SPIUJAT, la alternativa
En la elección del próximo 28 de noviembre, solo hay una candidata que garantiza la verdadera transformación del Sindicato de Profesores Investigadores de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (SPIUJAT) para recuperar la dignidad y la fortaleza de la organización que ha dejado de defender los intereses de sus afiliados: la doctora Margarita Rodríguez Falcón.
Con todo en contra por la cargada institucional a favor de la continuidad por tercera ocasión de Melchor Hernández, ayer la doctora Margarita Rodríguez Falcón se registró ante una Comisión Electoral que de facto no ha sido ni será garante de un proceso equitativo e imparcial desde que fue integrada por afines a modo para favorecer, -incluso permitiéndole iniciar campaña antes de oficializar su registro-, al candidato oficial.
La base sindical que le dio un respaldo histórico a la doctora Margarita Rodríguez Falcón con sus firmas para superar el diez por ciento de afiliados al SPIUJAT, está presta para iniciar el renacimiento del SPIUJAT que no puede tampoco mantenerse al margen de los cambios que ocurren en la sociedad.
La contienda dejará de ser, insistimos, en una mera formalidad y simulación: ahora sí el oficialismo afrontará por primera vez, en lo que ya es un parteaguas en la vida sindical universitaria, a una oposición interna crítica y constructiva que solo sigue el ejemplo de quienes, después de más 80 años de lucha, sacaron al PRI del gobierno estatal y por supuesto que de la Presidencia.
A partir de este proceso y elección del nuevo liderazgo que acabe con el arraigado cacicazgo, más allá de los resultados, el SPIUJAT no podrá seguir siendo el mismo: la oposición crítica y constructiva llegó para quedarse y promover desde dentro, con transparencia y rendición de cuentas, la democracia interna que urge, que debe ser ya la constante y no la excepción.
El proceso electivo del SPIUJAT dejó de ser ya un asunto solo de cúpulas y de grupos que durante décadas contaron con el gobierno priísta en turno para legitimarse y callar las voces, mediante la represión y persecución, críticas dentro y fuera de la universidad, lo que por supuesto no ocurre en el gobierno que lidera Javier May Rodríguez y que ampara las libertades y luchas democráticas.
Los profesores comprometidos con la transformación necesaria del SPIUJAT, no pueden renunciar a la libertad que se va ganando para denunciar por primera vez la inequidad del proceso y exigir no solo una mejora sindical y laboral, sino también para defender su legítimo derecho a elegir a su representante con plena libertad, sin la coacción y eventual represión de quienes, desesperados, violentando estatutos y leyes, buscan perpetuarse en el poder.