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¡Conalep Tabasco, una cloaca podrida!

¡Conalep Tabasco, una cloaca podrida!

Alfredo A. Calderón

*“¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal!”“Isaías 1:16″*

 

*Revisar Conalep Tabasco es hurgar y meter las narices en una cloaca podrida, donde el Club de los Intocables se siente protegido. Hay instituciones que nacen para formar generaciones y hay otras que solo sirven para exhibir la decadencia moral de quienes las administran. En Tabasco, lamentablemente, el Conalep está inclinándose peligrosamente hacia lo segundo, y no por culpa de los estudiantes, sino por esos adultos que nunca debieron acercarse a un aula, mucho menos a un cargo de dirección*

 

*La historia empieza con un nombre que ya huele a expediente viejo: Octavio Hernández Rodríguez. No Jesús, como algunos confundidos quisieran creer. No. Es Octavio. El mismo que hoy presume el título de “director general del Conalep Tabasco”, pese a cargar un historial que en cualquier institución seria lo habría dejado fuera desde hace años. Pero esta no es solo la crónica de un hombre; es la radiografía de una estructura enferma, sostenida por silencios, complicidades y ascensos inmerecidos*

 

*Antecedentes: acoso sexual que se archivó. El 14 de octubre de 2019, en el plantel 291 de Comalcalco, una becaria —Monica “N”— denunció por acoso sexual al entonces director: Octavio Hernández Rodríguez. La denuncia está ahí. La fecha también. Lo único que no existe es la investigación. Ni sanción, ni procedimiento, ni suspensión. Nada. El expediente terminó, como tantos otros, enterrado bajo el manto sagrado de la impunidad institucional*

 

*La pandemia llegó como un regalo para muchos depredadores administrativos: tapó lo que no convenía, silenció lo que incomodaba, pausó lo que urgía resolverse. Y en ese silencio, el acusado prosperó. Subió. Ascendió. Se recicló. Revivió. El depredado sexual hoy dirige todo el Conalep Tabasco. Sí, el mismo que fue señalado por acoso en Comalcalco. Es el responsable estatal del sistema académico donde miles de jóvenes estudian cada año. Hermosa ironía. Brutal contradicción*

 

*Lo peor en Conalep es el “Club de Toby”: protectores, cómplices y reciclados. Dicen que lo más peligroso no es el acosador aislado, sino la red que lo protege. Y en el Conalep esa red tiene nombre: El Club de Toby, un grupo de funcionarios varones, muy bien acomodados en la dirección general, señalados por acosar estudiantes y encubrirse entre ellos. Caso emblemático: Miguel Ángel Angulo Jiménez, exdirector de Promoción y Vinculación del plantel Villahermosa 1*

 

*Denunciado por acoso sexual. Le enviaron al columnista fotografías íntimas con una alumna; aberrante depredación sexual -serán corroboradas para proceder ante Fiscalía-. Prueba suficiente para cesarlo de inmediato en cualquier país que se respete. En Conalep Tabasco no. Ahí lo premiaron con un traslado: del plantel 1 al plantel 2 de Ciudad Industrial, como si mover a un acosador de una escuela a otra fuera parte del manual de “solución institucional”. Octavio Hernández Rodríguez tiene la palabra*

 

*Los pecados de Octavio indican que no es un recién llegado a la deshonra administrativa. En su expediente aparece una joya mayor: inhabilitación por 10 años por la Estafa Maestra, cuando fue director del plantel de Paraíso. Diez años. No uno. No dos. Diez. A eso súmele denuncias por pedir dinero “a la mano”, disfrazado de “cooperación”, entregando recibos caseros que ni en un tianguis aceptarían. Con ese historial, cualquier institución educativa seria lo mantendría a kilómetros de distancia*

 

*En Conalep, lo sentaron en la silla principal. Porque en Tabasco, el mérito no es servir; es saber quién te protege cuando te acusan. Lo peor: la causa de la quema de autobuses, la negligencia mortal tiene origen y consecuencia en: ¡Las becas canceladas! Mientras los fantasmas del pasado todavía apestan, estalla otro escándalo en el plantel Villahermosa 1: Karina Ivón Jesús Montejo, jefa de servicios escolares, no envió la base de datos de los alumnos de 3.º y 5.º semestre a Bienestar*

 

*Resultado: cientos de jóvenes de los turnos matutino y vespertino se quedaron sin sus becas. El error no fue un descuido de escritorio. Fue una brutal negligencia que afecta los bolsillos de familias enteras. El director general ya sabía —desde la semana pasada— que los alumnos no podrían recibir el apoyo. No hizo nada. Quizá porque administrar el desastre le resulta más cómodo que resolverlo. La rebelión de los jóvenes de quemar el autobús es simple y sencillamente imitación de la conducta de Ayotzinapa*

 

*Karina presume una maestría que, dicen en los pasillos, sirve más de decoración que de herramienta. Ella misma es señalada por encubrir irregularidades dentro del plantel. Y aun así, sigue ahí. Intocable. Blindada. Dañando la economía de los jóvenes. Como pieza indispensable del mismo engranaje oxidado. No da una, pero su director general está peor, su ridículo público: es sólo un símbolo de la decadencia interna*

 

*Ubiquemos, en el evento del 45 aniversario del Conalep, el director general se paró frente al micrófono para mencionar al rector de la UJAT. Ahí, ante todos, se quedó congelado tratando de recordar su nombre. Murmullo primero. Risas después. Bochorno total. Y derrotado terminó diciendo: “el rector de la UJAT”. Ni siquiera pudo improvisar una salida digna. La incultura y los símbolos importan*

 

*Sobre todo, cuando son tan precisos: quien no recuerda el nombre del rector más importante del estado tampoco recuerda sus propias obligaciones, ni sus responsabilidades, ni las víctimas que ha dejado en el camino. Lo quiera reconocer o negar Octavio Hernández Rodríguez, en estos momentos ¡Conalep Tabasco, es una cloaca podrida!*

 

*SEPTIMO SELLO*

*Mientras los acosadores encuentran refugio en los escritorios, los traslados, las complicidades y los silencios, las estudiantes siguen desprotegidas. Los alumnos sin beca. Los maestros honestos, hartos. Y los directivos, felices, repartiéndose cuotas y favores. Esto no es un accidente. Es un sistema. Y un sistema que protege depredadores está condenado a pudrirse desde adentro*

 

*Lo que ocurre en el Conalep Tabasco es la muestra: la corrupción no solo roba dinero, roba futuro. Y el acoso no sólo lastima cuerpos, destruye la confianza en las instituciones que deberían cuidar a nuestros jóvenes. Hasta que la ley se aplique sin mirar apellidos ni amistades, el Club de los Intocables seguirá gobernando. Y los estudiantes seguirán siendo víctimas en un sistema educativo donde los victimarios reciben ascensos. Expediente abierto, peritos de fiscalía tendrán la última palabra*

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*SEPTIMA TROMPETA*

*Evaristo Hernández vuelve a escena, es uno de esos personajes que insisten en regresar al escenario aun cuando ya nadie les guarda asiento. Y esta vez no es un adversario anónimo quien le cierra la puerta, sino Gerardo Gaudiano, que decidió soltar la verdad sin el maquillaje diplomático que suele salvar carreras ajenas. No hubo terciopelo. No hubo cortesías. Hubo un juicio político en toda regla*

 

*Movimiento Ciudadano, arengó Gaudiano Rovirosa, es un movimiento alegre, juvenil, moderno. Una especie de club político donde todavía creen que la decencia sirve de plataforma, no de estorbo. En esa narrativa, Evaristo aparece como ese visitante indeseado que trae consigo todo lo que el partido dice combatir: mañas viejas, cuentas pendientes, y un historial que no se desinfecta ni con 20 litros de gel electoral*

 

*La acusación central y directa no es menor. Gerardo Gaudiano revive el episodio de Campeche 2021, saca al sol un capítulo que en MC no han olvidado; “polvos de viejos lodos”, dice la máxima, aunque, el resto de MC en el país haya volteado a otra cosa. Asegura que Evaristo no sólo estuvo ahí, sino que encabezó la operación que terminó en un fraude electoral contra Eliseo Fernández*

 

*SEPTIMA COPA*

*En MC, donde viven de la narrativa de limpieza ética, es sentencia. Gaudiano Rovirosa lo enuncia con esa calma que lastima más que el grito: no ven en Evaristo las cualidades de un buen cuadro. Y eso es una condena más profunda que cualquier acusación judicial. Porque en política, decir que alguien no tiene “cualidades” es sugerir que carga un desgaste moral que ninguna tribu quiere asumir como propio. Es etiquetar a alguien como material tóxico. Usado. Y además, peligroso. La metáfora de los “cartuchos quemados” no la elige al azar. Es una forma elegante de decir que hay figuras cuyo paso por la política dejó un olor a pólvora vieja y a expediente abierto*

 

*Figuras que suman ruido, no votos; sospecha, no estructura; conflicto, no crecimiento. Y para MC, que quiere consolidarse como un refugio narrativo para jóvenes, perfiles frescos y aspirantes al cambio, incorporar a Evaristo sería como colocar un extintor lleno de gasolina dentro de su casa. El mensaje entre líneas es aún más lapidario: No es que MC no quiera sumar*

 

*Es que no está dispuesto a pagar los costos reputacionales de cargar con un político cuyo historial ya viene marcado en letras rojas. Lo más brutal del pronunciamiento es que no sólo cierra la puerta. La deja cerrada con doble cerrojo, y además asegura que la llave la tiene la dirigencia nacional. No hay negociación posible. No hay rescate. No hay segunda vuelta para quien ya fue inscrito en la bitácora de los operadores de fraude*

Alfredo A. Calderón


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