De inundaciones en México y reforestación en Tabasco


Las imágenes han calado hondo entre los mexicanos y hablo de las fotografías sobre las inundaciones recientes en Hidalgo, Puebla y Veracruz.
Si bien hemos dado puntual seguimiento al caso de Poza Rica por el desbordamiento del río Cazones y su impacto mayúsculo entre la población pozarricense, los daños materiales y las pérdidas humanas por lluvias y crecida de afluentes se reportan en 69 municipios veracruzanos.
Sin embargo, y sumando a los estados de Querétaro y San Luis Potosí, el registro de daños o afectaciones alcanza a 139 municipalidades del país y con un saldo de 47 fallecidos.
Este domingo, y sin la figura del Fondo Nacional de Desastres Naturales -desaparecido en el sexenio de López Obrador- la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo visitó los estados perjudicados por las inundaciones, ofreciendo el levantamiento de un censo en apoyo de las familias afectadas y precisando que desde el viernes de 10 octubre, un día posterior al impacto mayor por el desbordamiento de ríos, el Comité de Protección Civil ha dado seguimiento a las acciones de gobierno en auxilio de la ciudadanía.
Sin embargo, derivado del impacto que ocasionaron las lluvias, miles de mexicanos perdieron sus enseres domésticos, casas, vehículos, animales de corral, y otros más quedaron aislados (por mencionar la municipalidad de Álamo) ante el cierre de caminos o los daños reportados en carreteras y puentes, como sucedió con profesores veracruzanos. En este marco, la prensa nacional e internacional ha publicado un sinfín de crónicas y reportajes en torno al desastre reciente, destacando -en el caso de El País- que las sesenta horas de lluvias “inundaron el anillo central de México”.
Al igual que los tabasqueños, esta vez los veracruzanos rememoraron una inundación que afectó a las poblaciones de Poza Rica y de los alrededores, la ocurrida en 1999 que dejó un saldo de 450 mil damnificados.
Aunque en Tabasco también hubo inundaciones en 1999, la que continúa presente entre la ciudadanía es la ocurrida en 2007 cuando, de acuerdo con cifras oficiales, el número de damnificados superó la cifra de un millón 200 mil habitantes.
Ahora bien, 26 años después de lo ocurrido en Poza Rica, el escenario volvió a repetirse y con mayor fuerza. En el caso de Tabasco no solo se recuerda la de 1999 y la de 2007, misma que cumple 18 años, con la finalidad de mantener presente el escenario de lluvias y de desbordamientos de ríos, fenómenos que se repiten cada cierto periodo de 20 o 25 años. De ahí la importancia de que los gobiernos no ignoren los efectos y predicciones climatológicos que últimamente se están presentando en aras de evitar tragedias mayores con sus respectivas pérdidas humanas y materiales.
Las imágenes de las inundaciones recientes (de casas y autos rebasados o arrastrados por la corriente de ríos; de damnificados pidiendo auxilio, etcétera) han conmovido a la opinión pública, precisamente porque resulta difícil recuperar totalmente lo perdido ante un desastre natural.
Reforestar, el objetivo
La siembra de árboles en Tabasco es una prioridad. El gobierno a cargo de Javier May Rodríguez llevó a cabo la primera siembra de árboles en todo el territorio estatal a través de la Jornada de Reforestación 2025. En este sentido, la meta se ha cumplido: 2.4 millones de árboles. Aunque el mandatario lo hizo en Teapa, en los distintos municipios también se realizó la actividad, así como en instituciones educativas, donde se sumaron los alcaldes de Centro y Comalcalco, Yolanda Osuna Huerta y Ovidio Peralta Suárez, respectivamente, y funcionarios del gabinete estatal. Este domingo, con palas y otras herramientas, inició la tarea de reforestar y vestir de verde a cada rincón de Tabasco. Ya era necesario.