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Control absoluto de las inundaciones desde el palacio

Control absoluto de las inundaciones desde el palacio

Homero T. Calderon T. Calderon
Control absoluto de las inundaciones desde el palacio

Ayer jueves escribí de una inquietud con la que vivimos muchos tabasqueños cuando se acerca una inundación. Escribí una columna a la que intitulé “Tabasco debe estar preparándose para un desastre por las inundaciones”. Confieso que exageré la naturaleza de mi escrito. Pero de solo recordar aquellas inundaciones cuando Roberto Madrazo y el “Chelo” Granier se metían al agua con su mejor traje, y sacaban perros de las azoteas de las zonas inundadas, me dije: “Homerito, con esto que vas a escribir puedes ganar hasta el PREMIO PULITZER. Y me salió una especie de radionovela. Mucha gente me contestó: “Qué chingón es usted, don Homero. Ojalá le den el Premio Estatal de Periodismo”.

Me acordé también de aquellas desafortunadas jornadas cundo el “Presente hacía crónicas de los “carcameros”, esos personajes que decía Josué Pérez Hernández, que antes de la tormenta, vendían el diésel de los cárcamos, jalaban por su mujer de ocasión, se dedicaban a “echar talega” y que a Villahermosa se la llevara la chingada. “Les valía madres”, escribía Josué. La sociedad tabasqueña chillaba de gusto porque gracias a eso, el “Presente” subía sus récords de ventas. Al tabasqueño de la calle le gustan mucho esas crónicas. En fin.

De pura casualidad, al pasar por el mercado de la Sierra, me encontré a una amiga, la ingeniera civil, Melissa Sánchez. Ella trabaja en SAS. Mi pregunta de rigor fue, “¿Ya llevaron suficiente diésel a laos cárcamos, para que el “carcamero” no salga con que no le surten el combustible para las bombas? La ingeniera –muy atenta- me dijo, “lo invito a ver lo que hacemos aquí en SAS para evitar esas pendejadas que usted dice:

“Para empezar, desde que llegó la presidenta Yolanda Osuna Huerta, vio que nos hacía falta tecnología y de repente un día llego a mi oficina. -De un tráiler estaban bajando cientos de cajas con aparatos. Cuando pregunté qué contenían esas cajas, me dijo el transportador: “Son computadoras y equipos para que ustedes los manejen y no vuelvan a haber inundaciones. Luego llegaron tipos y tipas para entrenarnos en el uso de los equipos.

Ayer mismo por la tarde me invitaron los de SAS a ver como trabajaba ese sofisticado equipo. Me quedé hecho un pendejo. Entré a una sala de juntas donde en pantallas previamente dispuestas, estaban fotografías activas de todos los cárcamos de Villahermosa. No volverá a haber inundaciones en Villahermosa, don Homero, así que ya deje de alborotar a la perrada. Para empezar, hay un ingeniero encargado de surtir de combustible a los “carcameros”. Los cárcamos son atendidos con tecnología de punta. No habrá necesidad de que entren los de Protección civil porque los cárcamos están disciplinadamente controlados. Hay comunicación con los “carcameros” 24 horas al día. SAS controla con 60 ingenieros todo el sistema de desagües y descargas sanitarias de Villahermosa.

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O sea, que la presidenta Yolanda salió chingoncísima para controlar las inundaciones que antes hacían chillar a los habitantes de esta ciudad. Se lo cuento a Toña mi mujer y no me cree, pero luego le enseño fotografías y solo me alcanza a decir: “ Como dijera mi aguelita Paula: LO QUE HACE LA CENCIA”

Homero T. Calderon T. Calderon


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