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Don José Manuel Mayans Victoria y su clínica “El Juchimán”

Don José Manuel Mayans Victoria y su clínica “El Juchimán”

Homero T. Calderon

Tabasco no dejó llegar al mejor candidato a la gubernatura hace treinta años. Me refiero al famoso, Nicolás Reynés Berezaluce (“Chipilín”) que nunca pudo contra los sucios de la política tabasqueña. Quién si pudo llegar fue su hermano Bartolomé, a la Secretaría de Salud.

Pero esta es una nota laudatoria porque con el paso de los años, la medicina de Tabasco, ha crecido y perfeccionado su enseñanza en dos de nuestras escuelas-hospital en Villahermosa y Comalcalco.

La medicina ha crecido en calidad porque Tabasco es un estado de enfermos que han hecho que nuestros médicos sean cada día mejores. El médico Juan Graham Casasús es célebre por su combate a aquella enfermedad que tuvimos hasta 1960, el paludismo.

Don Gustavo A. Rovirosa fuer muy reconocido por enfrentar la salud pública estatal y mejorarla.

Doña Viviana Farrera González fue la primera médica uróloga en Tabasco. Y hasta hace unos diez años, fue célebre por capaz médico, don Antonio de Jesús Osuna Rodríguez.

Pero quien fue prácticamente un adalid de la medicina fue el médico Militar don José Manuel Mayans Victoria, quien creó el primer hospital privado del estado (“El Juchimán”) y maestro en la escuela incipiente de medicina de aquellas dorada épocas.

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Aplicó sobre todo la ética en cada una de sus intervenciones, vivía y comía en su clínica. En ella entraban los ricos y los pobres. Por eso ahora que la Rectoría de la UJAT ha impuesto su sello con Guillermo Narváez Osorio, la medicina de Tabasco se ha ido a niveles francamente halagadores.

El problema de los periodistas de Tabasco es que no dedican su tiempo a la investigación de nuestras potencialidades y buenos proyectos. Se podrían escribir libros de historia de nuestra medicina, pero solo dedican sus afanes a criticar la poco positiva política de nuestros ladrones públicos.

Homero T. Calderon


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