad en general. Esto abarca aspectos como: 1. Desarrollar políticas públicas políticas que fomenten la inclusión social, la salud y el bienestar de las personas mayores, así como garantizar sistemas de seguridad social sostenibles; 2. Diseñar sistemas de atención médica que aborden las necesidades específicas de las personas mayores, promoviendo la prevención y el acceso a tratamientos adecuados; 3. Fomentar la educación continua y el aprendizaje a lo largo de la vida para que las personas mayores puedan seguir participando activamente en la sociedad y en la fuerza laboral si lo desean; 4. Crear entornos accesibles y amigables para todas las edades, promoviendo la movilidad y la interacción social; 5. Desarrollar políticas que permitan una transición flexible hacia la jubilación, incluyendo oportunidades de trabajo a tiempo parcial o voluntariado; 6. Impulsar la investigación en tecnologías que mejoren la calidad de vida de las personas mayores, como la telemedicina, la domótica y las soluciones de cuidado; 7. Fomentar la participación activa de las personas mayores en la toma de decisiones y en la vida comunitaria, reconociendo su experiencia y conocimiento; 8. Incentivar la participación en actividades físicas, culturales y sociales que promuevan la salud y la interacción social; 9. Fomentar la comprensión y respeto entre diferentes generaciones para evitar posibles conflictos y promover la solidaridad. 10. Recopilar datos demográficos y de salud actualizados para informar las políticas y decisiones relacionadas con la nueva longevidad.
La planificación integral y colaborativa implica un enfoque holístico que abarque diversos aspectos de la sociedad para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta la nueva longevidad.
“El envejecimiento de la sociedad resalta la importancia de construir una comunidad intergeneracional más fuerte y más conectada” Marc Freedman
Por otra parte, la perspectiva del ciclo vital debe ser vista más como un marco de referencia que como una teoría. Un marco de referencia de tipo conceptual y dialéctico. Esta estrategia debe partir de la aceptación de que el ciclo de vida no es otra cosa que un proceso que “considera a la vida como una continuidad con cambios, destacando parámetros históricos, socioculturales, contextualizados y vinculados al diario acontecer colectivo e individual, como prevalentes sobre cualquier clasificación etérea, en la que predomine la edad como criterio”
La perspectiva del ciclo vital conlleva la intención de superar lo que se observa como una dicotomía crecimiento-declinación de las personas, partiendo de la idea de que en cualquier momento de nuestra vida hay pérdidas y ganancias. ¿Cuáles son los postulados básicos relacionados con la prospectiva del ciclo de vida? El ciclo vital, como envejecimiento diferencial y progresivo, comienza con la vida y termina con la muerte.
Las formas de envejecer son tantas como individuos existen. Las personas se vuelven más diferentes con el paso de los años ya que la “variabilidad interindividual” aumenta al incrementarse los años. Desarrollo y envejecimiento deben entenderse como procesos simultáneos y permanentes a lo largo de la vida, considerados como “ganancias y pérdidas”.
La edad, por sí misma, no debe ser considerada como un factor causal, explicativo o descriptivo, mucho menos como una variable organizadora de la vida humana. Los problemas inherentes a la vejez no inician a cierta edad o en una época determinada, “sino cuando se comienza a etiquetar a las personas como de edad madura o como trabajador retirado”. Cada vida individual conlleva, al mismo tiempo, continuidad y discontinuidad o rupturas, pero lo evidente es que en ese proceso surgen nuevos aspectos en tanto que otros se mantienen.
De lo anterior deriva una segunda clasificación que tiene que ver con los procesos inherentes al cumplimiento de las fases del ciclo vital: Selectividad que conlleva darse cuenta de oportunidades y restricciones específicas en los distintos dominios de funcionamiento (biológico, social e individual), lo que permite tomar decisiones a partir de metas fundadas en pautas distintas (selección centrada en las pérdidas). En la vejes, es cierto, se pierde capacidad física, pero se adquiere madurez, sabiduría y experiencia.
Se debe optimizar que consiste en identificar procesos generales relacionados con la adquisición, la aplicación y el refinamiento de los medios seleccionados para el logro de las metas. Asimismo, debe haber una compensación que tiene que ver con la opción de regular las pérdidas en los medios para lograr las metas (capacidades o recursos) estableciendo alternativas orientadas a superar esas pérdidas sin que las metas se vean alteradas o canceladas.
Parte medular en el contexto del ciclo vital son el envejecimiento, la adultez, la vejez y la muerte. El envejecimiento es descrito por la OMS, “en un mundo caracterizado por la diversidad y el cambio permanente”, como una de las características que al tiempo que nos define, nos homologan a todos. Todos envejecemos, lo que es importante precisar es que no todos lo hacemos de la misma manera. Envejecer, en términos muy sencillos es, “aumentar de edad”. Sin embargo, el envejecimiento debe ser estudiado desde dos ópticas: Envejecimiento primario, que es un proceso orgánico, y, el llamado envejecimiento secundario que está vinculado a procesos psicológicos y sociales.
Desde la perspectiva del ciclo vital ser adulto significa “haber crecido” esto es, “la adultez debe ser entendida como la consecuencia de un proceso de desarrollo durante toda la vida, en el cual inciden múltiples influencias en permanente interjuego”. Hay diferentes criterios para señalar la adultez, unos basados en criterios económicos y otros en criterios socioculturales.
Los estudiosos del tema añaden criterios de carácter psicológicos que en la etapa de la adultez están relacionados con los procesos cognoscitivos; los adultos desarrollan un pensamiento abstracto y formal que les permite ganar confianza a favor de la intuición, de los sentimientos afectivos (incluyendo la posibilidad de la intimidad y la responsabilidad del cuidado tanto de otros como de sí mismo), así como de los principios morales (orientados hacia un pensamiento autónomo y responsable de sí mismo y de otros).
Marc Fried define a la adultez (adultez mayor), como la cualidad de ser viejo. “La vejez carece de límites, excepto el de la muerte y varía no solamente de un individuo a otros, sino de acuerdo con las experiencias sociales y culturales, con la posición social y económica de las personas”.
La muerte debe ser considerada como estadio final del ciclo vital. Es la transición final de la vida. El ciclo de vida contempla los aprendizajes clave logrados al percibir cercana la propia muerte.
Un aspecto central del ciclo vital es el envejecimiento exitoso cuyos parámetros deben ser vistos en términos de salud, funcionamiento cognoscitivo y ajuste personal positivo, en contraste con salud y funcionamiento intelectual pobre, bajo grado de actividad social y baja moral. Otros especialistas en el tema, como Lehr, se refieren al “bienestar subjetivo”, a la satisfacción con la vida alcanzada durante la vejez que es, para él, “signo inequívoco de envejecimiento exitoso”.
“La educación permanente es el arte de mantenerse curioso a lo largo de toda la vida” Malcolm Forbes
El aprendizaje a lo largo de toda la vida es un objetivo global de la educación, muy relacionado e indispensable. Desde la óptica de la psicología del ciclo vital permite alcanzar metas establecidas para calificar a un proceso de envejecimiento como exitoso, lo cual requiere alcanzar un bienestar subjetivo, un estadio de buen vivir, un desarrollo pleno de la psicología positiva y, lo más importante, permitir al adulto mayor lograr una planeación efectiva de la vida, consecuente con la perspectiva de la psicología del ciclo vital.
En palabras de Stephen John Taylor y Robert Bogdan, el aprendizaje a lo largo de toda la vida está referido al “desarrollo social, cultural y económico de personas y grupos mediante la educación y el aprendizaje a lo largo de sus vidas”. El escritor mexicano Carlos Fuentes (1999), se refiere a la “educación vitalicia” como aquella que “trasciende las etapas exclusivas o concluyentes de la enseñanza tradicional”.
El axioma principal para el milenio que ya estamos recorriendo, establecía Fuentes, se debe centrar en la convicción de que: “(…) mientras más educada sea una persona, más educación seguirá necesitando a lo largo de su vida (…) La educación vitalicia diversifica los currículos escolares, los hace accesibles a la comunidad, extiende el concepto de educación a sociedades que aprenden a seguir aprendiendo, a fin de enfrentar nuevos y absolutamente inesperados desafíos”.
Es necesario entender que “el aprendizaje permanente” no debe ser asociado exclusivamente al ámbito laboral. El concepto se ha ampliado también a otras áreas, incluyendo cuatro objetivos amplios y complementarios entre sí: realización personal, ciudadanía activa, integración social y empleabilidad y adaptabilidad. La UNESCO describe al aprendizaje permanente como “toda actividad de aprendizaje realizada a lo largo de la vida con el objetivo de mejorar los conocimientos como las competencias y las aptitudes con una perspectiva personal, cívica, social o relacionada con el empleo”.
El importante avance desarrollado en torno a la concepción del aprendizaje permanente, además de la definición de objetivos concretos principios y estrategias, responde a la decisión e impulso que desde el Consejo Europeo de Feira (19 y 20 junio de 2000), y aún antes. El 23 de octubre de 1995, en el Parlamento Europeo y el Consejo, que declararon 1996 como el “Año Europeo de la Educación y de la Formación Permanente”. Desde entonces, se ha dado al aprendizaje permanente impulsos motivados, entre otros, por las consecuencias de la globalización, el cambio demográfico, la tecnología digital y el deterioro del medio ambiente.
Esta concepción del aprendizaje permanente abarca todas las experiencias de aprendizaje, ya sea formal o informal, que se tiene a lo largo de la vida del individuo. Se apoya en tres principios fundamentales que alude al papel central del alumno, la igualdad de oportunidades (aquí se subraya la importancia de la accesibilidad), y la alta calidad y pertinencia, pues sólo así se alcanza la plena rentabilidad de las inversiones de tiempo y dinero en el aprendizaje.
El aprendizaje permanente tiene una duración temporal, desde la etapa preescolar hasta después de la jubilación. Las actividades de aprendizaje permanente pueden ser formales, no formales e informales. Sus objetivos son: 1. Realización personal; 2. Ciudadanía activa; 3. Integración social y, 4. Empleabilidad y adaptabilidad.
La educación permanente se sujeta a tres principios fundamentales: 1. Papel central del alumno; 2. Importancia de la igualdad de oportunidades; y, 3. Calidad y relevancia de las oportunidades de aprendizaje. El aprendizaje permanente se basa en seis estrategias-componentes: 1. Enfoque de cooperación; 2. Percepción de la demanda de aprendizaje; 3. Asignación adecuada de recursos; 4. Facilitación del acceso; 5. Creación de una cultura del aprendizaje; y, 6. Propiciar la excelencia.
Dos son los objetivos principales de la Educación Permanente: Primero: Capacitar a los ciudadanos para que puedan hacer frente a los retos de la sociedad del conocimiento, moviéndose libremente entre entornos del aprendizaje, empleos, regiones con el fin de aprender a aprender. Segundo: Cumplir las metas y ambiciones de prosperidad, integración, tolerancia y democratización nacionales.
La educación para todos, debe verse como educación para la vida y el trabajo. Se debe basar en una pedagogía innovadora. El modelo para la Educación para la Vida y el Trabajo parte de las premisas establecidas en el Foro Mundial de Educación, realizado en el año 2000 en Dakar, capital de Senegal, donde se establecieron los siguientes compromisos: 1. Continuar con la reducción masiva del analfabetismo y promover el aprendizaje tecnológico y las capacidades para desenvolverse en la vida diaria. 2. Facilitar el acceso a la educación básica en zonas remotas e inaccesibles. 3. Expandir los servicios de educación y desarrollo de la primera infancia. 4. Mejorar la calidad y el rendimiento del aprendizaje en la educación. 5. Ocuparse de las desigualdades existentes en la educación, en particular, con relación a la educación de las niñas y las mujeres.
Desde luego que la educación no es el único camino para lograr cambios en la sociedad, pero sí puede ser el principal motor para lograr las transformaciones que la sociedad requiere. La formación del tipo de hombre y mujer que se busca en la actualidad es una de sus principales responsabilidades, de ahí que resulte una tarea prioritaria que nos enfoquemos en el reto, derivado del envejecimiento poblacional, de construir un modelo educativo que vincule la vida del trabajo con la vida escolar, para que interiorice principios científicos a la actividad laboral, haciendo de ella un acto cotidiano.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que para que la formación para la vida y el trabajo, ubicada como el eje central de la educación permanente y a lo largo de la vida, tenga los resultados deseados es imprescindible promover reformas a los sistemas educativos y de capacitación profesional, con la finalidad de alentar la transición escuela-empleo, esto es, integrar la educación con el aprendizaje en el lugar de trabajo.
En lo que respecta a los adultos mayores, el modelo de educación a lo largo de la vida y para el trabajo tiene como objetivo central dotarlos de herramientas capaces de mantener sus espacios laborales y, en muchos casos, reinsertarse en el sector laboral a partir del aprendizaje y de la actualización de competencias laborales, con el necesario refuerzo de las competencias genéricas.
¿Cuáles deben ser las estrategias orientadas a atender el tema de la educación para la vida y el trabajo?: 1. Reforzar la contribución del aprendizaje permanente a la cohesión social, la ciudadanía activa, el diálogo intercultural, la igualdad de género y la realización personal. 2. Fomentar la creatividad, la competitividad, la empleabilidad y el aumento del espíritu empresarial. 3. Contribuir a una mayor participación en el aprendizaje permanente de personas de todas las edades, incluso aquellas con necesidades especiales o procedentes de grupos desfavorecidos, independientemente de su origen socioeconómico. 3. Impulsar y reforzar el papel del aprendizaje permanente en la identidad nacional, basado en el conocimiento y respeto de los derechos humanos y la democracia, así como la tolerancia y el respeto de los pueblos y las culturas.
La educación para la vida y el trabajo representa una oportunidad para que las instituciones de educación superior, con financiamiento público o privado, accedan a un nicho de mercado muy interesante. Para ello, es imprescindible diseñar estrategias educativas que hagan posible la construcción de una oferta pertinente, flexible, dinámica y, por supuesto, de calidad.
Esta oferta debe llegar acompañada de un tipo de educación que aliente la certificación permanente de todas las profesiones y oficios (competencias laborales), con el objetivo de garantizar la pertinencia, la relevancia y la actualidad de los conocimientos y habilidades que se transmiten, sin dejar de lado el impulso de estrategias que coadyuven a ampliar las opciones de inserción y permanencia de los adultos mayores en el mercado laboral.
A partir del año 2010 se amplía la visión de la propia UNESCO acerca de la educación para la vida y el trabajo al considerarla como “un factor indispensable para el logro de la equidad y la inclusión, para mitigar la pobreza y para construir sociedades equitativas, tolerantes, sostenibles y basadas en el conocimiento”.
Si bien es cierto que el concepto “educación permanente” tuvo su génesis en el contexto de la educación orientada a los adultos mayores, esta definición ha ampliado sus horizontes, de tal manera que ha sido la propia UNESCO la que ha precisado que al ser humano se le debe educar permanentemente y a lo largo de toda su vida; esto es, la educación permanente ha dejado de ser un elemento asociado a los adultos mayores para convertirse en una propuesta de alcance universal.
La UNESCO considera a la educación permanente como un proceso educativo que no se limita a un rango temporal y a un lugar en específico, lo que es, sin duda, un auténtico cambio de paradigma para el sistema educativo. Al ser visto desde esta nueva premisa, en el término educación permanente caben también la educación preescolar, básica, media superior, la educación superior, la educación para el trabajo y, por supuesto, la educación de los adultos que ahora debe tener una visión más amplia, transversal e integral bajo la estrategia que se ha denominado “educación a lo largo de toda la vida”.
Especial énfasis a puesto este organismo internacional subsidiario de la ONU en la necesidad de entender y atender que la universalidad de la educación(educación para todos), no se debe enfocar exclusivamente en aspectos de tipo geográfico, debe comprender a los adultos mayores en general ubicados tanto en las zonas urbanas como en las rurales, especialmente en las regiones marginadas donde la precariedad económica, educativa y social es la nota común, que evidencia la desigualdad con claros signos de injusticia social.
“La educación gerontológica nos enseña que el envejecimiento es una oportunidad para el desarrollo personal y espiritual” Ram Dass
Los principios de la educación gerontológica se centran en proporcionar a los profesionales y a la sociedad en general una comprensión profunda y actualizada sobre el envejecimiento y las necesidades de las personas mayores. Algunos de estos principios incluyen: La educación gerontológica debe integrar conocimientos y enfoques de diversas disciplinas, como la medicina, la psicología, la sociología y la economía, para abordar la complejidad del envejecimiento. Fomentar el envejecimiento activo y saludable, que incluye mantener un estilo de vida activo física y mentalmente, participar en actividades sociales y mantener el sentido de propósito. Reconocer la diversidad en el proceso de envejecimiento, considerando factores culturales, étnicos, de género y socioeconómicos que influyen en las experiencias de las personas mayores.
Asimismo, debe considerar a la persona mayor en su totalidad, abordando aspectos físicos, emocionales, sociales y espirituales para brindar un cuidado integral. Basar la educación en la investigación actualizada sobre el envejecimiento y estar al tanto de los avances en el campo gerontológico. Promover una actitud de respeto, dignidad y ética en la atención y el trato hacia las personas mayores. Fomentar la aplicación práctica de los conocimientos gerontológicos a través de pasantías, prácticas y experiencias en el mundo real. Desarrollar habilidades de comunicación para interactuar de manera efectiva con personas mayores, sus familias y otros profesionales de la salud.
Finalmente, la educación gerontológica debe fomentar la comprensión y la colaboración entre diferentes generaciones para construir puentes y promover el aprendizaje mutuo, y, capacitar a los educandos para ser agentes de cambio en la sociedad, promoviendo la creación de políticas y entornos más amigables para todas las edades.
Sin duda, el envejecimiento exitoso será inalcanzables y los adultos mayores no pueden transitar a una dependencia económica y dependen solo de los apoyos gubernamentales que son importantes, pero deben venir acompañados de políticas públicas redistributivas.
El emprendedurismo, como estrategia para generar alternativas de desarrollo y autonomía de los adultos mayores me parece la clave. ¿Qué elementos requiere un programa orientado en tal sentido? Primero, identificar y medir habilidades y experiencia. Reconocer las habilidades, conocimientos y experiencia acumulados por los adultos mayores que pueden ser aplicados en nuevas empresas.
En imprescindible ofrecer programas de formación y capacitación específicos para emprendedores adultos mayores, abordando temas como tecnología, gestión empresarial y marketing; además, facilitar la conexión entre emprendedores mayores y mentores o redes de apoyo que puedan proporcionar orientación y consejos.
Es primordial ayudar a los adultos mayores a familiarizarse con las herramientas tecnológicas relevantes para sus emprendimientos, como ventas en línea y marketing digital. Se requiere también reforzar el acceso al financiamiento. Es importante generar opciones de financiamiento adecuadas para emprendedores mayores, considerando sus necesidades y limitaciones.
Todo lo anterior debe conducirnos al desarrollo de Ideas de negocios orientado a fomentar la generación de ideas de negocio que se alineen con las habilidades y pasiones de los adultos mayores, así como con las tendencias del mercado.
Es necesario fomentar la colaboración entre generaciones, permitiendo que los adultos mayores compartan conocimientos con emprendedores más jóvenes y viceversa. Por lo mismo se requiere diseñar modelos de negocio que permitan a los adultos mayores mantener una cierta flexibilidad en sus horarios y adaptarse a sus necesidades. Es imprescindible enfocarse en estrategias de mercadeo que se dirijan a segmentos de mercado apropiados para productos y servicios relacionados con el envejecimiento.
Resulta fundamental publicitar los emprendimientos exitosos de adultos mayores para inspirar a otros y cambiar percepciones sobre la edad y el emprendedurismo. Al tiempo, en el ámbito gubernamental deben generarse políticas públicas que apoyen el emprendedurismo en los adultos mayores, incluyendo incentivos fiscales y programas de apoyo, sin dejar de lado la evaluación del impacto de la estrategia para realizar ajustes según las necesidades y resultados.
Sí, nueva longevidad conlleva retos que debemos enfrentar con estrategias claras que alienten la sostenibilidad y promueven el envejecimiento bajo los parámetros que hemos compartido en esta largo pero necesario documento.