Apandillados, obstinados y rebeldes


*“Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación” “1 de Samuel 15:23″*
*Gerardo Fernández Noroña, el imbañable senador de la combatividad estridente y el discurso de la austeridad, apareció subido en un jet privado viajando a Coahuila. No era un sueño ni un montaje: era un taxi aéreo. Y como si la burla no fuese suficiente, lo hizo apenas unos días después de que la presidenta Claudia Sheinbaum en su primer informe de gobierno pidiera a su equipo evitar ese tipo de conductas ¿Respuesta? Un desplante con olor a keroseno y arrogancia*
*Cómo todo porro desquiciado la infantil excusa fue inmediata: “Lo pagué yo, no con recursos públicos”. Y aquí está la trampa. Porque México entero se pregunta: ¿Con qué dinero? ¿Con qué salario, dietas o ahorros personales paga un senador un Uber aéreo de lujo que ronda los 8 mil dólares -160 mil pesos- por viaje? La justificación suena a la vieja canción de siempre: no es corrupción, es “dinero privado”. El problema es que, en política, la opacidad huele igual que la podredumbre*
*El gesto de Fernández Noroña no es anecdótico: es un reto directo al liderazgo de Sheinbaum. No lo hizo un paria político, sino un senador morenista con reflectores propios, que decidió burlarse de la línea presidencial. Al hacerlo, la exhibió como una Ejecutiva Federal sin autoridad, obligada y confrontada a elegir entre dos caminos: disciplinar a su gente o resignarse a que la indisciplina sea la regla en Morena*
*La presidenta Sheinbaum, que en Veracruz llamó “traición a la patria” a la corrupción, hoy tiene frente a sí una abierta provocación que no puede barrer bajo la alfombra. Porque el avión privado de Gerardo Fernández Noroña no es solo un símbolo de soberbia, es un misil contra la credibilidad de un gobierno que presume caminar en el aire de la austeridad republicana: ese tipo de actitudes quiera o no, tienen facturas morales y políticas que saldarse*
*Indudable es que Fernández Noroña ante los cuestionamientos demostró que le vale y quiso salirse con la suya bajo la frase: “no fue dinero público”. Pero nadie le cree. En un país donde el salario mínimo apenas alcanza para el pasaje urbano, el senador presume un capricho que solo unos cuantos privilegiados cómo Andy López Beltrán pueden pagar. El fondo del problema no es si usó recursos públicos, sino que decidió ostentar lo que la mayoría no tendrá nunca*
*Eso, que la presidenta Sheinbaum Pardo reprueba por ser abiertamente contrario a la doctrina de la “austeridad republicana”, eso, en política, se llama insulto. Y el insulto se paga. Al menos debería. Si Sheinbaum quiere sostener su narrativa de que la corrupción es el enemigo mortal de la patria, necesita mover a su Secretaría de Gobernación, a la de Anticorrupción y hasta a Hacienda. Investigar de oficio, no esperar denuncias. La omisión sería complicidad*
*Ubiquemos: las señales de insurrección hacia la autoridad de la presidenta se siguen dando, Fernández Noroña voló en taxi o Uber aéreo; pero, lo que realmente transportó fue un mensaje de desafío: que el llamado a sujetarse a la regla moral presidencial para él es de fantasía, que la austeridad es discurso y que la disciplina partidaria es relativa. Si la presidenta deja pasar este vuelo, no será sólo Noroña quien se suba al jet de la impunidad: pronto todos harán fila en la pista*
*Entendamos: el cinismo tiene alas y en este caso, turbinas. En el avión despegó la rebeldía y la insubordinación. Lo que estaba en el aire no fue un político, sino la credibilidad del gobierno entero de la Ejecutiva Federal; una y otra vez ese bloque de senadores amigos de Adán Augusto haciendo todo para ridiculizarla y trapear el piso con sus palabras: la presidenta Claudia Sheinbaum había dicho apenas unos días antes: “no quiero ese tipo de conductas”*
*Y Noroña de inmediato respondió como adolescente berrinchudo y al más puro estilo de “me vale un pepino y dos con sal”… Changoleón decidió contestarle con hechos. Subirse al jet no fue un traslado; fue un reto público a la autoridad presidencial ¿De dónde salió la fortuna? Porque no hablamos de un pasaje de ADO. Son cuatro horas de vuelo, unos 8 mil dólares, alrededor de 160 mil pesos*
*Revisemos antecedentes: el viaje en primera clase a Francia con su “Guachoma” a lado, Gerardo Fernández todavía no lo aclara y el sueldo de senador no alcanza para comprar una mansión en Tepoztlán, Morelos de 12 millones de pesos y todavía andar jugando al magnate del aire cada fin de semana. La ironía: mientras Morena insiste en la narrativa de la austeridad, su senador estrella decide jugar a “El Gran Gatsby” en taxi aéreo*
*El “balazo en el pie” lo tiene bien pegado Morena ¿Con qué rostro van a pedirle a la gente que aguante la crisis, el alza de precios o que no protesten al ver morir a sus familiares por tener hospitales sin medicinas, si sus representantes populares que pregonaban la “austeridad republicana” viven en una burbuja a mil pies de altura o en la metástasis de la corrupción como Adán Augusto?*
*Este escándalo no es un problema menor. Es un desafío directo a la presidenta. Si lo tolera, su discurso anticorrupción y de austeridad queda hecho trizas. Si sanciona, se enemista con una figura que todavía tiene micrófono y seguidores. El dilema es claro: o disciplina, o permite que este grupo de sicarios parlamentarios la exhiban como una jefa de Estado sin control sobre los suyos*
*Este desplante refleja el virus que carcome a Morena: la soberbia de creer que la 4T es un cheque en blanco para gastar, presumir y retar incluso a quien ostenta el poder máximo. La corrupción no empieza cuando se roba dinero público. Empieza cuando se normaliza la arrogancia, cuando se exige sacrificio al pueblo mientras los dirigentes vuelan en jet privado. Eso lo entendió Sheinbaum cuando, en Veracruz, comparó la corrupción con traición a la patria. En la acera de enfrente los hechos ubican a Adán Augusto y Noroña: apandillados, obstinados y rebeldes*
*SEPTIMO SELLO*
*En la ranchería Plátano y Cacao Primera Sección, Yolanda Osuna levantó tijeras y cintas para inaugurar 1.8 kilómetros de pavimento. Los aplausos tronaron porque entregó una obra que debió existir hace seis décadas: una calle digna para que niños ya no chapoteen lodo al ir y venir de la escuela y los obreros no vayan a trabajar con las botas hundidas en lodazales en la temporada de lluvias. Más allá de buscar farolas, la alcaldesa logró aterrizar: justicia social*
*SEPTIMA TROMPETA*
*Ineludibles: los discursos, fueron adornados con el humanismo y rostro social que demandaba dicha obra. Osuna Huerta reconoció años de penuria de escolares y trabajadores. Ahora, con la alfombra negra del asfalto extendida, se proclamó la victoria ante el feo rostro del atraso suprimido ¿Cuántas décadas tuvieron que pasar para que la alcaldesa dejará impreso en la historia que el fango no es progreso, que caminar entre charcos no es cultura comunitaria y que la marginación se combate con hechos no con promesas incumplidas?*
*SEPTIMA COPA*
*Respetuoso, el delegado agradeció el trabajo reflejado en progreso ante los reclamos de “una demanda de seis décadas atendida”. Traducido al español: 60 años de abandono, 60 años de olvido, 60 años de gobiernos que pasaron y miraron a otro lado. Ahora, con 1,810 metros cuadrados de concreto caliente, las condiciones de la comunidad cambian, se borra la deuda histórica que sólo la podrán dimensionar todos aquellos que ahora sienten bajo sus pies haber acertado al momento de cruzar la boleta*