El bumerang del desprecio


*“Cuando llega el impío, llega también el desprecio, y con la deshonra {viene} la afrenta” “Proverbios 18:3″*
*En refrán no deja espacios a la duda: “Quien siembra descuido, cosecha humillación.” Y la memoria del desdén exhibió sus atributos: el 9 de marzo quedó grabado como postal del ridículo. En pleno Zócalo, con la nación expectante por la arremetida arancelaria de Donald Trump, la presidenta Claudia Sheinbaum avanzaba hacia el estrado mientras, a unos metros, los caciques legislativos de Morena y del Verde se entregaban al narcisismo digital*
*Adán Augusto, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Luisa María Alcalde posaban sonrientes, menospreciando cual inadvertidos ciegos la investidura que pasaba detrás de ellos. Era la metáfora perfecta de un movimiento que a ratos confunde la patria con una sesión de selfies. El desprecio no fue de palabra, sino de gesto: la mandataria ignorada por quienes se dicen sus soldados más leales. Y como todo bumerang, el golpe regresó*
*“Fue horrible, fue horrible el acomodo de las sillas”. El domingo, en el informe del primer año de gobierno, la coreografía cambió. Gobernadores al frente, legisladores con dagas empuñadas atrás. No fue un error logístico, fue una sentencia visual. Monreal lo admitió entre líneas: “Hoy nos encorralaron, para no cometer aquel error”. Encerrados, desplazados, relegados a la segunda fila de la historia, los barones del Congreso recibieron el castigo más elegante: el de la ubicación*
*Porque en política, el lugar que ocupas en la foto revela la verdad de tu peso. Y en este Zócalo, el mensaje fue brutal: el poder real está con Sheinbaum y los gobernadores; los demás son acompañantes de ocasión ¿Pensó Monreal en voz alta o fue una simple confesión? El coordinador morenista intentó disfrazar la humillación como “reconocimiento”. Pero su frase “nos acorralaron” no necesita traducción*
*Los hombres que suelen manipular las leyes a su antojo terminaron siendo acomodados como pandilleros revoltosos a los que se les castiga por la travesura de marzo. Si hubiese sido Bukele, estarían parados. Cierto: Monreal trató de recuperar protagonismo advirtiendo que el retroactivo de la Ley de Amparo “no va a pasar”. Suena firme, pero en realidad es la clásica táctica de la plañidera que ya fue puesta en segunda fila y ahora busca gritar desde lejos para que la escuchen*
*El protocolo no admite dudas ni vagas interpretaciones: el episodio deja lecciones. El poder presidencial no se comparte: se ejerce y se demuestra incluso con el menosprecio en el acomodo de sillas. Los efectos y consecuencias de la foto grupal de marzo, regresó y se convirtió en la lápida política de aquellos que olvidaron que el culto a la vanidad puede salir caro*
*Hoy los legisladores de Morena y el Verde descubrieron que cuando se escupe para arriba siempre cae en el rostro y el desprecio cuando se lanza al viento, siempre regresa multiplicado. En el Zócalo no hubo casualidades: hubo un recordatorio contundente de quién manda y de quién obedece. El garrotazo en la frente ya cumplió su ciclo. Y esta vez, la herida no la dejó Trump, sino la propia presidenta a los bufones que se decían ser fieles, la etiqueta no dejo lugar a dudas en el bumerang del desprecio*
*SEPTIMO SELLO*
*La alcaldesa de Huimanguillo se ubicó de fea manera como la delegación del aplauso, olvidando que: “El que aplaude al poder con las manos vacías, termina cargando su propia miseria.” Desde temprano, el domingo la alcaldesa Mari Luz Vázquez Jiménez encabezó la delegación de Huimanguillo rumbo al Zócalo capitalino. No iban a un acto cultural ni a un foro de debate, sino a engordar con aplausos el primer mensaje de Claudia Sheinbaum como presidenta de México*
*Una escena que deja sentir la verdadera personalidad de rancho de Mari Luz Vázquez, que pretende vestirse de apoyo popular, pero que en el fondo huele al viejo método del acarreo: transporte gratuito, banderitas de colores, discursos prefabricados y la ilusión de que el pueblo está feliz con su gobernante. Según su mente atrapada en la esfera de poder, el cuento se cuenta sólo: “unidad y respaldo masivo”, aunque en las calles se escuchan voces distintas*
*SEPTIMA TROMPETA*
*“La gente parece disfrutar humillarse”, decían algunos, refiriéndose a quienes gastaron las horas de su día para hacer bulto. Lo grave es que a muchos la alcaldesa les hace creer todavía que los programas sociales son dádivas y no derechos financiados con sus propios impuestos. El presupuesto no es limosna del poder; es el recurso del pueblo. Sheinbaum sólo está cumpliendo con la Constitución, que obliga a garantizar educación, salud y bienestar*
*La realidad que se oculta tras la ovación: lo que nadie quiere mencionar en medio del aplauso obligado es que en Huimanguillo las carreteras parecen campos minados, las escuelas públicas sobrevive con parches y el municipio entero transita al borde de un colapso económico y social. Mari Luz en lugar de enfrentar esos problemas, montar escenarios para sostener la narrativa que su gobierno presume respaldo, aunque este sea importado en autobuses*
*SEPTIMA COPA*
*La foto en el Zócalo no es prueba de la fuerza de Mari Luz Vázquez, sino de su extrema debilidad. Rupestre en la política soslaya que cuando un gobernante necesita acarrear multitudes para ser vista y legitimar su mensaje, revela que su confianza real es frágil. El verdadero apoyo no se mide en kilómetros de camiones, sino escuelas equipadas con agua potable, empleos dignos y caminos transitables*
*El pueblo no tiene nada que ser acarreado para agradecer por lo que ya es suyo, la debilidad de Mari Luz Vázquez, sí. Lo que la alcaldesa de Huimanguillo tiene es el deber de cumplir. Y tarde o temprano, el aplauso comprado se volverá silencio incómodo. Porque la humillación también cansa, y cuando el acarreo se agote, quedará desnuda la verdad: un municipio hundido en la mediocridad, con una alcaldesa extraviada de la realidad celebrando en plazas llenas en el Centro del país, pero vacías de convicción hasta la silla de su propia oficina*