La Barredora: El proceso contra Bermúdez sigue firme… en lo local
De Primera Mano
El proceso contra el ex secretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, señalado por las autoridades como cabecilla del cártel local La Barredora, ha entrado en otra etapa con la negativa de un juez federal a conceder un amparo contra la vinculación a proceso y la prisión preventiva del exfuncionario, y -además- reclasificar los delitos locales por los que está siendo procesado y endurecerlos como “agravados”.
Por eso, la audiencia programada para este martes —a celebrarse vía zoom desde el penal del Altiplano hacia un Juzgado de Control de Villahermosa— no moverá el tablero a favor del exmando policiaco detenido en Paraguay el pasado 12 de septiembre. No se trata de una fecha decisiva en términos de absolución o condena, pero sí de un punto que confirma que, por ahora, el curso del proceso no se inclina en su favor.
La resolución dictada el 15 de diciembre por la jueza Primero de Distrito en Tabasco, Sandra Adriana Carbajal Díaz, tuvo un doble efecto: ratificó la legalidad de la vinculación a proceso decretada el 23 de septiembre y avaló la reclasificación de los delitos, que ahora se perseguirán como secuestro y extorsión en su modalidad agravada, además de asociación delictuosa.
Con ello, el caso dejó atrás la fase de incertidumbre procesal y entró a una etapa más áspera. El fallo cerró, al menos en este tramo, cualquier intento por reabrir la discusión sobre la detención, la procedencia de la prisión preventiva oficiosa o la suficiencia inicial de los datos de prueba.
Para la jueza federal, el juez de control actuó conforme a derecho al valorar elementos como la entrevista de la víctima, considerada clara en tiempo, modo y lugar, y suficiente —por ahora— para sostener la probable responsabilidad del imputado.
En ese contexto llega la audiencia intermedia de hoy. No será un juicio anticipado ni un espacio para debatir culpabilidades. Es una diligencia técnica, diseñada para depurar el expediente: qué pruebas de la Fiscalía tabasqueña entran al juicio oral, cuáles pueden excluirse, qué testigos y peritajes serán admitidos y bajo qué alcances.
En los hechos, se trata de una batalla estratégica. La Fiscalía buscará blindar su acusación y conservar intactas las agravantes que elevan de manera considerable las penas. La defensa, en contraste, intentará reducir el tamaño del caso, acotar pruebas y debilitar los elementos que sostienen el carácter agravado de los delitos.
La reclasificación validada en el amparo endureció el horizonte penal de Bermúdez Requena. Las modalidades agravadas obligan a la autoridad a probar circunstancias como el abuso del cargo público, la participación de varias personas y el impacto del daño causado a las víctimas. Si esos elementos se sostienen en juicio, las penas posibles se miden en décadas.
La defensa llega sin ventajas visibles. El fallo federal fue explícito: la prisión preventiva oficiosa seguirá vigente, al tratarse de delitos contemplados en el artículo 19 constitucional, incluso frente a los criterios internacionales que cuestionan esa figura.
El único dique que ha logrado contener es evitar, hasta ahora, que el caso se judicialice como delincuencia organizada, lo que habría activado un régimen penal aún más severo.
Pero ese límite no cambia el fondo: Bermúdez Requena enfrentará el proceso en prisión y bajo acusaciones de alto impacto. La Fiscalía local lo señala como uno de los presuntos líderes de La Barredora, grupo criminal vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación, una imputación que, de llegar intacta al juicio oral, pesa tanto en lo jurídico como en lo político.
En el ámbito federal, la defensa ya había ganado un amparo para no ser procesado por delincuencia organizada, lo que puede leerse como un tropiezo de la Fiscalía General de la República (FGR).
Sin embargo, su homóloga tabasqueña ha logrado endurecer el caso al sostener imputaciones directamente relacionadas con el señalamiento central: que Bermúdez Requena, primero como director de la Policía de Investigación de la FGET y después como secretario de Seguridad estatal, operaba también como cabecilla de La Barredora.
Ante la inacción de la dependencia encabezada por Ernestina Godoy Ramos, la Fiscalía tabasqueña ha salido a dar la cara, intensificando las investigaciones e incluso ofreciendo recompensas para obtener información sobre los mandos de La Barredora que aún faltan por caer.
La duda es si se llegará al poder político que por décadas ha protegido a Hernán Bermúdez.
