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Atrapados en el paño: enganchados en su iniquidad

Atrapados en el paño: enganchados en su iniquidad

Alfredo A. Calderón

“El que siembra iniquidad, iniquidad segará” Proverbios 22:8

*El exsecretario de seguridad ciudadana tras las rejas del juicio. El telón cayó para Hernán Bermúdez, alias “Comandante H”. El otrora hombre de confianza de los ex gobernadores Adán Augusto López Hernández y Carlos Manuel Merino Campos. Bermúdez todavía aturdido por los efectos de la traición sufrida, sabiendo la importancia de “estirar la liga al máximo”, no escuchó el canto de sirena de la extradición rápida y decidió esperar el consejo de sus abogados*

*Sabiéndose “indefenso” ante la corte del Acordeón en México, prefirió la ruta larga, la burocracia judicial paraguaya, como si entre legajos y sellos pudiera encontrar la absolución de sus culpas. Todo lo que desee obtener de Requena la justicia mexicana deberá ser de manera consensuada, él entiende que en la celda de la Secretaría Nacional Antidrogas no hay espejismos: sólo paredes que escuchan demasiado*

*La audiencia en Asunción fue breve pero lapidaria. El juez Osmar Legal le ofreció el “atajo” de la extradición abreviada, pero Bermúdez sabiendo que a su humanidad le espera mínimo “el potro” en manos del bando político nacional adverso a su protector Adán Augusto -el cual prácticamente lo abandonó-, al más puro estilo de Ovidio el “ratón” o “el Mayo Zambada”, Hernán Bermúdez buscará negociaciones alternas de ser “testigo colaborador” y alcanzar algunos beneficios de la justicia mexicana*

*Lógico es, que tendría que entregar en “bandeja de plata” las cabezas decapitadas de Adán Augusto y Merino Campos –“el florero” tampoco debe salvarse de la quema-; por ello, Bermúdez eligió el camino tortuoso, convencido de que la lentitud es aliada de los poderosos. Error. La burocracia no limpia manchas de sangre ni borra expedientes de ejecución, extorsión ni secuestro exprés. El expediente se engorda con cada día que pasa y México afila el filo de su navaja diplomática*

*Dimensionemos: para ese “pacto” con Tabasco no olvidemos el contexto: Bermúdez no fue un policía cualquiera. Fue secretario de Seguridad bajo el amparo de Adán Augusto y Carlos Manuel ¿Imagina Usted el nivel de información privilegiada que tiene? En ese sexenio se incubaron las sospechas, se alimentaron las sombras, pero la terca realidad lo desnudó como presunto líder de “La Barredora”*

*Meditemos la gravedad de los delitos: los mismos que juraban en público defender al pueblo, en realidad tenían la daga escondida bajo el uniforme. En su diccionario: “Defender” significaba extorsionar, “cuidar” era secuestrar, y la seguridad se volvió el negocio más rentable del crimen. Hoy en la agenda pública nacional: el nombre de Bermúdez es un trueno que retumba en Tabasco. No sólo por lo que hizo, sino por lo que delata: la complicidad del poder*

*Medios paraguayos dicen que Bermúdez Requena fue detenido, en la ciudad de Mariano Roque Alonso, barrio cerrado Surubii. El video de su captura revela un contraste grotesco en el segundo piso de su mansión de lujo: Requena tirado en el piso, prudente e inmóvil, con la bota militar en la nuca, la súplica de su esposa Verónica Escalada: “no lo lastimen por favor, ya está detenido”, mientras en Tabasco, las súplicas nunca fueron escuchadas: sonaban los balazos, los muertos se contaron por docenas y los ciudadanos fueron rehenes del miedo. El video no miente*

*El poder en desgracia: el “hombre fuerte” terminó como prófugo y el uniforme que debía honrar es ahora un disfraz manchado. El juicio que falta. La justicia paraguaya decidirá el cuándo, pero el juicio verdadero lo dicta la memoria popular. Tabasco sigue preguntándole a Adán Augusto y Merino Campos ¿Cómo el “Comandante H” trepó a la cumbre del poder estatal con tanto cadáver a cuestas? ¿Por qué lo protegió Adán Augusto y por qué lo sostuvo Merino Campos? ¿Por qué entre los dos lo encumbraron?*

*¿Por qué Adán Augusto, Merino Campos, Jaime Lastra, Enrique Priego, Caliche y otros que aplaudían en primera fila mientras la sangre corría a borbotones en las calles y no hicieron nada? ¡Si Bermúdez canta! Tenga la seguridad que no caerá sólo. La cola de ese “endemoniado cometa” arrastrará consigo a quienes fueron sus cómplices, a los notarios que se beneficiaron y a quiénes, aunque no jalaron el gatillo, son corresponsables al cerrar las complicidades por brotar*

*El principio del final de “los de arriba” ilustra, lo que comenzó como un escándalo internacional es en realidad un espejo: un crudo retrato de cómo la política se arrodilla y besa el crimen, cómo la toga y el uniforme se mezclan con la nómina del narco. Y como siempre en esta tierra, la justicia divina se cobra con paciencia. Cierto es que el “Comandante H” eligió la ruta lenta. Pero el juicio de la historia nunca se aplaza y toda la nación observa a unos y otros, atrapados en el paño: enganchados en su iniquidad*

*SÉPTIMO SELLO*

*En Tabasco, el despojo del ISSET no fue un accidente ni un descuido administrativo. Fue un saqueo con todas sus letras, planeado en los escritorios del poder político, legalizado con leyes a modo y bendecido con el silencio infame de los sindicatos charros. Ahí están las cifras que hielan: jubilaciones doradas de casi 9 millones de pesos, como la de la exdirectora Hilda Santos, mientras la base trabajadora agoniza con miserables pensiones raquíticas y un sistema en ruinas*

*El silencio como cómplice de los sindicatos que se pavonean en mítines diciendo defender al trabajador, no solo callaron: serviles se acomodaron al festín. Cada modificación a la Ley del ISSET fue un pacto entre cúpulas, un negocio de élites disfrazado de “reforma”. Mientras se desangraba el fondo de pensiones, los charros sindicales miraban para otro lado, aplaudían en conferencias y se llenaban las manos de prebendas. Defender al trabajador nunca fue su misión; sostener al régimen sí*

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*SÉPTIMA TROMPETA*

*Por un sindicalismo de tapetes y utilería el ISSET, cayó por la voracidad de los gobernadores y funcionarios. Cayó también porque los sindicatos se convirtieron en engranajes de control político, en agencias de empleo para familiares, en cómplices del atraco. No hay traición más cruel que la que viene de quien se dice tu representante. El sindicalismo charro en Tabasco no es un escudo; es una daga clavada en la espalda de la clase trabajadora*

*Ubiquemos y entendamos: recuperar no basta, se habla de reconstruir el fideicomiso, de coordinar esfuerzos con los órganos de fiscalización, de transparentar cuentas. Todo eso suena bien, pero es apenas curita para una herida que supura la podredumbre heredada. Mientras los sindicatos sigan capturados por líderes corruptos, más atentos a sus camionetas blindadas y a sus viajes que al destino de las pensiones, el saqueo será cíclico, eterno, repetido como condena*

*SÉPTIMA COPA*

*Ante un saqueo tan despiadado, la hora de la ruptura se acerca. El caso ISSET debe ser un parteaguas. No basta con exhibir a exfuncionarios beneficiados: hay que desnudar también a los líderes sindicales que, con sus formas, su silencio y complicidad, avalaron la destrucción del fondo. La impunidad no puede seguir siendo la norma. O se sanciona a todos los responsables: ladrones y cómplices o sigue vigente el mensaje que se puede robar el futuro de miles de trabajadores y salir ileso*

*La base trabajadora debe entenderlo: la defensa de las pensiones no vendrá de esos dirigentes podridos en dinero y corrupción, gordos de privilegios y flacos de vergüenza. Vendrá de la organización independiente, democrática y honesta de los propios trabajadores. Porque sólo cuando el dinero de la clase trabajadora deje de ser botín de políticos y falsos representantes, habrá esperanza de que nunca más se repita este atraco institucional tan desvergonzado*

*El saqueo del ISSET es la radiografía del viejo sistema que se pudrió por dentro avalado por Agapito Domínguez -por mencionar uno-. El desenlace lo escribirán los trabajadores: seguir sometidos al yugo de los charros o levantarse y arrancar de raíz a quienes, en nombre de la defensa laboral, vendieron su futuro al mejor postor, los líderes sindicales que firmaron y vendieron a los trabajadores como “gallinas” al mejor postor: merecen cárcel por traidores*

Alfredo A. Calderón


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