Burocracia: La Mafia que Nadie Ve
Por: Mario Gómez y González
La burocracia en México se consolidó en el gobierno presidencial de Porfirio Día, y durante el proceso de fortalecimiento del estado posrevolucionario; primero por mérito y después por prácticas clientelares y la construcción de redes personales.
Datos histórico ex profeso, revelan que entre 1903 y 1931 no fue un sector privilegiado, ya que este tipo de empleo se caracterizó por la inestabilidad, la precarización de las condiciones salariales y la ausencia de prestaciones y derechos sociales.
La Ley Federal del Trabajo promulgada en 193I permitió un paulatino cambio de las condiciones adversas al garantizar estabilidad y promover políticas de seguridad social, sin embargo, se ha mantenido como un sector afectado por el clientelismo y las relaciones políticas.
El sector es parte de un “botín burocrático de empleos” que puede cambiar en cada administración nueva y no ha existido una propuesta de carrera profesional, aunque en otros campos avanzaron la profesionalización y el reconocimiento de los méritos.
En el momento en el que la burocracia se convierte en presa del gobierno en turno son más visibles el clientelismo, la venta de puestos, el intercambio de favores y la persecución de enemigos políticos en cargos públicos o de empleados apoyados por grupos políticos contrarios, prácticas todas muy extendidas durante los primeros años posrevolucionarios.
La burocracia se asocia con el surgimiento de una clase media con gustos y formas particulares de vestir y actuar, así como con una imagen de empleados que trabajaban poco y eran muy dados a la corrupción.
En Tabasco sucede casi lo mismo, ya que prácticamente desde el gobierno que encabezó Enrique González Pedrero-algunos comentan que fue con Leandro Rovirosa Wade-, las nóminas burocráticas se incrementaron sin control alguno, dado que había dinero-verbi gracia, las participaciones federales y otros usos y aprovechamientos- y se crearon muchos entes de gobierno (secretarías, direcciones, coordinaciones, institutos y demás).
La creación y engorda de esta nómina burocrática fue la salida más fácil de gastar y utilizar este dinero que llegaba a las arcas gubernamentales, por lo que se planeó poco para dar paso al “gastar por gastar”; se crearon dependencias al por mayor que albergaron a estas avalanchas humanas, que buscaban ingresos.
Con don Enrique González Pedrero, llegaron muchísima gente proveniente de otros estados del país-Veracruz, ciudad de México, Puebla, por citar algunos- que, al no encontrar manera de vivir, se vinieron a Tabasco con este nuevo gobierno que estaba abriendo fuentes de trabajo al por mayor.
Se recuerda que, con Salvador Neme Castillo, se quiso poner en boga eso de “Tabasco para los tabasqueños”, pero esos nuevos burócratas (con la marca González-Pedreristas), no se quisieron retirar de sus lugares, al grado que muchísimos le fueron “hacer la llorona” a la entonces primera dama doña Celia Sastré de Neme, para conservar la chamba y taparle el acceso a los “criollitos”.
Así las cosas, prácticamente Tabasco tiene una burocracia activa desde los tiempos de Enrique González Pedrero; es decir, han pasado las administraciones de Salvador Neme, Manuel Gurría, Roberto Madrazo, Manuel Andrade, Andrés Granier, Arturo Núñez, Adán Augusto López y Carlos Manuel Merino-más de 30 años- y siguen siendo los mismos.
Personal de base (sindicalizados), personal de confianza, supernumerarios, por contrato y lista de raya; particularmente los que más abunda son los de confianza que, cada seis años, se aferran al escritorio para que no les pidan el espacio y tengan que salir de las oficinas.
Obviamente hay vicios, porque son buenos para exigir y malos para trabajar-desquitar el salario- y dar resultados; se escudan en los jefes y “los sapean”, a la llegada de los nuevos titulares, con tal de quedarse; son los que pasan los chismes, informan de las tranzas.
Son reciclados, porque al son de “muera el rey, viva el rey” y de ahí no hay quien los quite; les juraron lealtad eterna a sus ex patrones, y ahora, con tal de que no los corran, son los primeros que le clavan el cuchillo y son llorones.
La burocracia tabasqueña es la mejor pagada de todo el país y la menos productiva que hay; los estados de la república más desarrollados (Nuevo León, Jalisco, Puebla, por citar algunos), sus burócratas estatales no exceden de los 8 o 10 mil.
La burocracia tabasqueña, es la más enfermiza (hipertensión, diabéticos, obesos, de la tercera edad); la que más consume servicios médicos; pero no se quieren retirar so pretexto de que se van a morir; no hacen caso de los programas de retiros voluntarios que, por cierto, desde Andrés Granier, ya no se han puesto en marcha.
Jaque Mate** no se pueden obtener resultados, con los mismos de siempre** así como ya está entrando una nueva camada de funcionarios públicos (caras nuevas), debiera ser también con los burócratas** los actuales ya no se van actualizar; ya no se van a modernizar; no quieren que se les exija y, eso sí, pretenden seguir con su mismo tren de vida** buen inicio de semana** hasta mañana Dios mediante.